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La calidez de un nuevo día lo hizo despertar sin mucho esfuerzo pero sus ojos dolían y apenas podía abrirlos debido a las consecuencias de la noticia en la noche anterior, lo que no recordaba era cuando había parado todo y se había dormido.

¿Quizá Wonho le jugó un truco sucio y lo puso a dormir?

—¿Por qué llorabas aún en tus sueños? —preguntó la familiar voz desde la esquina de la habitación, ordenando un poco el lugar.

Hyungwon no se sorprendió en absoluto de su presencia porque parecía algo común verlo haciendo cualquier cosa en los momentos más inesperados.

—¿Cómo podría explicarte algo así? —preguntó de mal humor. —Ni siquiera recuerdo qué soñé... ¿Acaso mencioné algo extraño?

Wonho se volteó para verlo.

—No sé, no me quedé a verte dormir. —dijo sin interés, encogiendo los hombros. —Es aburrido. Además, duermes demasiado. ¿Cuánto tiempo pasó? ¿Cómo veinte horas?

El delgado pateó las sábanas ignorando la exageración del otro y se levantó con lentitud.

—No estaba llorando. —afirmó sin estar seguro. —Ni siquiera estabas aquí, no sé porqué dices eso. —Al llegar frente al espejo notó lo hinchados que estaban sus ojos. —Podría haber tenido pesadillas raras... —de repente se sintió molesto por recordar lo ocurrido y golpeó el espejo con un puñetazo que afortunadamente era débil. —¡Estoy harto de esta mierda!

Hiperventilando y con las secuelas de su corazón despedazado, se quedó mirando fijamente al espejo que se había fragmentado un poco debido a su ira, y de repente se le ocurrió una idea más idiota que su corazón. Entonces se volteó y notó como Wonho seguía observándolo sin pestañear.

—Voy a ir. —dijo con firmeza mientras buscaba ropa en su maleta. —No, vamos a ir, juntos. —corrigió.

El entrecejo de Wonho se frunció y lo miró con incredulidad.

—¿Quién? —soltó sin titubear, simplemente para recibir una mirada que le respondió más de lo que había preguntado. —Oh, no, no, no. A mí no me metas en tus problemas amorosos.

Hyungwon ignoró sus palabras por completo y recogió un par de prendas de su ropa, su teléfono y finalmente se dirigió al baño.

—Tarde. —comentó antes de cerrar la puerta.

A Wonho le habría gustado refutar cualquier cosa, pero la verdad es que se quedó sin palabras de ver como aquel delgado humano simplemente le daba órdenes que ni siquiera pudo contradecir. Así que después de una rutina mañanera, un desayuno rápido y cero palabras, Hyungwon salió en su auto rumbo al centro del pueblo donde sus padres vivían.

En realidad no habían muchas opciones de tiendas, al ser un área rural era extraño encontrar ropa lo suficientemente refinada como para asistir a una boda, pero tampoco es como si le importara mucho su apariencia en la boda de su ex. Por su parte, Wonho, el ser sobrenatural que podría hacer destrozos con la mínima fuerza y que podía aparecer y desaparecer a su antojo, estaba sentado en el asiento del copiloto sin siquiera atreverse a levantar la mirada.

—Si te preguntan quién eres, sólo tienes que decir que eres un amigo de Seúl. —dijo el menor mientras se aparcaba en algún sitio. —No tienes que dar mayor información, y si alguien insiste solo golpealo o algo. Excepto a mis padres.

Dicha tal instrucción bajó del auto y empezó a caminar hacia una tienda sin siquiera dudar que Wonho iba a seguirlo durante todo el camino a donde fuera.

—¿Qué clase de instrucción... —intentó rebatir, pero fue interrumpido incluso antes de empezar.

—¿Qué tipo de ropa te gustaría? —preguntó deteniéndose en seco. —Espera, ¿usas ropa real o...?

It Will RainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora