ERIC
- ¿Aspen? -pregunto totalmente incrédulo.
-Lamento no haberte avisado con tiempo -Scarlett suspira del otro lado de la línea- Fue muy rápido además mamá me quitó mi teléfono por un tiempo, se molestó conmigo quién sabe por qué -puedo adivinar a que está poniendo los ojos en blanco- ¿Crees poder sobrevivir sin mí?
¿Creo poder sobrevivir sin ella?
-.... ¿podrás soportar todo este dolor?
-No lo sé -soy honesto. Le he contado todo lo sucedido lo más resumido posible, ella se impresionó la primera vez que se lo conté, me abrazó y me pidió disculpas por no contestarme las llamadas, ahora se siente mal porque no se encuentra conmigo (cuando más la necesito nunca está por más triste que suene) Se encuentra en Aspen visitando a una de sus tías lejanas.- Mi padre no ha intentado algo -me asomo por el umbral de la puerta, no se escucha ningún ruido- no sé si esté recargando energía o no sé a quién demonios trata de engañar.
-Sé que podrás estar bien sin mí ¿no es así? -me rasco la nuca- Nos veremos el martes, ¿qué hay de malo?
-Que realmente te necesito -suspiro- es un fin de semana asqueroso sin ti.
Ella suelta un largo suspiro.
-La primera semana pasó bien sin embargo tengo duda de qué sucederá las próximas semanas -Hoy se cumplía un mes de que volvía a este lugar, ya no supe nada de mamá. Rossie sigue teniendo contacto conmigo, de vez en cuando iba a visitarla y pasábamos el rato en el sótano, sin que sus padres se enteraran- Dejemos esto atrás ¿sí?
Por más que quisiera que Scarlett estuviera conmigo no iba a aparecer en mi casa en este instante para abrazarme y hacerme sentir mejor.
-Te amo Eric -dice ella.
-Yo también -cuelgo soltando un suspiro, acercándome a mi cama y sentándome en la orilla. Recargando mis codos sobre mis rodillas, ocultando mi rostro entre mis manos.
Hay cierto punto de tu vida en el que todo es felicidad, incluso da miedo, porque sabes que no todo permanecerá así. Esa felicidad que sientes en ese momento terminará siendo destrozada por algo, por miedo, por inseguridad. Es cómo me siento, Scarlett me hace feliz pero todo lo que estoy pasando me hace sentir mal, me hace sentir hundido en un mar de sentimientos. Me siento agotado y no físicamente.
Me coloco la sudadera color gris, colocándome la capucha. Bajo las escaleras, encontrándome con mi padre en la sala de estar fumando de nuevo.
- ¿A dónde vas?
- ¿Importa?
Introduzco mis manos dentro de mis bolsillos después de haber salido de casa, a papá ni siquiera solía importarle, ¿por qué ahora sí? Lo ignoré y caminé en la tarde fría de Connecticut, como ya era Noviembre los días eran un poco fríos, rara la vez que llovía y hoy era una de esas veces. Caminé directo a la casa de Rossie, tal vez ella me acogería tal y cómo la primera vez, lo único que necesito es distraerme. No toqué la puerta, le envié un mensaje de texto diciéndole que estaba fuera de su casa. Ella se asomó por la puerta, estaba un poco despeinada y parecía que estaba usando pijama... ¡qué extraño! ¡Rossie Fitch en casa en un fin de semana!
- ¿Qué pasa Eric?
No lo pensé dos veces y la abracé con fuerza. Me sentía con la carga más pesada, necesitaba desahogarme, hacer algo lo más pronto posible para dejar de sentirme de esta manera. Rossie pasó sus brazos por mi espalda, acariciándome de la forma en la que Scarlett lo hace.
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El club del suicidio
Novela Juvenil"Quiero darles la bienvenida al club del suicidio...." Esta historia es completamente mía, se prohíbe su adaptación e imitación.©