Capítulo 2. La azotea

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El sonido de la puerta siendo abierta lo saco de sus pensamientos, podía sentir como sus bellos se erizaban, ya sabia quien era. Le pareció una idea tentadora el aventarse de ahí ya que con su poder podía caer sin problemas pero como lo habia prometido ya no sería un cobarde, ya no era un cobarde. Aun sentado se volteo en dirección de esta para verificar si estaba en lo correcto, y así fue.

Bakugou después de buscarlo por todos lados decidio subir a la azotea, era el único lugar donde no había revisado. Cuando llego casi se le sale el corazón del pecho al ver a Deku sentado en el borde. Sin embargo se obligo a calmarse, ese inútil podía tirarse de ahí y a él no tendría porque importarle, de todas formas sería un obstáculo menos para convertirse en el héroe número uno.

Se quedo parado en la entrada viendo como su amigo de la infancia aquel al que molestaba por el simple hecho de no tener un Don se giraba a verlo.

Pudo apreciar como sus facciones habían cambiado, se veía mas maduro apesar de solo tener 16 años, unas pequeñas cicatrices adornaban algunas partes de su cara, una atravesaba gran parte de su cara desde la barbilla del lado derecho hasta debajo del ojo izquierdo, así como un par de aretes se hacian visibles en su oreja, un pequeño percing en su ceja derecha y otras cicatrices en sus brazos, se pregunto como fue que se las hizo claro que sin dejar salir la pregunta de su boca.

Cerrando las manos en puños se acerco a Deku y sin importarle que estuviera en el borde del edificio lo golpeo en la cara. Izuku viendolo venir movio su cuerpo hacia el piso de la azotea para evitar caer.

Se levanto y encaro a Kacchan, le fascinaba como habia crecido Bakugo, estaba solo un poco más alto aunque seguía siendo unos centímetros más bajo que él, sus brazos y piernas tenian más músculo cosa que sin querer y poder evitarlo le excito, se regaño mentalmente, se supone que el ya no tenia sentimientos hacia Katsuki, se supone pero ahí estaban.

—Hola Katsuki —Saludo al mencionado con una pequeña mueca como sonrisa, si bien sentia cosas por el contrario no estaba ahí para cortejarlo ni volver a ser su amigo.

Tenía una tarea mucho más grande como para intentar recuperar a Kacchan.

—¡Que mierda Deku! —Katsuki lo tomo de la chaqueta del uniforme y lo acerco a él quedando a centímetros de su cara. —¿Cómo mierda es que estás aquí maldito?

Bakugou estaba más que furioso, era una combinación de varios sentimientos, enojo, desconcierto, sorpresa y un poco de tristeza, porque aunque era difícil de creer Bakugou también había cambiando, se dio cuenta de sus errores cuando se entero que Deku se habia cambiado de escuela y vecindario.

Se habia sentido una basura durante esos cinco años preguntandose como habrian sido las cosas si nada de eso hubiera pasado, sino hubiera sido un corbarde por querer dejar de sentir todo lo que sentía por el pecoso, porque de una cosa estaba seguro, a él le gustaba Deku, y eso lo desesperaba, como mierda le iba a gustar un inútil como él, siempre tan distraído y murmurando cosas para si mismo, por eso cuando se entero que no tenía un Don aprovecho para intentar sacarlo de su corazón.

Sabia que esa no era la forma pero no conocia otra.

—Como mierda es que una basura como tu que no tiene Don esta aquí ¡¿eh?!

—También me da gusto volver a verte Katsuki, yo he estado bien gracias, ¿y tú?

Deku sabia que estaba haciendo enojar al rubio pero le divertia ver como una vena resaltaba en la frente del mas bajo.

—¡Dejate de juegos Deku, maldito! —Izuku tomo las manos del oji rubí que aun estaban apretando su chaqueta y las retiro, aun sin soltarlas se acerco más a Katsuki faltando casi un centímetro para juntar sus labios, eso a Bakugou lo hizo sonrojarse.

—Kacchan —Dijo Izuku saboreando cada letra de ese nombre que él le había puesto al rubio cuando él habia comenzado a decirle Deku. —Si estoy aquí es porque tengo un Don, sino jamás habría logrado entrar a U.A.

La voz de Midoriya era más gruesa y ronca de lo que recordaba Bakugo, además de que su apodo habia sonado demasiado bien en los labios del peliverde.

—¡No quieras jugar conmigo maldito bastardo! ¡¿Cómo es que tienes un don?! —Katsuki se estaba quedando sin paciencia, quería explotarle la cara, se sentia mal consigo mismo como para que Deku regresara y le echara en cara todo lo que habia hecho mal.

—Sabes Bakugou no hay necesidad de alterarse, solo se presento y ya, tampoco tengo mucho conocimiento sobre eso ¿sabes? De todas formas no quiero pelear contigo, no vine a eso.

Katsuki aun sonrojado por la cercanía del otro lo solto y retrocedio unos pasos haciendo que Deku lo soltara también, fue soltando maldiciones mientras se acercaba al borde de la azotea y se sentaba. No sabia que pensar estaba confundido, estaba feliz por ver a Izuku de nuevo pero no sabía como sentirse al respecto, ya sabía que tenia sentimientos por el pecoso sin embargo intento ignorarlos y se le estaba haciendo fácil ya que no lo veía desde hace mucho tiempo, pero ahora que se volvían a encontrar no estaba seguro de poder seguir ignorando esos sentimientos y menos con la nueva apariencia del peliverde. Deku lo observo y se pregunto que hubiera pasado si se hubiese quedado, ¿seguirían los abusos? ¿o tal vez Kacchan lo habria dejado de molestar?

—Oye Kacchan, ¿cómo has estado? —Pregunto mientras se acercaba al rubio para sentarse a su lado.

Katsuki casi temblo al escuchar ese tonto apodo que el pecoso le habia puesto.

—Tsk —Izuku quería escuchar algo de su parte que no fueran insultos, quería poder cumplir su deber teniendo al menos una conversación decente con Bakugou. —He estado bien.

A Deku le brillaron los ojos, claro que el rubio no se percato de eso. Después de separarse de Katsuki paso por cosas que no le desea a nadie, los primeros años no sabía que hacer con su vida, pues ya no tenía motivos para vivirla, se fue por el mal camino, conocio personas realmente malas y a consecuencia de eso cayo en las drogas, su vida se resumia en drogarse, beber y dormir. Su madre estaba preocupada por él pero aunque se lo hiciera saber Izuku la ignoraba y ahora estaba arrepentido por eso, no le gustaba hacer sufrir a su madre pero aunque no es escusa él ya no tenía la voluntad para salir de todo eso.

No fue sino hasta que conoció a All Migth que pudo seguir adelante, él lo había ayudado a recuperar la esperanza de poder ser un héroe. Por eso ahora que era el portador del One For All tenía una gran responsabilidad en sus hombros, él ya sabía a lo que se iba a enfrentar cuando acepto ser el sucesor de All Migth.

—Me alegro, Kacchan. —Después de tanto tiempo Izuku sentía paz, una tranquilidad que sabía solo Bakugou le generaba y no podría tener, no al menos hasta que lograra su propósito.

¡Kacchan!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora