III

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A la mañana siguiente, la familia se levantó temprano y salió rumbo al templo que hace unos años la gente de la aldea elevó en nombre de este Dios.

Los padres se quedaron dentro del carruaje para darle el espacio a su hijo, ya que este templo no era precisamente grande. Todo estaba decorado de manera humilde, probablemente no era un dios de muchas riquezas pero de seguro serviría para aliviar su consciencia.

Prendió tres inciensos y los paro delante de la imagen del príncipe heredero, aplaudió tres veces y comenzó a orar.

"Protegeme de ese demonio"

Fue su único deseo.

Luego salió del templo y volvió con una cesta de frutas, lo acomodó en el altar y con una sonrisa se limpió el sudor de su frente.

- ¡Con todo esto ni la misma muerte podrá llevarme!

Sonrió con confianza y sacudió su ropa.

"¿Qīng Xuán?"

La sorpresa se asomó por su rostro, alguien acababa de llamarlo, giró por todos lados buscando a cualquier persona pero no había nadie más que el mismo.

Elevó sus manos y sostuvo su cabeza ¿Acaso ya había llegado a la locura? Era demasiado joven como para arruinar su vida.

Sin dudar, salió corriendo del templo, subió a toda prisa en el carruaje y cuando le preguntaron cómo le había ido, solo respondió "de maravilla!"

Talvez... Debería de buscar a otro dios más poderoso.



Al volver a la gran casa de sus padres, se dirigió a las caballerizas en busca de su precioso Xiǎo Táozi. Al verlo el caballo relinchó de felicidad. No habían salido a pasear desde hace unos días; es por ello que quería aprovechar lo que restaba del día para poder ir a cabalgar a cualquier lado del pueblo, menos por la costa.

Salieron sin rumbo para las montañas, saltaron algunos riachuelos y corrieron por las amplias praderas, hasta llegar a un pueblo, después de haber recorrido tanto ambos estaban cansados y sedientos, así que se detuvieron y fueron a una casa de té.

El lugar tenía un aspecto elegante, decorado con algunas telas de color verde y réplicas de oro; caminó al segundo piso y se sentó en la mesa que estaba al borde de la terraza para vigilar a Xiǎo Táozi.

Una jovencita de aspecto frágil pero enérgico se acercó a tomar su orden y después de tomar el pedido Qīng Xuán, no pudo evitar preguntar algunas cosas.

- El joven no parece un cultivador o un monje ¿A dónde se dirige este joven?

Qīng Xuán con mucha calma le respondió mientras miraba al exterior.

- La dama no se confunde, no pertenezco al mundo del cultivo y mucho menos al mundo de las artes marciales, soy solo un humilde campesino que se perdió en estos lares ¿Dama, sabe por dónde está la mansión de la familia Xiāng?

La joven de la casa de té, meditó por un momento, ciertamente si estaban algo lejos de la mansión de esa distinguida familia; pero no pensaba en eso sino en que este joven, le estaba mintiendo! Alguien con unas túnicas y ese tipo de piel jamás sería un campesino! Incluso ella tenía las manos más lastimada que este joven.

- El joven no debe de preocuparse, si sigue de frente por la entrada de la aldea podrá ver que llega a esa mansión.

La conversación concluyó y la chica se retiró.

Ahora que se encontraba solo se puso serio y meditó sus verdaderos motivos de estar aquí; de sus mangas sacó un pergamino y lo desplegó sobre la mesa. En el gran papel estaba dibujado un mapa donde estaban marcado los templos de diferentes dioses.

-Hmm estamos en el norte, entonces... Aquí debería de estar el Dios marcial del norte Pei Ming Guang. Este Dios debería de acabar con ese mal presagio.

Sobó sus manos entre si, en su mente todo estaba meticulosamente  planificado. Si no había error en el mapa entonces no debería de estar lejos de este templo.

El tiempo pasó y la señorita de la casa de té se acercó con su bebida. Qīng Xuán lo tomó con calma mientras perfilaba los planes, pues sería demasiado sospechoso desaparecer durante tanto tiempo, debía de darse prisa si quería volver antes que el sol se pusiera.


XiǎoTáozi estaba amarrado afuera del establecimiento bebiendo agua de un barril. La calle era una zona comercial, así que no era novedad que la gente estuviera gritando para anunciar sus productos, aunque de todo este bullicio podía distinguirse muy bien las amenazas de un hombre barbudo a otro, al parecer a este comerciante no le habían pagado por el consumo de una fruta.

- ¿¡Acaso crees que puedes agarrar una fruta y simplemente comertela sin pagar?!

El hombre al que cuestionaba parecía demasiado distraído y desinteresado en el tema, evidentemente fue esta actitud que hizo que el vendedor se exaltara y se volviera algo agresivo, al punto de empujar al más joven.

-Te estoy hablando pequeña mierda, ten respeto a tus mayores.

El caballo miraba todo ese drama, a lo mejor después de haber estado tanto tiempo rodeado de personas había aprendido como entenderlos. Lo que nadie supo fue que el caballo se asustó cuando miró los ojos de ese chico, sin duda no olvidaba esa presencia, los animales son mucho más sensibles y jamás olvidan sus malas experiencias.

Qīng Xuán seguía concentrado en su trabajo, hasta que escuchó el relinchar de su cuadrúpedo, de inmediato sacó la cabeza por el balcón y en efecto, algo parecía haber molestado a su amigo.

Dejó una pieza de plata y bajó a ver qué sucedía.

-Si no me pagas, estaré en todo mi derecho de golpearte ¡maldito ladrón!

El señor levantó su puño, directo a estrellarlo contra esa cara tan molesta. Lamentablemente sus movimientos fueron muy lentos, el desconocido con mucha facilidad esquivó el golpe, su juego de pasos fue tan preciso y ágil que terminó detrás del comerciante. El viejo llevado por la ira, se giro con la mano en el viento, dispuesto a intentar otro golpe pero esta vez su contrincante no solo volvió a esquivar, sino que está vez elevó su pierna y lo pateó por detrás.

El caballo que ya estaba transtornado por la presencia de ese joven vestido de negro, ahora estaba  en una crisis nerviosa por el repentino golpe de ese hombre gordo.

- si tienes derecho a golpear, entonces tengo el derecho de defenderme.

En una sola línea y en una sola acción, ese joven de negro le había ganado a ese comerciante.

Qīng Xuán, al ver todo este lío solo pensó en sacar a su pobre amigo de allí, corrió y empujó al gordo.

-¿ Xiǎo Táozi, estás bien? Este dueño se lamenta mucho haberte descuidado.

Como si se tratara de un bebé, el dueño abrazó el rostro del animal y lo consoló.

El pobre comerciante que fue derribado por segunda vez, solo escupió al suelo y maldijo a lo alto antes de irse.

Las personas comenzaron a dispersarse pues el espectáculo había terminado, dejando así solos a un caballo, a un dueño amoroso y a un mudo ladrón, en medio de la calle.

Nuevamente nadie observó, pero ese extraño desconocido ensanchó la mirada al ver a ese joven que había salido corriendo de la casa del té. Las pupilas de sus ojos parecían temblorosas y su boca se abrió para decir mil cosas; sin embargo, parecía arrepentirse pues no emitió ningún sonido. En si nadie sabe lo que pensó en ese momento; pero lo cierto es que sus pies se movieron con determinación hasta estar en frente del más joven y lo tomó con fuerza de la muñeca izquierda, obligando al otro a qué lo mirara a los ojos.

- Qīng Xuán

En la mente de He Xuán pasó muchas cosas pero el recuerdo más persistente fue ver como hace años este joven, que estaba delante suyo, se había suicidado por su culpa.









Nota:

No deseo hacer muy largo los capítulos, quiero omitir mucho el relleno.

RENCARNACION  shungxuanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora