El club del suicidio

22. Sorry

ERIC

Esta semana ha sido impactante y estresante por la temporada de exámenes, finalmente está a punto de terminar. La hora del almuerzo llegó muy rápido, por fortuna y Scarlett se encuentra tan sonriente el día de hoy caminando hacia a mí. Yo sonrío al sentir sus labios con los míos, ella me hace feliz a pesar de todo lo que estoy viviendo, ahora ella sí está para mí.

- Hoy hace un mes... -susurra.

- ¿Hace un mes? ¿Qué? -dudé un poco, ¿Hace un mes la bese? ¿Hace un mes que estamos juntos? Espero no haberla cagado y espero que no se ponga furiosa.

-No me autolesiono desde hace un mes, Eric -sus ojos irradian felicidad y su sonrisa grande ni se diga. Me abraza fuertemente. Me alegro mucho por ella, me alegro que esté tratando de recuperarse y que lo esté logrando.

Caminamos tomados de la mano por el corredor hasta llegar a la cafetería, donde llamamos la atención de todos. La veo y le sonrío, ella se sonroja por la atención que estamos recibiendo. Nos dirigimos a nuestra típica mesa, Olive Connor se nos une después junto a Rossie Fitch.

- ¡Scarlett! -llama la rubia a mi novia, yo miro de reojo a Rossie, ella no sabe exactamente a dónde mirar- ¿Puedes acompañarme a la biblioteca? -Noto que Olive codea a Rossie, ella sólo observa a sus pies- Encontré un libro interesante...

Scarlett me mira a mí y yo a ella. Algo se traen estas dos.

-Y Rossie quiere hablar contigo, Eric -soltó Olive. Se cubrió la boca y rio- Ups

-Chequemos ese libro -Scarlett se levantó. Oh no Scarlett, no- Vuelvo en seguida, amor -me da un beso fugaz. Mi chica celosa marcando su territorio, sonrío y la veo irse con Olive. A lo lejos gesticula algo con sus labios pero no puedo entenderle, ella señala a Rossie y ya puedo entenderlo.

-Siéntate...

Esto es incómodo, muy incómodo. Rossie se sienta frente a mí, colocando sus delgados brazos extendidos en la mesa redonda, sus dedos tamborean nerviosamente la mesa.

-Quiero pedir disculpas por lo sucedido en mi casa, yo no debí gritarte y ni siquiera correrte. En la noche pensé en cómo debiste estar sufriendo... en la oscuridad, en la noche fría que se presentó...

-Scarlett me ofreció quedarme con ella, sin embargo fue sólo hoy... hoy es el día difícil, tendré que volver con mi padre.

-No lo vas a hacer, tú volverás a mi casa -su mano tocó la mía, comenzó a acariciarla. Le miré sus ojos, los tenía llorosos- Lo lamento Eric.

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Scarlett se puso feliz por mí pero sigue odiando a Rossie, creo que su odio por Rossie será eterno. Regresar a casa de Rossie me hizo sentir aliviado, al menos serían más días sin ver a mi padre... quién de seguro se la está pasando de maravilla viviendo solo. Coloqué las pocas pertenencias que cargo conmigo, alrededor del sótano. El sótano de Rossie era más acogedor que su sala de estar, podría decirse. No sé si tenga suerte o el destino lo quiere así pero los padres de Rossie no han averiguado que vivo aquí... sin embargo sé que algún día lo harán. Los padres de Rossie no le prestan mucha atención, cosa que es triste. Ahí es donde me doy cuenta que hay tantas familias disfuncionales.

- ¿Y cómo estás? -preguntó Rossie, en sus manos traía un tazón repleto de palomitas de maíz, tomó el control remoto y encendió la televisión en un bajo volumen.

-No muy bien -arrugué la nariz- ayer fue un día extremadamente extraño para mí.

Rossie soltó una risita.