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me gustaría decir que luego de que nos tomamos la mano pasó algo más, pero fueron tan sólo 5 minutos de un tortuoso silencio hasta que me soltó y se levantó del asiento diciéndome que debía irse pronto.

lo acompañé hasta la puerta de mi casa y se fue sin darme una última mirada, simplemente dijo: "nos vemos mañana en el colegio" y partió.

y también me gustaría decir que no sentí nada con sus acciones, pero mi corazón seguía jugando conmigo y me confundía.

me pasé el resto de la tarde en mi cama mirando al techo en silencio intentando entender que me pasaba, porque nuevamente ponía sobre la mesa que con mis amigos no me sentía igual, y el changbin lograba ponerme tenso y a la vez tranquilo, y quería más y más de ese sentimiento aunque me asustaba.

al otro día cuando me levanté, me vestí rapidito y tomé mi mochila para irme lo más pronto al colegio, quería ver al hyunjin para poder contarle todo y desahogarme, aunque obviamente no le diría que la persona que me tenía así era el changbin, primero prefiero estar muerto.

al llegar al colegio me fui casi corriendo a la sala, pero para mi desgracia el hyunjin no estaba, el weon nunca faltaba y justo hoy se le ocurría no venir. me tocaba sentarme solito en clases y además tragarme todos los sentimientos porque no me atrevía a contarle a nadie más, aunque de todos modos no me aguantaría y seguramente le terminaría diciendo al chan.

así que cuando terminó la primera clase y salí a recreo, fui hasta la sala de 4to medio para poder buscar al chan lo más pronto posible, y no sé si por mala o buena suerte, lo primero que vi fui al changbin.

-buenos días, felixito, ¿me viniste a buscar a la sala? -dijo acercándose para hacerme cariño en la cabeza. estábamos en la puerta, así que cuando el chan iba saliendo de la sala vi su carita de confusión.

-pesado, vine a ver al chan, tengo que hablar de algo con él -respondí, alejándome un poco de su cuerpo, moviéndome lentamente hasta quedar a un lado del chan.

-hola, pollito -me saludó el chan a la vez que me rodeaba en un abrazo, y cuando me separé el changbin ya se había ido de ahí -¿qué onda tú con el changbin?

-¿por qué preguntai eso? -dije intentando ocultar los nervios mientras empezábamos a caminar hasta las banquitas que siempre usábamos.

-no sé, ¿pasó algo? -respondió, sentándose una vez habíamos llegado, yo me senté a su lado y me crucé de brazos.

-supongo que ahora somos amigos.

la verdad es que no tenía ganas de conversar sobre eso con el chan. si decidiera confesarle a alguien lo que estoy sintiendo sería al hyunjin. no es como que el hyunjin sea más maduro o serio, pero es el weon más gay que conozco y siempre sabe que hacer en estos casos, en cambio el chan nunca ha manifestado ir pal otro equipo, por lo que no me sería de ayuda.

-wenaaaa cabros, ¿ustedes dos no invitan a pasar el recreo? -dijo el seungmin llegando con el jeongin, se sentaron al frente de nosotros.

-andai choro seungmin ¿alguna vez les he tenido que mandar invitación? -dijo el chan mientras le desordenaba el pelito al jeongin.

si soy sincero no pesqué la conversación de mis amigos, simplemente me quedé metido en mis pensamientos. había escuchado por ahí que la probabilidad de que alguien fuera gay era de un 50/50 y me preguntaba ¿en qué porcentaje estaría el changbin? de todos modos la gente gay suele juntarse con gente gay, y los amigos del changbin heterosexuales no son. el chan es hetero, pero digamos que muy amigo del changbin no es, y del seungmin nunca lo he tenido claro.

cuando terminó el recreo me fui a la sala con los cabros y estuve toda la clase intentando enfocarme en lo que hablaba el profe, estábamos en química, así que nos entregarían la nota al final de la clase y lo único en lo que pensaba era en que quería mostrarle al changbin como me había ido. y después de casi una hora y media de tortura con la tabla periódica el profe pasó puesto por puesto entregando las notas y cuando llegó al mío sentí la satisfacción más grande del mundo, un 7.

-¿que nota te sacaste, amiguín? -preguntó el seungmin dándose vuelta en su asiento para mirarme. el timbre del recreo del almuerzo había sonado justo antes de poder mostrarle mi prueba y mi cara de felicidad, porque salí casi corriendo a buscar al changbin a su sala con la hoja en mano.

en este preciso momento odiaba que la sala de 4to medio estuviera literal al otro lado del colegio, porque se me hizo largo el camino a pesar de que no era tan lejos. entré por la puerta de la sala y estaba el solito, los otros simios de sus compañeros habían salido a buscar puesto para almorzar, incluido el chan que seguramente me estaría buscando por ahí en el comedor.

-¿qué te trae por aquí? -preguntó, guardando las cosas en su mochila con toda la calma del mundo.

me acerqué hasta su puesto y con una sonrisa que no me la borraba nadie le mostré la nota.

-me saqué un 7 en la prueba para la que me ayudaste a estudiar, estoy muy feliz -dije en respuesta, sin poder dejar de mirar mi nota.

-felicidades, wawito, ¿me gané algo por ayudarte? -preguntó estirando sus brazos hacia mí, y claramente ni la pensé, lo abracé por un ratito, sintiendo su olor a axe chocolate.

cuando me separé de sus brazos sentí el calor subirme a la cara, no había procesado el momento hasta que lo vi sonreír parado frente a mí. mi corazoncito latía como loco, y no quería ilusionarme porque los abrazos de celebración se dan en todas las amistades, pero este se sentía tan diferente. ¿y por qué me decía wawito? ¿quién se cree para jugar así con mi corazón?

cuando caí realmente a tierra fue en el comedor, porque jamás había compartido ese espacio antes con el changbin, y ahora estábamos ahí comiendo y hablando de cosas sin sentido entre risas y miradas que no paraban.

-aquí estabai, te estaba buscando y no te encontraba -dijo el chan, sentándose a mi lado, y junto a él venían el seungmin y el jeongin, pero ellos se quedaron parados.

-déjalos solos, chan, no ves que ya están empezando a llevar bien, en una de esas terminan juntos -dijo el jeongin riéndose, cabro chico carbonero, le gusta hacerme pasar vergüenza, podía sentir que mi cara estaba como un tomate nuevamente, como el 80% de las veces que estaba con el changbin presente.

aunque de todos modos no me molestaba, porque si quería estar solo con el changbin. había descubierto que era el mino más tierno del mundo, y que además de entrenar y ser chico fitness le gustaba comer harto igual que a mí, pasar el tiempo caminando y escuchando música, ver los aterdeceres, los videos de mukbang, y las estrellas, así como tampoco le gustaba el invierno, así que ahora estaba de mejor humor que cuando nos conocimos. eso explicaba mucho.

-son pesados, cabros -dijo el changbin, compartiendo risitas con ellos, aunque el chan no se veía muy feliz cuando se levantó de su asiento para irse con los cabros.

-perdónalos, son medios weoncitos -dije luego de la interrupción, para mi mala suerte el recreo se me había hecho muy corto, y ya casi no nos quedaba tiempo para compartir.

-tranqui, ya me acostumbré, les tengo cariño -dijo en un tono suave y calmado, logrando quitarme la tensión que sentí en un momento.

era casi mágico, las sensaciones que se repartían por mi cuerpo eran todas nuevas, y eran muy adictivas, no quería estar sin el changbin cerca. de pronto quería pasar más tiempo con él y hablar de todo y nada a la vez, porque siempre que estábamos juntos el tiempo se pasaba rápido, me daban ganas de detener el reloj y quedarme más y más horas a su lado.

supongo que así se siente cuando quieres muchísimo a un amigo, ¿no?

axe chocolate  ✰ .. ! changlix chilensis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora