Capítulo 7. Mi perdición

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—Deku —Su nombre salió de mis labios con tanta suavidad qué podría jurar que no era yo

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Deku —Su nombre salió de mis labios con tanta suavidad qué podría jurar que no era yo.

Tenía algunas heridas menores esparcidas por su rostro, quizá sea por los árboles cuando venía corriendo.

¿Eh?

—¿No tu quirk era super fuerza? —Le pregunté cuando vi que las heridas en su rostro se estaban curando solas. Quería no parecer sorprendido, pero desde que llegó no pude evitarlo.

Deku cambió, otra vez, en estos tres meses que no lo vi. Carajo, siempre cambia para mejor, pues se había cortado el cabello, solo un poco, pero se le veía genial. Además de que se veía más grande, con más masa muscular.

—Eh, si.

—¿Entonces cómo es que se están curando tus heridas? —Le pregunto en mi lugar el mitad-mitad.

Fruncí el ceño al ver qué Deku no le contesto sino que se puso en guardia. Mire hacia donde veía el, pero no hay nada. O bueno, yo no venía nada.

—¡Hielo! —Gritó haciendo que el bicolor creará una vez más una barrera de hielo, justo a tiempo para evitar otra explosión. —Vienen por ti Katsuki. Así que por favor no te separes de mi. Por favor.

Sentí un escalofrío cuando dijo mi nombre.

Dirigió su mirada a mi al decir eso, y lo hubiera mandado a tomar por culo sino fuera por sus ojos. Me estaba suplicando con su mirada que le hiciera caso, se veía la frustración y preocupación en su rostro. Así que solo apreté los labios y asentí con la cabeza.

Una charla se instaló entre las dos personas que estaban conmigo.

—¿Cuál es la situación? ¿Por qué vienen por Bakugou?

—Es la liga de villanos, supongo que vienen por él por lo que sucedió en el festival deportivo.

—Su actitud agresiva los ha de haber echo pensar que podrían volverlo un villano.

—Es lo más probable. De todas formas Aizawa ya sabe y ha ido a avisar a los demás, me ha pedido que viniera por él.

Hablaban sobre un plan de como protegerme mientras corríamos por nuestras vidas. Las explosiones eran cada vez más constantes y fuertes, si una nos alcanza, pelamos pata.

Llegamos al lado del bosque dónde están peleando las Pussy Cats. Tal parece que están teniendo problemas. Deku desaparece de mi lado a una velocidad inhumana, llega al centro de la pelea y de sus manos saca unos látigos negros, envolviendo en ellos a los dos villanos que están ahí.

—¡Que carajo Deku! ¡¿Cuántos dones tienes pequeña mierda?!

—¡Lo siento Kacchan! ¡Te explico luego! —Se puso junto a mi viendo hacia todos lados. Y ahora que le pasa a este.

—¿Y ahora qué? —Pregunté irritado generando pequeñas explosiones.

—Algo se aproxima.

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