Capítulo 10. Mio

84 10 0
                                    

El primer día como maestro llega a su fin

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El primer día como maestro llega a su fin. Luego de que terminara mi entrenamiento con All Might, fui directo a las duchas, ya me estaba caducando. Me vestí con un pans negro y una camisa del mismo color, ando en chanclas con calcetas, y soporten.

Ahora me encuentro en la cocina revisando el refrigerador en busca de algo con que alimentarme, solo hay ingredientes para comidas elaboradas, quizás con un plato de cereal sea suficiente. Rasco mi nuca con una mueca de disgusto.

—¿Que haces nerd? —El repentino sonido hace que de un brinco en mi lugar y mi cabeza se estrelle, ya que estaba medio metido en el refri.

—Oh, Kacchan, busco algo para comer pero no encuentro nada.

—Eres un inútil, desde aquí veo que si hay cosas. —Me empuja con su mano para que me separe del refri, cosa que hago, solo para ver cómo Kacchan se inclina un poco y su trasero se levanta, bendiciendo mi vista.

Tengo la tentación de estirar mi brazo, pero me contengo, está bien que le traiga ganas y él a mi, pero eso no me da la libertad de andar tocando algo que claramente es mío pero aún no sabe.

—Bueno Kacchan, a diferencia de ti, yo soy un asco cocinando. —Cruzo mis brazos y hago un mueca de digno.

—¿En serio? No me había dado cuenta. —Vaya, que se note el sarcasmo. Saca algunas muchas cosas y las deja en la isla. ¿Para qué son? No se, tu dime.

Yo me hago wey por otro lado en lo que Kacchan cocina quien sabe que, ahora que lo pienso, algo se me está olvidando. Mi ceño se frunce en concentración. ¿Qué día es hoy? ¿Qué día es mañana? Piensa, piensa, piensa.

El cumpleaños de Kacchan.

Es verdad, mañana es veinte de abril, maldición, no tengo regalo, ¿qué hora es? 6:37 PM, joooder. Si me apuro quizá llegue a algunas tiendas.

—Mm, Kacchan, voy a salir rápido a un mandado, por favor guárdame un poco, no tardo.

Armando me de valor dejo un beso en su mejilla y me voy antes de que se le acuse de homicidio. Salgo de la UA lo más rápido que me permiten mis piernas, con la ayuda de OFA llegó al centro comercial en menos de veinte minutos. Bueno creo que no se cómo funciona un centro comercial porque todo está abierto y hay demasiada gente.

Vago en busca de algo que regalarle a mi chico explosivo, una estantería llama mi atención, me acerco y veo un juego de dos anillos, sencillos pero lindos, quizá pueda pedir que les graben algo. Correcto, me gustan, me los llevo. Entro en la tienda y le pido a un trabajador del lugar el par de anillos.

—¿Pueden grabarles algo ahora? —Pregunto.

—Si, tardaría más o menos media hora. —Excelente servicio.

—De acuerdo, en este puedes...

Regreso casi a las ocho a la academia, antes de ir a comer algo, subo a mi habitación a guardar los anillos, no se que talla de dedo sea Kacchan, pero espero tener buena suerte en esto y que le quede. Cuando abro la puerta me encuentro con una escena peculiar. Mi nuca pica.

—¿Qué se supone que es lo que están haciendo ustedes dos? —Alzo mi ceja en una interrogación.

¿Por qué hay un sujeto bicolor encima de Kacchan? ¿Qué está pasando?

Kacchan empuja al chico ocasionando que caiga de culo al suelo, su cara me demuestra que está igual de disgustado que yo. Me acerco a paso veloz al chico y lo agarro del brazo, lo levanto ejerciendo un poco de fuerza y lo dirijo a la puerta.

—Bueno, que tengas bonita noche, adiós. —Cierro la puerta en su cara y me giro para ver a Bakugou.

Tiene las mejillas rojas, y la camisa arrugada. Guardo los anillos en la mesita de noche que está a lado de mi cama y me acerco a Kacchan. Lo miro desde mi altura pues el esta sentado en su cama. Sus ojos clavados en los míos.

—Deku. —Dice en un susurro suave.

—¿Qué? —Espeto sin disfrazar mis celos.

—No es, no es lo que estás pensando, ni siquiera se lo que estás pensando, pero no era nada malo. —¿Ah no?

—Yo no estoy pensando nada Katsuki, solo estoy analizando cuál podría ser la razón por la que un sujeto que tiene por cabello dos colores estaba encima de mi chico. —Digo, mi voz suena baja, analítica.

—Tks, ¿cómo que tú chico, bastardo? —Kacchan se levanta de la cama quedando casi a mi altura. Sonrió ladino.

—Ah, entonces no te importaría si me encuentras en una situación similar ¿no?

Sus cejas casi se juntan al fruncir el ceño. Me acerco los pocos pasos que nos separan y tomo al ojo rubí de las manos juntadolas y empujando su cuerpo con el mío para que se acueste está vez. Coloco sus manos por encima de su cabeza y las sostengo con una mía, la otra la pongo en su cadera, dejándolo sin poder moverse. Acerco mi cara a la suya siendo separadas por apenas unos centímetros.

—Dime Kacchan, ¿te gustaría encontrarme en una posición comprometedora con otra persona que no seas tú?

—No me importa Deku. —Responde luego de unos segundos.

Acerco mi cadera a la suya provocando un roce entre nosotros. Sin poder evitarlo un gemido escapa de mis labios. Kacchan suelta un suspiro entrecortado, nuestros labios cada vez más cerca, apunto de tocarse, si solo pudiera besarlo.

—¿Seguro? —Pregunto volviendo a producir la fricción entre nuestros cuerpos. Esta vez manteniendo unidas nuestras partes, ejerciendo un poco de presión, para que sienta lo que provoca en mi.

—¡Mierda, si me importa, ahora deja de hacer eso sino me vas a besar estupido!

No espero un segundo más para juntar nuestros labios en un beso que me sabe a gloria. Saboreo sus labios con mi lengua en una señal sugestiva, él entiende por lo que su boca se abre permitiéndome el paso. Nuestras lenguas se unen en una danza en busca de más, de sentirnos como nunca antes lo hicimos. Nos separamos por falta de oxígeno, no soporto la distancia que nos separa después de probarlo así que junto nuestros labios una vez más.

—Agh, Iz- Izuku, espera. —Kacchan coloca sus manos en mi pecho en un intento de separarme de él.

—Sabes, que me llames por mi nombre me prende más, así que si quieres que me detenga no me digas así. —Nuestras respiraciones están entrecortadas, como si acabaramos de correr un maratón.

—Deku de mierda, ya quítate de encima.

—No parecía que quisieras lo mismo hace un momento, eh, Kacchan, pero está bien ya me quitó. —Dejo un corto beso en sus labios antes de levantarme. —Ire a comer, espero que me guardaras algo, muero de hambre.

—Tks, si nerd, te deje Katsudon en el refri.

—Bien, vuelvo en un rato.

Salgo de la habitación dejando a un rubio confundido y caliente hasta la mierda.





🌹
Listoooo, al fin hay besoooo.
Que emoción, disfruten que se vienen cosas malas😓

Nos vemos, bai bai.

¡Kacchan!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora