Eduardo se encontraba en la entrada del taller mecánico, por lo que decidió entrar y saludar a los presentes.
— Hola chicos como han estado? -saludo mientras los demás lo hacina de igual manera-
— Eduardo, que te trae por aquí? -pregunto un hombre de 30 años, alto pelo castaño y rizado, con un cantidad increíble de tatuajes-
El hombre tiene una complexión delgada, atlética y joven, si una barba cerrada y se encontraba vestido con un pantalón deportivo de color gris, una playera de tirantes color blanco con manchas de aceite y una gorra de color rojo de la cual se escapaban unos mechones rizados, el chico se acercó a Eduardo y lo miro tranquilamente.
— Venia a ver sí moto ya está lista tío. -dijo mientras el mencionado sonreía-
— Compruébalo tú mismo. -dijo mientras comenzaba caminar hacia una habitación-
Eduardo comenzó a seguir a aquel hombre que resultó ser su tío mientras esté se dirige a una habitación, al llegar a esta asé encontraron con un obra maestra de la mecánica oriental, enfrente de ellos se encontraba la mítica Kawasaki ninja HR.
La moto es la definición de asombrosa era completamente negra con algunos pequeños detalles en morado que la hacían ver increíble al igual que ésas luces neón en pequeños lugares de la moto las cuales le daban un toque único.
Eduardo comenzó a mirarla para que su tío le lanzará las llaves de la moto.
— Ten solo que ahora no la choques. -mencionó con cierta burla mientras lo veía-
— Yo nunca la choque ya te lo dije, un idiota intento robarla sin darse cuenta que la moto no era para el y al no saber cómo manejar una de estas terminó estrellándose en contra de un ventanal. -dijo mientras encendía la moto-
— Bueno cómo sea ten, tú tía manda saludos y que te cuides mucho. -dijo mientras le lanzaba un casco con unos guantes dentro-
— Dile que gracias y que pronto iré a verla. -dijo mientras se ponía el casco y se aseguraba ambos guantes-
(N.A: imagínense que trae la misma ropa que la mañana, plis.)
Eduardo se subió a la moto y la encendió y un potente rugir del motor se escucha dentro y fuera de la habitación, para que después su tío le abra la puerta del garaje en el que se encontraban y este salga tranquilamente por este para incorporarse rápidamente a la calle y dirigirse hacia su departamento, Eduardo decidió tomar el camino largo ya qué, quería probar su moto mientras disfrutaba del aire frío de aquella noche otoñal en New York, Eduardo disfrutaba estos momentos en los cuales estaba en su moto ya que se sentía libre y se daba cuenta de que la preocupación se iba de manera tranquila, sobre aquella bestia de 173 kg la cual podría llegar a alcanzar una velocidad de 300 km/h, se sentía libre a más no poder el aire golpeando en diferentes partes de su cuerpo la adrenalina de conducir y las increíbles vistas que podía observar, los lugares que podía visitar y todo aquello qué le gustaba, sin duda alguna un apasionado de las motos pero sobre todo de disfrutar del cielo mientras conducía en una de ellas.
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Perfectos Desconocidos.
RomanceLa historia se centra en la vida de un perfecto par de desconocidos, los cuales se ayudarán mutuamente a "resolver" sus problemas con el fin de poder mejorar un poco sus pateticas vidas.