Capítulo 19.

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Durante el viaje hablaron sobre lo que harían, YeoSang le explicó las reglas y le dijo cuáles eran sus límites, le pidió que le dijera sus límites. Le aseguro que se mantendría al margen de lo que había dicho.

Y ahora SeongHwa estaba sentado en la cama quieto mientras esperaba a que YeoSang le dijera que hacer veía ansioso las cosas a su alrededor que justamente él peliazul estaba dejando: Condón y lubricante, toallitas húmedas, agua. YeoSang salió de la habitación, regresó con una silla, una larga tira de seda agarrada a su cuello junto a una venda y un vibrador, elevó una ceja más sin embargo no habló, desde que habían entrado el juego había empezado, él no hablaría, no se movería, ni se tocaría a menos que YeoSang se lo permitiera. Mordió el interior de su labio a la espera de las órdenes de su maestro.

El peliazul puso la silla al lado de la cama, sobre el escritorio junto a las demás cosas puso el vibrador, la venda y se recargó en la pared, lo vio de pies a cabeza una vez más, ahora ya no tenía los zapatos ni la pantaloneta, estaba solo en medias, ropa interior, el corset y su blusa de encaje. 

-Quítate el corset.

Hizo caso y se lo quitó.

-Abre la blusa.

SeongHwa sintió su pene endurecerse un poco más, y abrió su blusa, le gustaba el material de la ropa femenina era delicado y suave pero ahora estaba rozando sus tetillas erectas.

YeoSang se acercó y acarició su piel ya expuesta delineó todo el alrededor de su ombligo sintió su pene completamente duro, no sabía que tenía una zona erógena ahí pero se sintió bien, mordió su labio reteniendo sus gemidos y cerró sus ojos.

-No cierres los ojos princesa _le pidió_ Mírame solo a mí, ahora _le ordenó con su voz era suave.

SeongHwa tembló y lo vio.

-Vamos gime para mí _insito, pellizcó su pezón, sin miedo gimió y jadeo_ Quítate la ropa interior.

SeongHwa vio sus piernas temblorosas, bajo su ropa interior lento, la mirada de YeoSang siguió como su ropa interior caía por sus piernas. YeoSang lo besó, chupó su labio inferior y lo mordió, las manos de SeongHwa pasaron al cuello de YeoSang. Ambos se separaron, el peliazul acarició su cuello con el pulgar.

-No te di permiso de moverte _le recordó.

SeongHwa volvió a su posición y lo vio con ojos de cachorro.

-¿Mi maestro me perdoná? _dijo en voz baja.

-No hables y mantente recto _le ordenó, le dio una palmada en el trasero haciéndolo jadear.

SeongHwa sonrió tímido, YeoSang sintió un gruñido formándose en su pecho, no perdía la razón tan fácil; era solo que SeongHwa era naturalmente sumiso y hecho para que lo dominará, no podía evitar sentir que era suyo.

-Vamos a empezar _le dijo_ ¿Cuáles son tus palabras seguras?

-Conejito para terminar, amarillo si no me siento seguro y dado para hacerle saber a mi maestro que estoy bien _respondió.

-Mantenlas en tu cabeza en todo momento _le recordó_ No las puedes olvidar y si te sientes incómodo o que no puedes seguir tienes que decirlas.

-Sí maestro.

-¿Estás seguro de hacer esto? _preguntó para confirmar.

-Sí maestro _afirmó una vez más.

SeongHwa se quedó quieto, YeoSang primero le puso la longeva tira de seda en su cuello como una bufanda cayó por su pecho cubriendo sus tetillas, después hizo una X por su espalda, la paso por la entrepierna por ambos lados, amarro sus muñecas, pasó la tela por su cadera lo vio subir para amarrar su cintura y codos, en todo momento mantuvo su blusa sin arrugas asombrosamente.

Cruel Dreams 27Donde viven las historias. Descúbrelo ahora