CHARLA Y CONOCIÉNDOTE.

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Aquel par de chicos se encontraban sentados contra la barandilla del puente mientras el silencio decoraba aquel lugar.

Ninguno de los dos había pronunciado palabra alguno desde que se presentaron, hasta que el silencio fue roto por Eduardo, ya que el joven se estaba aburriendo de aquel silencio.

— Entonces, me contarás lo que te sucede? -pregunto mientras destapaba su lata de Sprite.

Laura se mantuvo en silencio un poco más, mientras pensaba seriamente el hecho de contarle al chico, hasta que dijo, "que pierdo con hacerlo"

— La verdad, hoy tuve un día muy complicado. -dijo mientras bebía un poco de su lata de Sprite.

— Define complicado. -pronunció El joven mientras comenzaba prestarle atención a la chica.

— Mi mejor amiga, revelando secretos vergonzosos sobre mí y para la cereza del pastel, me puso el cuerno con mi novio. -dijo mientras una lágrima traicionera escurría de su mejilla.

— Ahhh con amigas como esa para que tener enemigas, bueno la verdad sí tienes un problema, pero crees que acabando con tu vida es la solución a este, lo más seguro es que la chica que dices que alguna vez fue tu amiga solamente sea una envidiosa más que quiero apagar tu brillo, porque sabe que eres tú, que tú eres increíble tal vez o no sé no te conozco no te podría decir algo así, pero quién sabe, tal vez solo es una chica la cual tiene una autoestima deprimente y se siente tan poca cosa que tiene que rebajarse, al grado de inventar chismes sobre alguien más o ser plato de segunda mesa para sentirse especial -dijo mientras sonreía con un poco de burla.

Laura se encontraba sorprendida, pero también aún se encontraba en conflicto y al escuchar las palabras del chico solamente puedo sentir s como una estúpida para estar apunto de suicidarse por una cosa tan banal.

— Y sí hablamos de tu ex novio, la verdad lo lamento, pero por lo que me cuentas ya no siente lo mismo que tú por él -dijo mientras la miraba de una manera un poco sería. — Pero como ya lo dije, no es el fin del mundo, la vida es un conjunto de emociones y experiencias, que te harán sentir mal y poca cosa, y tú eres la que decide, si después de estas te quedas en el suelo o te levantas y les demuestras a la vida y a aquellas personas que te hicieron mal, que solo fueron un peldaño más, para convertirte en la mejor versión de ti mismo -dijo mientras miraba al frente y veía un poco de su refresco.

Laura se encontraba sin palabras, aquel chico con unas simples palabras la hizo darse cuenta de su error y la locura que estaba apunto de cometer por lo que solo puedo decir...

— Gracias.  -dijo mientras sonreír un poco y lo miraba.

— Que agradeces chica, solo te estoy dando un pequeño consejo, algo que me hubiera gustado escuchar a mí en un pasado. -dijo esto último con un toque de nostalgia.

Laura se dió cuenta de esto por lo que solo lo miro con curiosidad.

— Déjame adivinar. -dijo mientras lo miraba intentando descifrar que era aquello que le pasaba. — problemas en el paraíso? -pregunto mientras lo miraba de manera tranquila.

— de hecho dejó de ser paraíso desde hace un tiempo, ahora es solo un lugar y nada más. -dijo mientras la miraba.

— ¿Quieres contarme? -pregunto mientras lo miraba a los ojos.

Ambos pares de ojos chocaron dejando ver el uno al otro lo hermosos que estos eran, por un lado teníamos unas hermosas esmeraldas, las cuales contagiaban tranquilidad, nostalgia y un poco soledad, mientras que aquellos pares de zafiros, contagiaban incertidumbre, duda y un poco de preocupación.

Muchos dicen que los ojos son la ventana al alma y de serlo así, ambos jóvenes se perdieron en el alma del otro mientras un silencio cómodo apareció en aquel lugar y estos se sonríen mutuamente para después separar ambas miradas y Eduardo comenzara a hablar.

Perfectos Desconocidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora