¡Viernes! Su día favorito de la semana, no tendría que preocuparse por más maestros o su trabajo de medio tiempo hasta el próximo lunes, además, iría a la casa de su mejor amigo para dar inicio a la maratón de películas de terror que habían planeado por ser octubre ¿irónico? Lo más seguro, Hoseok realmente odiaba esa clase de películas sobretodo porque le costaría dormir y luego llenaría con mensajes a Jungkook, sin embargo, admitía que era divertido compartir comentarios tontos en medio del filme con él o sólo burlarse de las escenas ridículamente clichés de cada una.
Por eso podía aguantar las pesadillas que vendrían luego, podría pasar un rato junto a su persona favorita, solo ellos, sin nadie más alrededor y admitía que sonaba un poco raro, que su barriguita sentía una especie de pinchazo confuso, pero Hoseok era feliz cuando estaba junto a él, ya saben, como realmente la persona más feliz del mundo ¿al menos tenía sentido?
Últimamente sus pensamientos tienden a ser tan... Vergonzosos.
Tiembla ligeramente mientras se acerca a la puerta del hogar del pelinegro, una linda casa heredada por sus abuelos muy cerca de la universidad a la que ambos iban, incluso desde afuera todo estaba ordenado y bien cuidado: el césped estaba perfectamente cortado, había una maceta con flores junto a la puerta y la pintura lucía renovada, era una de las tantas cosas que hacían de Jungkook alguien realmente atractivo, atractivo hace una mueca y sacude su cabeza intentando ahuyentar el pensamiento mientras toca el timbre avisando su llegada, acomodándose la mochila repleta de dulces y otra chucherías en su hombro, hay un poco de ruido tras la puerta y el inconfundible sonido de Bam ladrando para recibir al invitado, no puede evitar sentir la familiar sensación de calidez instalarse en su pecho.
Y cuando la puerta se abre lo primero que visualiza es al enorme cachorro levantarse en sus patas traseras para efectuar un amistoso saludo (avalancha más bien) pero que hace a Hoseok soltar una risa llena de cariño mientras acaricia efusivamente su cabecita hablándole en un tono cariñoso.
- Ya veo porque se pone tan mimado deberías dejar de consentirlo tanto eh, acaba de masticar mis zapatos favoritos - la conocida voz de Jungkook se manifiesta atrayendo la atención de Hoseok, parecía que había estado estudiando, tenía sus lentes puestos y un lápiz puesto tras su oreja, pero es ese tono que sólo cuando se trata de Bam lo que le hace casi suspirar.
Ama a Bam, lo crío desde que era un bebé y sabe que ambos tienen un vínculo demasiado fuerte, cuando Jungkook le cuenta las cosas que hace su peludo amigo siempre tiene una sonrisa y ese tono suave, incluso en momentos como aquel, en dónde el perrito color chocolate se ve como el culpable de una enorme travesura.
- Perdón ¿pero qué puedo hacer? Es adorable - Sonríe dándole una última caricia y le ayuda a bajar sus patitas delanteras, el can satisfecho no pone ninguna resistencia y vuelve al interior de la casa meneando la cola, Jungkook suelta un suspiro divertido dándole paso para que entre.
No es que cubriera todo el marco de la puerta, pero era lo suficientemente alto y su cuerpo tenía las proporciones perfectas para hacerlo lucir corpulento, fuerte, a pesar de la vestimenta sencilla y hogareña que lleva puesta, todavía irradia tanta masculinidad, tanta confianza, Hoseok patéticamente quiere hundirse en su pecho y no volver a salir nunca.
Diablos, otra vez se ha quedado mirándolo demasiado tiempo.
Aclarando su garganta sintiendo el calor trepar por sus mejillas se adentró a la casa, ignorando la curiosa mirada que le otorga Jungkook así que intentando desviar su atención, se va a la cocina para sacar los snacks y comienza una charla desde allí.
- Traje tu tonto helado de maíz, aunque no sé que tan bien venga, se movió hacía el lado de mi espalda y me estuvo congelando todo el camino - Escuchó sus pasos alejarse de la puerta para luego ponerse a su lado, soltando un risa burlona.
- ¿No se te ocurrió cambiarlo de posición, tonto? - Le reprochó, remarcando la palabra tonto como si le pareciera realmente divertido. - Oh, ya sé, mi Hobi estaba demasiado ansioso de verme, ya sé que me extrañaste. - mi hobi, su corazón se aprieta un poco.
Pero no tan apretado como los brazos de Jungkook a su alrededor mientras sigue diciendo cosas tontas haciéndolo sentir tan avergonzado y a su vez lleno de una emoción extraña, termina por alejarlo con un sonido de frustración y lo escucha reír más fuerte.
- No te enojes, gnomo gruñón, mejor dame mi helado antes de que sea sopa- Hoseok le tiende el dichoso postre y el pelinegro canturrea contento, dejando un beso sobre sus cabellos mientras vuelve a la sala. - Encontré la película perfecta, nada mejor que niños huérfanos y una casa embrujada, es susto seguro.
Claro que no para Jungkook, esas cosas no lo asustaban, pasaba gran parte de su tiempo libre viendo aquellas películas o aquel hombre del canal espeluznante en YouTube que contaba sucesos extraños, incluso otros videos un poco más turbios de fantasmas, nunca lo había visto impresionarse, sólo seguía diciendo que no era real así que no había nada que temer.
Probablemente también lo decía por lo asustadizo que era Hoseok, porque lo conocía, era un libro abierto para el otro chico.
Con un Bowl lleno de diferentes papas, desde picantes a saladas, un par de refrescos y algunos otros dulces Hoseok caminó hacía la zona, Jungkook se levantó y le ayudó a acomodar las cosas en la mesa frente al sillón luego se sentó otra vez, palmeando el lugar libre a su lado así que no tardó en acomodarse, dejando sus zapatos en el suelo para poder subir sus piernas, abrazándolas contra su pecho y posteriormente instalando su barbilla sobre sus rodillas, era su posición de "defensa" o así la catalogaba, pues de algún modo le hacía sentirse más seguro.
Escuchó la vaga risa de su amigo y pronto estaban viendo la introducción de la película, Hoseok intentaba ser fuerte, pretender que no le daba miedo pero tan pronto como la primera escena terrorífica ocurrió sólo pudo esconderse tras sus dedos, soltando un pequeño quejido de pánico, la misma acción se repitió hasta la mitad, Jungkook sólo le daba palabras de ánimo, frotando sus cabellos e incluso llegando a pasar su brazo sobre sus hombros en un apretón reconfortante, pero cuando se aferró a su mano sin darse cuenta pudo escuchar la voz sorprendida del pelinegro.
- Hobi, estás helado - aquello le hizo apartar su extremidad de inmediato y en realidad lo estaba, por alguna razón sus manos siempre se terminaban helando cuando algo le daba mucho miedo. Le mostró una sonrisa apenada y frotó sus palmas entre sí, sin embargo, Jungkook negó y extendió la suya frente a él. - Aquí, damelas, no vaya a ser que termines congelado. -
Pesé a la voz risueña sabía perfectamente que no aceptaría un no por respuesta, así que se las tendió, su piel gélida entrando en contacto con la suya tan cálida, Jungkook siempre era cálido. Sus manos se veían algo pequeñas sobre la suya aunque eran ambas todavía casi que podría cubrirlas con sólo cerrar su mano, sin embargo, terminó formando una capa protectora con la restante y comenzó a repartir suaves caricias sobre ellas, su pulso se disparó, ni siquiera pudo concentrarse en lo que restó de la película.
Era un gesto tan tierno, tan inofensivo y Hoseok estaba a punto de derretirse, sintiéndose tan somnoliento, pequeño, siguió el ritmo de sus caricias con sus ojos entrecerrados hasta terminar apoyando su cabeza en su hombro, sintió el peso de la suya poco después y por un momento todo era calma, quizás se quedó dormido o terminó en un trance, no supo nada más hasta tiempo después cuando Jungkook lo llamó para comer, lo miraba con esas notas de dulzura y algo de diversión aún.
- Pequeño oso dormilón, por fin te dignas a despertar, me dejaste solo viendo la película - Y continuó dándole un sermón que era todo, menos un regaño como tal mientras Hoseok frotaba sus ojos, bostezaba y reía suavemente.
¿Siempre iba sentirse de esta manera alrededor de Jungkook? Y la respuesta era un unánime sí. Aquello pasó hace un mes, Hoseok seguía recordándolo como si hubiera sido ayer, de todas formas, sólo fue el inicio para confirmar aquello que tanto había temido.
¿Iba a dejar de enamorarse algún día de Jungkook?
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𝖫𝖾𝗍 𝗒𝗈𝗎 𝖻𝗋𝖾𝖺𝗄 𝗆𝗒 𝗁𝖾𝖺𝗋𝗍 𝖺𝗀𝖺𝗂𝗇 | 𝗝𝗝𝗞 + 𝗛𝗦𝗞
FanfictionEl café y Jungkook se parecían, era perjudicial obtener demasiado de ambos pero, para su mala suerte, se había hecho adicto a ellos.