Rey vs Rey

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Mientras el público se encontraba a la expectativa del siguiente encuentro, en el palco de los dioses se vivía una situación distinta a lo usual.

Ares miró al humano desde el suelo, apretando los puños con furia.

—¿Por qué tú...?—se reincorporó de golpe, alzándose frente al emperador—. ¡¿Qué crees que estás haciendo?! ¡¡Luego de que yo, un dios, se tomase el tiempo para enseñarte algo de amabilidad!!

—¡Dios! ¡Qué cómodo!—murmuró Qin, mientras disfrutaba de su asiento.

—¡Eh! No... ¡No me ignores!—se aferró con fuerza al brazo del humano—. Yo soy uno de los Doce Dioses del Olimpo. Ares, dios de la guerr...

Con un nuevo movimiento, el hombre lo mandó a volar, estrellándose contra la pared para luego caer al suelo de cabeza.

—Eh...

—Que animado eres, grandote—sonrió el humano.

"¡¿Eh?! ¡¿O-otra vez?! "—pensó Ares—. "¡¿Pero qué me acaba de hacer?! ¡¿Cómo pudo voltearme de espaldas una segunda vez?!"

Hermes miró al dios de la guerra desde arriba.

"Oh, hermano Ares, eres el más estúpido del Valhalla"—una sonrisa se extendió por su rostro—. "Qué humano tan curioso es este"

—Estamos sedientos—anunció el emperador—. ¿Hay algo que podamos beber?

Hermes sonrió, complaciente.

—¿Puede que le interese algo de hidromiel, señor?

—¡Perfecto!

El mensajero sirvió la bebida en un tazón para que el humano diese un gran sorbo.

Hǎo! ¡Esto es delicioso!—sonrió—. ¡Buen hombre! ¿Cuál es tu nombre?

—Gracias por su preocupación, señor—respondió el mensajero—. Me llamo Hermes, uno de los Doce Dioses del Olimpo.

Ares volvió a ponerse de pie, temblando de ira.

—Pe... Pero... Pero ustedes dos... ¡¿Con quién creen que están hablando?!

En ese mismo instante, Göll abrió las puertas del palco de golpe, azotando el rostro de Ares una vez más.

Las miradas de todos los presentes se volvieron hacia la valquiria, quien se volvió directamente hacia el emperador.

—¡¡Ajá!! ¡¡Ahí estás!!—miró hacia su espalda—. ¡¡Tal como lo sospechabas, hermana!! Siguiendo todos estos agujeros... ¡¡Y mira quién es!!

Brunhild entró en el palco, con las manos apoyadas en la cintura, como si de una madre regañando a un hijo se tratase.

—Su alteza, incluso después de haberle dicho claramente que no dejara su habitación, y lo que es más, ha dejado el corredor lleno de agujeros.

El emperador sonrió una vez más.

Mou Man Tai! ¡El caminó es hacia dónde nosotros nos dirigimos!

Hermes no pudo evitar carcajearse, mientras que Ares habría los ojos de par en par.

"No... no tengo ni idea de lo que está diciendo, pero él parece que está muy desquiciado"

Göll se inclinó hacia su hermana y le susurró al oído:

—Ugh, que hable todo lo que quiera, él sólo apesta con las direcciones, ¿cierto?

Brunhild se volvió hacia Hermes.

—Mis disculpas por causarles molestias.

—No, no pasa nada—aseguró el mensajero.

Qin Shi Huang VS Poseidón: el rey del comienzo contra el tirano de los maresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora