capítulo uno.

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▕ Capítulo uno: Hula frente a la camioneta negra

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▕ Capítulo uno: Hula frente a la camioneta negra.

爱 ━ Narrado por Kim Taehyung

No.. por favor, no te vayas. Aguanta sólo un poco más. Todavía te quiero. Todavía te necesito.

Yo no hablaba. Mis labios no se movían. Mi lengua permanecía quieta dentro de mi boca. Habría estado en total silencio de no ser por el llanto que interrumpía mi respiración. Aun así, para las demás personas en la sala de emergencias de aquel hospital, yo no emitía palabra alguna, pero mi mente sí.

En mi cabeza rebotaban esas palabras en feroces gritos como olas en la marea alta. Lloraba en silencio cuando quería gritar y gritar hasta que ese horrible nudo en mi garganta dejara de hacer doler mi cabeza. Hasta que mi ommi saliera de ahí y me envolviera en uno de sus dulces y cálidos abrazos, y dijera con esa sonrisa apenada "Cariño, vamos a casa".

Todavía en mi mente de niño sabía que eso estaba lejos de pasar. Habíamos llegado al hospital hace escasos minutos, ommi en esa camilla rodeada de gente y mi mamá siguiéndola de cerca conmigo en brazos. Me sentó en una de las incómodas sillas de plástico y puso su bufanda, esa que olía a su perfume, alrededor de mi cuello, murmurando un "Abrígate, hace frío esta noche, ¿Mh?".

Veía a mamá caminar de aquí para allá por el pasillo. Incluso cuando murmuraba muchos "Todo va a estar bien", que no sabía si eran para mí o para sí misma, ambos estábamos conscientes de que la situación de ommi era delicada.

Después de verla... así, era difícil tener paciencia y la esperanza se nos iba entre los dedos. Aun cuando la sala estaba en un frío silencio, yo sentía que las emociones fuertes y el dolor empañaban las ventanas sucias.

Cuando mamá sacó un cigarrillo del bolsillo de su abrigo con los dedos temblorosos, y discutió con aquellas enfermeras que la regañaron por fumar dentro de un hospital; yo comencé a rezar.

Recé y recé, mis manos entrelazadas tiritaban de lo heladas que estaban y mis dedos yacían rojos. Pero seguí rezando, recordando al Padre de la iglesia cerca de casa y sus sermones en las misas de cada domingo.

"Dios escucha, Dios protege y Dios consuela"

El humo llegó a mi nariz cuando mamá se acercó a mí, luciendo tan demacrada como siempre. Ojeras bajo los ojos, piel pálida y labios resecos. Me revolvió el pelo, y murmuró con amargura.

─No reces, ¿A quién le estás pidiendo cosas? Nadie está escuchando. ─ella rio sin gracia, como si estuviera asqueada. ─Esto. Tu ommi. Depende de ti y de mí, ¿Eh? ¿Escuchaste bien? ─señaló al techo con la misma mano que sostenía el cigarrillo encendido. ─No hay nada allá arriba. Nadie va a resolver tus problemas sólo porque llores y se lo pidas, mocoso ingenuo...

Eso último salió de su boca con rabia, decepcionada. Me encogí en mi sitio y mis ojos acuosos se abrieron, sorprendidos, cuando vi su mano alzarse hacia mi rostro.

lay all your love on me ¡ kooktae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora