Capítulo 4: Por casualidad

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Cercanas las diez de la noche sólo quedaban pocas personas en el establecimiento y la mayoría de los meseros ya estaba cenando cerca de la barra. Dadas las diez el letrero cambió a cerrado y los empleados comenzaron la rutina final. Toge y Noritoshi fueron a la entrada para cerrar la reja y el resto levantó los últimos platos. En la cocina Sukuna terminaba de guardar la vajilla para el día siguiente y se convencía a sí mismo de dejar de nuevo los últimos platos sucios que llegaban.

Choso había salido al exterior a tomar aire fresco y fumar junto a Shoko. Yuuji terminaba de preparar las gelatinas de cortesía para el día siguiente mientras Esou se encargaba del maridaje y platillos especiales que debían ser preparados una noche antes.

Mientras tanto en la mansión. Nobara se había despertado de golpe, se desconcertó un poco pero cuando recordó que estaba en su nuevo hogar encendió las luces de la habitación y se asomó al pasillo. No había nadie pero las luces tenues de éste ya estaban encendidas. Bueno de noche cualquier casa desconocida podría ser... tenebrosa. Lo único que pudo hacer fue llamar al fulano que la había ido a recoger al tren... no llamaría al dueño porque no quería hacerlo enojar.

Yuuji por suerte contestó.

—Ah hola ¿quién es?

—¿Cómo que quién soy? Si acabas de conocerme —pero ni ella se acordaba de su nombre.

—Amm... ¡ah Kugisaki! ¿Qué hay?

—Estoy en mi habitación. ¿Dónde rayos estás tú? Te dije que serías mi guía.

—Eh pues estoy en el restaurante... estoy preparando gelatinas —dijo con alegría—. Aquí estamos todos ¡ven es buen momento para que los conozcas!

—Hmmm pues en ese caso ven por mí. Esta casa es un laberinto, me perderé.

—Sólo baja las escaleras y del vestíbulo pasa al pasillo, no hay pierde llegarás a un almacén y de allí sigue el sonido de la música...

Ella le había colgado, vaya que había sido inútil pedirle que fuera por ella.

Yuuji se extrañó porque le había colgado.

—¿Quién era, hermanito? —le preguntó Esou.

—La nueva huésped. Seguro viene para acá... bueno tendré que ir porque no conoce aún el camino. Hmmm pero debo terminar esto... —salió de la cocina a la primera que vio fue a Maki— ¡Maki! ¿Podrías hacerme un favor?

—No voy a hacer gelatinas.

—¡No! Te iba a pedir si podías encontrar a la nueva huésped y traerla para acá, seguro que se siente sola en la casa.

—Seguro... vamos Kasumi —tomó de la manga a la mencionada y la jaló por el pasillo.

Nobara aún estaba en su habitación. Rayos tenía hambre. No le quedaría de otra más que ir a ese restaurante. Estaría bien... no se veía tan complicado el camino. Sacó su cabeza al pasillo, no había nadie. Salió de la habitación y mientras caminaba su mente comenzó a hacerle una mala jugada, ahora pensaba que un fantasma la perseguía. Así que comenzó a correr y cuando de verdad escuchó ruido gritó y aumentó la velocidad.

En las escaleras Maki escuchó los gritos... mismos que hicieron que Miwa saliera corriendo de regreso al restaurante.

—¡Hey, no me dejes sola!

Se apresuró al pasillo quizás algo le había pasado a la nueva y cuando dio la vuelta alguien chocó contra ella. Su pecho dolió y luego dolió su trasero al caer y además su abdomen al recibir el peso de la otra persona. Nobara había chocado con ella y ambas estaban en el suelo viendo estrellitas.

Caminos Rosas - Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora