II

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La familia Xiāng estaba encantada con la llegada de su primer bebé. No eran una familia excesivamente adinerada pero si lo suficiente como para permitirse ciertos lujos; todo esto porque el negocio de transporte marítimo, una empresa que fue fundada hace muchos años, estaba siendo todo un éxito, más ahora que hubo el cambio del Dios del Mar.

El señor Xiāng no dudó en hacer un banquete en el primer día de nacido de su hijo varón. En esta fiesta se reunieron todos sus socios y no solo eso, estaba de tan buen humor que incluso invitó a la gente que vivía en el pueblo. En cada mesa que iba a saludar, mostraba al diminuto bebé  con un orgullo extremo.

Tener un hijo, era bueno; tener un hijo varón, era excelente; tener un hijo varón y de aspecto atractivo, era simplemente perfecto!

No cabe duda que la vida del pequeño Ah-Xuan fue una cuchara de oro en su delicada boca.

En medida que los años pasaban, el hijo mayor de los Xiāng crecía de una manera ejemplar, su hijo no solo demostró ser inteligente desde una edad temprana, sino también versado en el arte de escritura y la poesía. A sus cortos 6 años ya podía escribir y hablar de manera decente. A sus 7 años, se le dió por primera vez una espada, lamentablemente descubrió que no tenía habilidad para eso. A sus 15 años el niño ya reía y jugaba por todos los lugares de la gran casa de Xian, a pesar de ser tan inteligente seguía siendo un niño alegre y demasiado travieso pero al ser el único hijo... Era evidente que no lo castigarían.

"¡¡Joven maestro,no vaya tan rápido en el caballo!!"

Los criados corrían detrás del caballo, su joven maestro aprovechó que sus padres estaban en la ciudad y al despertarse salió disparado a las caballerizas, tomó su caballo llamado ¹ XiǎoTáozi

XiǎoTáozi, significa pequeño durazno o duraznito. Táo (durazno) Xiǎo (pequeño)

Este caballo se lo había obsequiado su padre en su decimoquinto cumpleaños y a pesar de ser "nuevo" ambos tenían una relación muy especial. El caballo era salvaje, no le gustaba las ataduras y menos las monturas; exactamente como Qing Xuan, a pesar de lo que aparentaba, a él le gustaba ser un espíritu libre, como el viento, rebelde, algre, incontrolable.

Los criados no sabían si reír o llorar, su joven maestro era realmente terrible, ni siquiera le puso una silla al caballo, simplemente lo montó y se fue! Al final, tanto dueño como cabello se perdieron en el horizonte. Se rindieron y golpeando el pasto con la punta de sus zapatos, volvieron a la gran casa para seguir realizando sus labores.

- Xiǎo Táozi, Xiǎo Táozi los hemos perdido! jajaja

Qīng Xuán rio mientras acariciaba la melena de su mejor amigo, se bajó de su lomo y comenzó a caminar, no debía de preocuparse, su caballo igual lo seguiría. Siguieron caminando hasta llegar a una pendiente a las orillas del mar, se acomodaron y empezaron a jugar.

La brisa era amable y el sol solo deslumbraba pero no quemaba, la combinación perfecta que daba el inicio de la primavera. Siempre le había encantado admirar el mar; el poder de sus grandes olas, las diversas criaturas que ocultaba, el olor salado y peculiar que desprendía, tenía muchos motivos para considerarlo su lugar favorito; lamentablemente, tenía miedo a nadar, no sabe porque pero su cuerpo se tensa con la idea de estar dentro.

Su caballo ladeo su cabeza para que se acordara de alimentarlo.

- Xiǎo Táozi, si no te conociera diría que eres mi amigo solo porque te doy duraznos.

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