Jugando Ser Dios

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🦠🦾Iniciemos 🦿🧫
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- es impresionante su trabajo profesor - un hombre de cabellos marrones claros que miraba maravillado como los genes muertos se regeneraban con rapidez- con esto cuántas cosas podemos salvajes!!?!- mencionó emocionado mientras miraba con asombro al pelo negro que miro el suelo pensativa mente

- hoy me iré temprano - hablo con brusquedad para irse a casa sin mirar atrás.

Al llegar a casa miro con orgullo la belleza de su creación. Su cabeza no miraba la verdad, sus ojos miraban solo lo que quería ver, el silencio agobiante que no soporto más

Solo quería poder volverla a tener que siguió. Mientras cada vez era más y más cerca de lograrlo, su corazón latia con fuerza al saber que pronto lo lograría.

Cada pieza, cada molécula minúscula que hacía para poder ver el desarrollo de una evolución de la creación de la vida, la energía química.  

Miraba cada noche aquella foto de la niña que amaba con desden, era la única cosa que lo mantenía con vida.

Al ver cómo poco a poco se movía algo que era creada como una persona. Era su mayor anhelo al lograrlo, lágrimas salían de sus ojos al poder ver cómo ya una pequeña niña abría sus ojos y pronunciaba con sus labios las palabras que el tanto extraño

Pero sus ojo lloraron tan rápidamente, al ver cómo aquella niña que parecía ser perfecta, moría rápidamente destruyéndose por completó. La niña rogaba a su padre poder vivir. Deseaba seguir viviendo. Pero este solo la miro con asco para decir fríamente

- tu no eres mi hija- la agarro del cabello para arrastrarla hasta un gran horno. Abrió aquella puerta para meterla en aquel lugar, mientras los gritos de esta creación eran tan horribles y nefastos, que al ser encerrada. Miro lentamente como gritaba quejándose por el horrible fuego que la quemaban

- solo deseo una hija perfecta - aclaro para así mirar nuevamente sus planes con una sonrisa - porque hacer solo una hija - tocó su rostro con diversión al tener una idea tan horrible y espeluznante- porque solo una si puedo hacer tres- rio horriblemente, sintió como su corazón latia rápidamente.

Para sentarse en una silla y comenzar nuevamente con aquel proyecto.

  Su locura no tenía límites, deseaba ala perfección, deseaba poder ser feliz.  Mientras que un pequeño mono se acercaba a el dándole una taza de té, aquel mono que tenía una esfera que cuidaba su cerebro.

- gracias mojo jojo- mostró una mirada vacía para así retirarse dejando al hombre que descubrió una nueva fórmula para comenzar su plan.

El nuevo comienzo era cada vez más y más grato. Era feliz al ver su crecimiento nuevamente, las fórmulas eran correctas y esta vez los ingredientes correctos habían logrado poder ayudarlo. Con solo mirar la belleza de la contención de la carne por si sola, los huesos reemplazados por un duro metal. Los ojos que escogió a su antojo para cars niña.

Al ver que una tenía el más mínimo error las quemaba metía en aquel horno para mirarlas gélida mente como morían.

Soltó una carcajada con rapidez para así mirarlas a las cinco niñas que iban contrayéndose en unos recipientes gigantes.

- son perfectas- dijo con emoción, pero esa emoción desapareció al escuchar como la puerta se abrió, su hermana al ver lo que estaba pasando abrió los ojos como plato atónita.

Antes de que dijera algo el doctor se acercó a ella para sacarla con rapidez de la habitación.

Está sabía que estaba mal, gritaba a su loco hermano para tratar de que entrara en razón,miraba son poder entender que pasaba, deseaban que esto acabará, pero el hombre molesto gritaba de la rabia al recordar lo que su corazón sentís al perder lo único que tenía. Esta le dió una abofetada y grito para hacerlo entender la realidad, algo que jamás el volvería a ver.

Al tratar se llamar a la policía este saco de su bata un bisturí para cortarle el cuello a su hermana sin alguna emoción.  Ella agarran su cuello fuertemente al no poder hablar y ver cómo la sangre caía rápidamente. Este colgó la llamada para así apuñalarla una y otra vez en el pecho.

Aquella chica miro con tanto horror lo que era su hermano ahora, no podía gritar, el dolor era cada vez más y más fuerte.

La bata blanca era cubierta por el color carmín fuerte, el pequeño bisturí que goteaba. El sonido de los últimos gemidos de dolor de la pequeña hermana que soltó su última lágrima de dolor para morir.

Este la cargo en sus brazos para llevarla hasta aquel horno gigante. Coloco el cuerpo de su hermana delicadamente en aquel horno para prenderlo, y mirar cómo está moría quemada.

No mostró alguna emoción o algún sentimiento de misericordia o arrepentimiento. Se acercó a sus hijas para mirarlas con una sonrisa aliviado.

- su tía no será más una molestia tesoros míos- aclaro suavemente para así apagar las luces y mirar desde la oscuridad como dormían.

Continuara