Bitácora de viaje:día 10

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Número Cinco: para quien encuentre esto...

No se dónde estoy y no quiero abrir mis ojos... Odiaria marearme nuevamente.

Ayer vino el niño... Cuidó de mi toda la noche... No habla, me agrada, escuchar su voz solo me irritaria.

Puso un paño mojado en mi frente y me tarpo con una manta, también acomodó mi cabeza sobre una almohada improvisada... Nada mal para ser un niño pequeño.

Cada media hora viene a tomar mi temperaturacon sus heladas manos, que por cierto deben de estar sucias, y cambia el paño mojado para luego volver a irse.

La primera vez que sentí su presencia no puse resistencia alguna pues no quisiera lastimarlo mientras me es de utilidad luego de eso y, en cuanto ya no me sea útil, me deshare de él. Tendré un juguete por unos días hasta que muera desangrado o me den ganas de quemarlo vivo. Uno nunca está seguro... Pero ésta maldita voz no se calla nunca...

Aún sigue en mi mente, taladrandome con sus palabras, susurros que ni la muerte misma rebela a los hombres... Maldita soledad... Como odio su irritante voz... Mi voz..

Acaso...

... ¿Mi némesis trata de quebrarme..?

What if...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora