1

1K 73 8
                                    

Era por la mañana, bastante temprano, pero, Taehyung decidió no ir al trabajo, claro, quién pudiera tener una empresa en la que podías ir y no ir cuando quieras, un sueño para muchos, una realidad para Taehyung.

Taehyung le habló a su mejor amigo, el cual trabajaba en su gran empresa, le avisó de que no iba a ir y que le sustituyese.

No queria ir, porque justo iba a ir a una cafetería bastante famosa en su ciudad que le habían recomendado.

Taehyung se dirigía a aquel café, solo para probarlo, pues, no era muy fan del café.

Estaba delante del café y decidió entrar.

Al entrar a aquel famoso café llamado "Kim's coffee", vió a un hermoso chico atendiendo.

Oh, Dios, se había enamorado de aquel chico a primera vista, y claro, como no, si aquel chico parecía un ángel.

Se puso en la fila a esperar una gran cola, y bastante grande.

Esperó una gran fila y ya por fin le tocaba poder pedir.

Pudo al fin escuchar su hermosa voz.

-Hola, ¿Qué va a pedir?

-Mh, un café frío, por favor.

-Está bien, ¿Lo va a tomar aquí?

-Uh, yo...

Lo pensó mucho...

Pues... Resulta que no sabía si iba a aparecer de sorpresa en la empresa o si de verdad se iba a tomar el día libre.

No sabía que decidir, pero...

-Lo tomaré aquí.

-Bien, en unos minutos su café estará listo.

Ahora solo quedaba esperar, claramente que le iba a estar viendo todo el tiempo.

Jungkook pov:

Era una mañana cualquiera para aquel joven que tenía que trabajar en el café de su amigo, el cual no aparecía demasiado por el local.

Estaba atendiendo a algunas personas y al mirar al frente, se encontró con un hermoso chico, claro que no se lo iba a decir, ¿Como lo iba a hacer? Debía estar loco, solo le atendió y siguió con su trabajo.

Siguió con su trabajo mientras sentía una pesada mirada sobre él.

No sabía de quién era, pero tampoco podía hacer esperar a los clientes solo para ver quién le estaba mirando tanto.

Eso nunca le había pasado.

Era algo raro, ya que, nunca había sentido esa presión, si había recibido alguna que otra mirada de clientes, pero no tan pesada como esa.

Cuando ya no había tanta gente pidiendo, pudo pararse a ver quién era.

Oh.

El chico lindo le estaba mirando.

¿Qué?

No lo creía tan posible pero, lo era.

Solo tuvo que hacer como si no lo hubiese visto mientras sentía la misma mirada sobre él, tal vez ya no era tan importante sentirla, ya que sabía quién era.

Do you want a coffee? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora