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Maratón 1/2

Hace dos días

Jimin

Abrí mis ojos después de haber recibido el disparo de K, afortunadamente tomé la sábana para ocultar uno de los libros que tenía en la mesa de noche y lo usé como chaleco antibalas, quedo sentado en el suelo viendo el libro el cuál tenía la bala incrustada, sino se me hubiese ocurrido, estaría muerto.

—¡Jimin! —Tae llega corriendo— ¿¡Estás bien!? —él me ayuda a levantarme, puedo ver qué tiene sangre en su ropa.

—Si, lo estoy, usé el libro para protegerme —miré el libro y él siguió mi mirada, se acercó al libro tomándolo.

—Ahora sé que debería tener uno en mi habitación, de portada gruesa —nos reímos un poco.

—¿Y tú estás bien? —le pregunté y él asintió.

—Si, esto es sangre enemiga... Jimin... —lo miré.

—¿Se llevaron a Natasha? —Tae asintió y no pudo evitar golpear la pared después de haber gritado a todo pulmón— Maldito K, debemos darnos prisa, dudo que la deje vivir.

*

Natasha

He perdido demasiada sangre, comienzo a tener alucinaciones, a mi lado está Jimin con una sonrisa a la vez que acaricia mi cabello, solo cierro mis ojos y me dejo acariciar, las heridas que tengo abiertas no sangran tanto pero se están infectando, sino muero por el desangrado lo haré por la infección, ya comienzo a presentar fiebre alta y eso es lo que está provocando las alucinaciones.

Escucho la llave en la puerta siendo abierta y el entra, sus ojos me escanean pero eso a mí no me importa, solo tengo la camisa de Jimin, no tengo nada más así que tiemblo debido al frío, su sonrisa es de felicidad y alegría pura, el verme así le gusta, le encanta diría yo. Él comienza a quitarse el cinturón de su pantalón, mi cerebro reconoce inmediatamente lo que hará, primero va a golpearme hasta que se canse para luego violarme hasta que se canse.

—No... —digo sin fuerzas— No, por favor...

Él solo me hala con fuerza y me golpea con el cinturón.

Una...

Dos...

Tres...

Cuatro...

Cinco...

Y se detiene, me deja caer al suelo, quiero llorar pero no lo hago, no le daré el gusto. Él sonríe y me toma por la camisa para luego romperla, quedo desnuda frente a él, mis heridas saltan a la vista junto con los morados que hay en mi cuerpo, otro hombre no le gustaría estar con una mujer así o no lo harían porque saben que estoy lastimada, pero eso no pasa con K, a él le excita estar con una mujer que ha sido maltratada por él mismo, así que en estos momentos debe estar duro como una roca.

Intento cubrime con mis manos pero él me toma de todas maneras, sentirlo de nuevo dentro de mí, me hace sentir demasiado asquerosa, siento las ganas de vomitar, estás aumentan con cada embestida que él da en mí, no me muevo e intento no quejarme, él odia eso, así que para disfrutarlo, mete sus dedos en mis heridas abiertas, los gritos que dejan mi garganta son desgarradores, termino dañando mis cuerdas vocales, caigo desmayada de nuevo, no sentí cuando terminó de follarme. Al volver a abrir mis ojos estoy en una habitación y puedo ver a mis dos hijos jugando, detrás de un vidrio, ellos no me ven pero yo si a ellos, mis manos tocan el vidrio y no puedo evitar llorar, tengo años sin cargarlos, sin abrazarlos, jamás me han oído decirles que los amo, a pesar que su padre es un animal, ellos no tienen culpa de nada, recuesto mi cabeza en el vidrio cuando él entra.

—Puedo salvarte la vida si prometes quedarte a mí lado y volver a cómo era antes —se agachó a mi nivel.

—No —negué con la cabeza— Después de haber vivido estos años con tanta felicidad y libertad y de haber amado de verdad, no quiero volver aquí prefiero morir mil veces K, jamás te amé, jamás me gustó estar a tu lado, solo amo a nuestros hijos y por lo visto, los han tratado muy bien, no tienen marcas en su piel tal como las tenía su madre —suspiré— Y ahora que ya los ví, puedo morir en paz.

—No pasarás de esta noche, ¿Lo sabes no? —él río— Al menos te daré un pequeño regalo.

Él sale de la habitación y entra en la habitación donde están los niños, toma a Damián en los brazos y le dice a Vladimir que salga con él, llegan hasta aquí.

—Su madre quiere verlos —él los colocó frente a mí.

—¿Mami? —preguntó Damián y yo asiento ya llorando.

Él se lanza en mis brazos y lo aprieto lo más que puedo.

—Papá te pego... Por no hacer caso... Las mujeres deben hacer caso a los hombres... Eres estúpida mamá —soltó Vladimir.

Vladimir me empuja y quita a su hermano de mis brazos, solo puedo mirar a mi hijo siendo igual que su padre. Ellos salen solo escucho a Damián llorando mientras yo también lloro.

—Se parece a tí —le digo entre dientes— Es mejor que muera si eso impedirá que maté a personas en el futuro.

Él me da un golpe en la cara.

—Mi hijo es un orgullo, igual que yo no le tiembla el pulso, ya mató a su primera víctima —mis ojos se abrieron ante aquello— Tranquila cuando mueras ellos no tendrán que ver lo perra que es su madre.

Sus palabras cortan profundo, él se ríe y luego sale de la habitación, mi cuerpo se posiciona contra la pared dónde vuelvo a quedar inconsciente. Mis ojos se abren una vez más pero ya no puedo ver bien y escucho muchas cosas a mi alrededor, Jimin está frente a mí gritándome, siento como me carga y me levanta en sus brazos, otra alucinación, solo estoy en el suelo frío imaginando cómo sería si Jimin me sacara de aquí, cada vez siento menos mi cuerpo, tomé toda la fuerza que me quedaba para decir lo que sentía que quería decirle por última vez a Jimin.

"Te amo..."

"

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The Wanted +18 [Completada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora