Pétalo a pétalo...+18 (intento :v)

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Habían pasado al menos una semana desde todo aquello, aproximadamente le quedaban 3 semanas en caso de llegar a morir, entonces debía de ponerse en marcha, tenía que hacer todo lo que quería y era importante en caso de que lo peor suceda, con esto en mente decidió que quería dejar de ser un cobarde y confesar sus sentimientos a Sanji, quería por lo menos probar una sola vez sus labios, tocar por una vez su piel, quería olerlo, sentirlo, verlo, tenerlo solo para el aunque sea una sola vez, pero, ¿Podría? Esa era su duda, y aunque más de una vez hizo comentarios que hicieron latir su corazón, nada le decía que realmente estaba interesado en un hombre y menos en el que es un gran mentiroso, cobarde, nada atractivo, probablemente acepte estar con él por lástima, pero no le importa, si es necesario mendigar un poco de amor del cocinero lo haría. Eran las 11 de la noche, tomo la perilla que resplandecía a la luz de la luna, la giró y entro, la cocina medio iluminada y limpia daba un toque romántico, Sanji estaba en una silla leyendo un libro con recetas, se aclaró la garganta y hablo.
-Hola, ¿interrumpo?. Sanji volteó y sonrió.
-Para nada, ven siéntate. Observo las flores invasoras, cada vez tapaban más al chico, un ojo de él estaba casi cubierto, una de sus mejillas estaba totalmente perdida, así como parte de su cuello, brazos y probablemente otras zonas que no podía ver.
-Bueno, quería hablar contigo de algo, y  por favor no quiero que te veas influenciado por mi condición, por favor.
-ok, dime de qué se trata.
-Mira, yo he sentido algo por ti desde hace mucho tiempo, yo... No es un sentimiento de amistad, no, yo, pienso en ti como algo más que un amigo o un mejor amigo, lo que quiero decir es que haces que mi corazón lata, mi mente se nuble y deje de funcionar, cada vez que estoy contigo me embriagó de ti y me encanta, estoy enamorado de ti y ya no sé cómo ocultarlo. Estaba nervioso por decir lo menos, tenía miedo de ver el rostro del otro, pero no duró mucho, ya que el rubio tomo su rostro y lo hizo mirarlo a los ojos, Sanji buscaba cualquier signo de broma o mentira, cualquier burla, cualquier cosa que dijera que no era verdad que de algún modo se había dado cuenta, de que solo quería jugar con él, pero solo veía miedo e incertidumbre, el temblaba en sus manos.
-Yo, siento lo mismo, pero no quería que pensaras que era por lástima o algo así, no sabía cómo abordar el tema, pero correspondo de manera sincera tus sentimientos, te amo, lo hago desde bastante tiempo atrás. Lentamente con nervios unieron sus labios, era cálido, tímido, sinceró, lento, era tan mágico este beso y conforme pasaba el tiempo el beso tomo otros sentimientos mucho más intensos, el calor aumentaba a cada segundo, la lujuria amenazaba con reinar en la habitación, las manos traviesas del cocinero viajaban lentamente a los tirantes del chico, su boca buscaba la piel morena, marcas en el cuello adornaban a Usopp, los tirantes bajaron lenta y seductoramente, ninguno pensaba en otra cosa que no fuera comer la fruta prohibida, en amarse y unirse en uno solo.
Tal y como sospechaba las flores cubrían gran parte del cuerpo del más chico, por alguna razón lo excitaba de sobremanera, ver la piel morena con esos pétalos, ver su figura delgada y curvilínea, el cabello negro suelto esparcido en el suelo del almacén de la cocina, el ambiente candente que otorgaba unas cuantas velas, ese ligero sudor que hacía brillar a Usopp, Sanji estaba duro y ni siquiera había comenzado hacer todo lo que siempre había soñado en hacerle desde que lo conoció.
-¿Sanji, sucede algo?. Pregunto nervioso al pensar que se había arrepentido tras verlo desnudo.
- Perdón, es que esto es demasiado para mí, soñé tanto en tenerte así, y ahora que estás a mi merced es tan magnífico, no sé por donde debería empezar. Se relamió excitado, sus pantalones apretaban, su sonrojo se extendía con una sonrisa y una mirada llena de lujuria.
-Creo, que podrías empezar por quitarte tu ropa, soy el único desnudo aquí, yo también quiero verte como siempre soñé. Pidió tímidamente mientras miraba a otro lado.
-Quien diría que eres igual de pervertido que yo, realmente hacemos buena pareja. Sonrió una vez más antes de comenzar a quitarse la corbata, dejo el cigarro en un cenicero, su chaqueta negra caía lentamente para luego ser arrojada con violencia a un lugar del cuarto, con cada botón que era retirado más era la desesperación por ver más de esa piel blanca, cuando llegó al último retiro de manera lenta y tortuosa la camisa azul cielo, mordió sus labios y se relamió al ver cómo el pene de su compañero empezaba a gotear y temblar, le encantaba ver eso, su pantalón, o su pantalón, tan sexy, tan lento, le encantaba ser torturado de esta forma, Sanji lo sabía, solo quedaba su bóxer.
- Bien Usopp, ¿por qué no me quitas lo que queda?, Hazlo, sé que quieres, tu pene lo dice, tus dedos en tus labios te delatan, tus ojos brillantes lo desean, y tu rubor no ayuda.
-No soy el único que luce excitado. Contestó con sarcasmo, estar tan cerca de su entrepierna lo encendió más, tocó el elástico rozando sus dedos hasta el bulto que se ocultaba en la tela, era caliente, grande, quería tocarlo, nuevamente subió al elástico y comenzó a retirar la prenda con delicadeza hasta dejar al descubierto el miembro que golpeó ligeramente su nariz, Sanji río ante lo sucedido, Usopp solo se limpió un poco de baba de su boca, y lamió, tomando al cocinero por sorpresa, no esperaba tal cosa, aunque debía admitir que se sentía muy bien, lentas lamidas cuidaban el miembro, chupo desde la base hasta la punta, hasta que estuvo bien humectado con su saliva, poco a poco acercó sus labios a la punta besándola antes de meterla a su boca, saco y metió más profundo, succionó y chupo, lamió y succionó otra vez, el rubio solo podía hacer sonidos guturales, sus gemidos inundaban la habitación, sus manos viajaron a los risos obscuros y movió la cabeza a su ritmo y antojo, al moreno le encantaba ser follado en su boca.
-mmm aah, Usopp, mmmm me encanta, es tan jodidamente sexy, mmmm ah. Usopp empezó a usar sus dedos para penetrarse un poco, probar a Sanji es genial, pero ser follado por atrás era mucho mejor, así pensó, el rubio vio como su compañero se masturba atrás y deseo tanto meter su polla en el agujero, detuvo la mamada y recostó al chico, beso su pecho, morder era divertido y los dulces gemidos del moreno le decían que quería más de él, su mano derecha tomo la polla erecta del más chico y la empezó a bombear, su mano izquierda pellizcaba el pezón, y su lengua jugaba con el otro pezón.
-aaah aaah mm ah...es...much aah. No podía pensar, era demasiado.
Sanji no se detuvo, cuando lo hizo fue solo para admirar lo que tenía delante de sus ojos, sazonar y marinar su comida antes era de sus partes favoritas antes de comer, tomo su pene masajeando un poco antes de introducir la punta en el dilatado agujero, Usopp gimió ante eso, sus caderas se movieron pidiendo más y el cocinero obedeció, metió un poco más y lo saco, así siguió hasta conseguir meter todo su miembro, era apretado y muy caliente, sentía que en cualquier momento se correría.
Follar a Usopp se sintió como una gloria, era mejor que cualquier sueño húmedo que hubiera tenido, tenerlo llorando y gritando de placer pidiendo más y más, suplicando por él, era más de lo que imaginó, siempre pensó que sería tímido en el sexo, pero era todo lo contrario, parecía no tener un límite, si no lo conociera pensaría que era un íncubo, era igual de pervertido que él, ambos cuerpos llenos de sudor, mordidas y chupetones chocaban uno con otro, tratando de dominar al otro, era una pelea, Sanji quería someter a Usopp y Usopp quería tomar la polla de Sanji y montarla a su gusto, ambos amaban esto, el sexo tierno y dulce paso a algo más violento y caliente sin cuartel alguno, ambos se exprimirían mutuamente hasta no poder más.
A la mañana siguiente Usopp despertó en el pecho desnudo de Sanji, se sonrojó, estaba asustado, quería huir.
-¿Qué haces?, Acuéstate, quiero tenerte un poco más antes de trabajar en el desayuno.
-yo, ¿Tú, lo recuerdas?.
-Por supuesto, tú y yo tuvimos sexo tras declarar nuestro amor, ¿Lo olvidaste?. Estaba preocupado por la respuesta o si realmente se había arrepentido de hacerlo con él.
-No, solo pensé que tú habías olvidado que tuviste sexo conmigo, yo lo siento, no quise...
-Jamás lo olvidaría, me encantó hacerlo contigo, Usopp, te amo mucho, tanto que ni te lo imaginas.
-También te amo, ¿Quieres que sea un secreto?
- Bueno, creo que se supone que seas discreto cuándo tienes sexo, pero si tú quieres...
-NO ME REFIERO A ESO IDIOTA!!!, Quiero decir, somos novios, ¿verdad?, ¿Quieres ocultarlo?.
-No, yo no quiero ocultar mi amor por ti, ya no, y menos mi relación contigo y bueno... Aún no te lo pido apropiadamente, ¿Quieres ser mi novio Usopp?
-Si, si quiero. Unas lágrimas amenazaban con salir de sus ojos.
Por un momento una idea cruzó su mente, ¿Que haría el si Usopp muriera?, Ahora que son pareja es fantástico pero detesta la idea de que se atrevieron a confesar su amor gracias a unas malditas flores amarillas.

Flores Amarillas 🏵️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora