Dulce príncipe - Mattom

"I" - Maravillosa charla.

Hace mucho tiempo en un reino muy lejano, vivía Matthew un príncipe muy apuesto, hacia que miles de chicas se derritan y claro, él sabía que era apuesto...

Alguien así podría conseguir novia en segundos ¿no?, bueno, nada estaba más lejos de la realidad, es decir, él podría conseguir pareja en solo cuestión de anunciarlo pero realmente no se encontraba dispuesto a intentarlo, jamás había llegado a lograr algo más que piropos con las damas a las que le platicaba, y bueno ya al estar tan cerca del trono, ser el primogénito hijo único y ser el único predecesor era una cosa muy seria tener una prometida pero al ver a la familia tan desesperada se conformaron con un varón.

La familia de los Larsson tenían dos hijos muy apuestos, de buena reputación y de buena economía, claro estaba que a Matt no le interesaba en lo más mínimo estar con alguno de los dos pero no quedaba de otra que resignarse a estar con uno de ellos así que escogió al más alto y apuesto, Tord  Larsson Gould, el siguiente heredero al trono igual que Matthew, pero por último este no quería dejar su vida de muchas mujeres o cosas de una sola noche, así que se negó rotundamente, esto indigno al rubio.

- ¿¡Qué!? Él me rechazó, ¿¡Él me rechazo a mí!? - gritaba Matthew totalmente histérico e indignado ante lo que sus oídos habían escuchado, los demás invitados que estaban en la mesa, la familia Larsson menos Tord y el representante del padre de Matthew quien estaba terriblemente enfermo.

- Enserio lamentamos haberlo ofendido de alguna manera... Tord se niega rotundamente pero Edward está dispuesto a iniciar la boda. - dijo la Señora Larsson diciendo lo ultimo con emoción a lo que Matthew solo observo con desprecio al castaño que solo le sonreía. Para deber mantener satisfecho al rubio, los Larsson lo hacían horriblemente mal.

Matthew dio un suspiro pesado y con una mirada algo triste murmuró - Esta bien... - el rubio estaba seguro que si su abuela lo viera esta no dudaría en pegarle un bofetón, de verdad extrañaba a su abuela siempre cuidaba de él mucho más que sus padres y las señoritas que estaban para cuidar de él, irónico.

- ¡Bien! ¿Cuándo podríamos empezar la boda?  Estaba planeando en... - el representante empezó a hablar pero Matt se perdió a sus pensamientos, veía a los Larsson todos felices aunque el se sentía humillado, el merecía mucho más que un niñito cualquiera, él sabía que no deseaba esa boda ni ese futuro pero...

- ¡Joven Matthew! - alzo la voz el representante al ver que el rubio no contestaba. - ¿Esta de acuerdo? - el rubio asintió nervioso, no sabía de lo que estaban hablando y menos que había aceptado.

Ya al estar en acuerdo todos, los Larsson se fueron despidiéndose amablemente, Matthew no estaba para nada de humor así que miro al representante fijamente con una cara de desaprobación.

-  Eric. - dijo con un tono serio, el nombrado solo trago al seco y nervioso lo miro.

- ¿S- Si Joven Matthew? - tartamudeo casi sudando.

-  ¿A qué fue lo que accedi? - su actitud cambió rápidamente a una triste y preocupada, fue un gran alivio para el representante.

- Para que la boda se realice lo más antes posible, en un mes. - los ojos de Matthew se abrieron como platos y estaba apunto de desmayarse - Oh no... ¡Señoritas! - grito para que dos chicas corrieran a agarrarlo justo cuando estaba cayendo.

Ambas damas lo llevaron hacia su habitación, una de las castañas se quedó acompañando y la otra fue a buscar un pañuelo con agua para su cabeza que ardía.
Matthew se levantó a las horas y vio a las dos chicas a su lado cuidándolo, ambas se emocionaron cuando el príncipe abrió los ojos.

- ¡Matthew! ¿Qué pasó? - pregunto la de castaño claro con el pelo recogido y un común vestido verde.

- Ell, ¡Me voy a casar por obligación! - Sq apunto del llanto el príncipe.

- Wow, que hecho tan desafortunado. - dijo la de cuernos con un tono sarcástico, a diferencia de la otra chica esta era más sarcástica y llevaba un vestido rojo, ambas eran sus amigas más que amigas, sus confidentes.

- Lo sé, y será en un mes... - antes de que la de vestido verde pudiese decir algo, una mujer entro pateando la puerta, la muchacha llevaba de ojos cuencas y un vestido azul.

- Tengo terribles noticias. - todos la miraron con intriga. - Quieren que Matt vaya ahora mismo a un paseo por el jardín con un tal Edward. - todas las chicas fijaron la mirada en Matthew y este solo se espantó de lo acelerado que estaba siendo las cosas.

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