10.

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Candela ;

–bueno, cambia la cara de orto o no salís un carajo, Candela.–Mi hermano se quejó.

¿y a este pelotudo que le pasa?

–¿que te pasa enfermito?–lo miré–, relaja dos cambios o te mando un bife nomás.

–y si flaca, una cara de orto que ponés de mal humor a todos.

–no me rompas la pija Tomás, y si no te gusta no salgas, es cortita–lo miré y terminé de arreglarme.

me enferma que me hablen mal y más si es el pajero de Tomás.

ya no tengo ganas de salir.

tengo ganas de quedarme en mí casa, llorando mientras como helado.

.

los pibes se fueron en el auto de los del pabe y yo me vine en mí auto con las pibas.

hoy no iba a tomar, ya que estoy manejando y afuera de los boliches siempre hacen operativo a la salida.

yuta puta.

estuve callada en todo el viaje mientras Gala y Milagros iban hablando de todo.

frené en un kiosco para comprarme agua y chicles, mientras los pibes compraban sanguches y más cosas.

me subí al auto a esperar a las pibas mientras tomaba agua.

se abrió la puerta del auto y miré, era Santiago.

–¿vas a seguir enojada?–se sienta.

asentí.

–gorda dale, me re enferma que te enojes por nada–nos miramos.

–¿por nada?–repliqué y el asintió–, ¿te parece nada que tengas la espalda rasguñada y me mientas diciendo que fué Quimey?

–¿de dónde sacaste que te mentí?–alza una ceja.

–Quimey habló conmigo ayer y nunca mencionó una pelea, tampoco creo que se tome el tiempo de rasguñarte toda la espalda.–suspiré.–queda en vos si me querés mentir Santiago, te estoy dando la oportunidad de que me expliques todo ahora y tratar de arreglar las cosas. Pero si seguís haciéndote el boludo, la dejamos ahí.

Gala golpeó la ventana y Santiago salió del auto.

las pibas entraron y yo arranqué enseguida al boliche.

estacioné y nos metemos enseguida al vip.

suspiré y dejé de lado todo, estaba acá para despejar un toque.

.

salí del baño del vip y justo empezó a sonar un cuartetazo.

me mentalicé para ir a bailar con Santi y arreglarnos.

pero cuando lo ví... ya estaba bailando con la rubia.

:(

de la nada sentí que me tocaron el hombro y me dí vuelta viendo a dami.

me hizo señas para bailar y asentí.

empezamos a movernos al rito del tema.

–¡ESE HIJO ABANDONADO, NADABA EN MARES DE DROGA Y PECADO!–gritamos al unísono.

me reí al darme cuenta como la estábamos viviendo.

–Y PASÓ, PASÓ PASÓ LO QUE TUVO QUE PASAR, SE ENFRETARON PADRE E HIJO–gritó Dami.

𝙨𝙩𝙧𝙚𝙖𝙢 ; 𝙨𝙖𝙣𝙩𝙞 𝙖𝙧𝙜𝙞𝙗𝙖𝙮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora