Capitulo 1.

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La arena caliente que se extendía bajo mis pies, la brisa salada acariciaba mi rostro y el sonido de las olas rompiendo en la orilla me llenaba de paz. Estaba en la playa, un lugar que siempre me había traído tranquilidad, pero esta vez era diferente. Blas estaba a mi lado, su mano rozando la mía con una suavidad que me hacía sentir mariposas en el estómago.

- Que hermoso, ¿No? -dijo Blas, mirando al horizonte donde el sol se hundía en el mar, pintando el cielo con tonos rojizos y anaranjados.

- Si, es increíble - susurré, sintiendo un nudo en la garganta. No podía dejar de admirar la belleza del paisaje, pero mi mirada se desviaba constantemente hacia él, hacia su perfil iluminado por la luz del atardecer

De la nada misma, pude sentir sus labios sobre los míos, cerré los ojos haciendo que mis otros sentidos se vuelvan mas fuertes, pude sentir el calor recorriendo todo mi cuerpo, como si fuesen una ola de pensamientos y emociones atacando mi cerebro y dejándolo sin defensas, pero por primera vez, estos pensamientos son positivos, no puedo parar de pensar en lo lindo que es, y en lo bien que me hace sentir cuando me dirige la mirada.

¿Esto es sentirse feliz?

Me siento feliz.

- ¡Kelly! ¡Kelly!

¿Eh?

- ¡Kelly! Son las 7:32 mamita arriba

Me desperté.

-Perdón ma, me quede dormida

- Si ya veo que te quedaste dormida, anda a la compu que ahora te llevo el desayuno -Dijo antes de dejarme un beso en la frente e irse para la cocina.

Yo me senté en la compu, me acomode los pelos con los que me levante y prendí la cámara.

-Kelly Barrios

-Presente- Dije rápido al escuchar mi nombre siendo nombrado en la lista.

Este era mi salón, si, una videollamada con mi profesor y dos o tres compañeros, y no, no estamos en pandemia, simplemente hago el colegio de manera virtual. Y aunque digo ¨simplemente¨ no hay nada de simple en el porque hago virtual y no presencial como una persona ¨normal¨ , listo, muchas comillas, ahora la parte complicada de explicar, la parte que a todos les da intriga, la parte que todos quieren saber.

¿Por que hago modalidad virtual?

Me hacen bullying.

Básicamente siempre fui una rechazada social, una aislada, como me gusta decirnos. La que siempre se sentaba sola, y en las ocasiones en donde me tocaba sentarme con otra gente, siempre era la que no comentaba nada, no porque no quisiera, si no porque no podía, no podía porque cuando lo hacia simplemente recibía malas miradas, miradas de asco, de desprecio.

¿Quién seria capaz de seguir hablando con cuatro personas mirándote como si fueses de otra especie? Y quizá si, quizá si somos de otra especie, quizá no pertenecemos, pero no por eso merecemos ser aislados.

ﻌﻌﻌﻌﻌﻌﻌﻌﻌﻌﻌﻌﻌﻌﻌﻌﻌﻌﻌﻌﻌ

La clase ya había terminado, ahora tenia todo mi día libre, así funcionaban mi día a día, era bastante aburrido pero al mismo tiempo lo disfrutaba, disfrutaba todo el tiempo que tenia para mi sola y para mis amigos. Porque si, a pesar de que soy una aislada, después de dejar el colegio pude hacer un grupo de amigos estable y armonioso al que quiero mucho, digo armonioso porque todos nos complementamos, somos cuatro.

Clara, una visión de belleza nórdica, era una rubia platinada de ojos azules penetrantes. Su cabello, suave como la seda, caía en cascada sobre sus hombros, enmarcando un rostro delicado con pómulos altos y una nariz recta. Sus ojos, de un azul intenso que recordaba el cielo de verano, parecían penetrar en el alma, transmitiendo una seguridad y una determinación inquebrantables. Era Alta y esbelta, con una cintura estrecha y piernas largas y torneadas, Clara emanaba una confianza que la hacía irresistible. Su sonrisa, radiante y contagiosa, podía iluminar cualquier habitación. Una chica tan hegemónica y perfecta que cuando la conocí pensé que me iba a hacer la vida imposible, sin embargo se volvió mi mejor amiga

Nico era un joven asiático de rasgos delicados y una sonrisa que podía derretir corazones. Su cabello, negro azabache y ligeramente ondulado, enmarcaba un rostro ovalado con ojos oscuros que brillaban con picardía. No era alto, pero su complexión delgada y atlética le daba una apariencia elegante y ágil. Y un humor...raro.

Blas era un gigante gentil, un chico alto y delgado que se movía con una gracia sorprendente a pesar de su altura. Su pelo, un castaño oscuro con rizos rebeldes que se rebelaban contra cualquier intento de control, le daba un aspecto un tanto desaliñado pero encantador. Sus ojos, grandes y expresivos, de un marrón intenso que recordaba el chocolate caliente, reflejaban una inteligencia aguda y una sensibilidad profunda.

Y si, con el es con quien vengo soñando desde hace semanas, no se porque, pero le resto importancia, aunque sean sueños lindos, es raro soñar con el en ese aspecto ¿Romántico?.

- ¡Kelly! -Grito mi mama desde la cocina.

- ¡¿Que paso?! -Respondí desde mi habitación sin mover un solo pelo.

- Necesito que lleves esto al correo - Dijo llegando a mi habitación con un paquete en sus manos.

Vi el reloj, eran la 12:55am, no podía, no podía ir, el correo quedaba al lado del que era mi ex colegio y ya casi era la hora de entrada de mis ex compañeros, el colegio quedaba cruzando las vías del tren, y se que si me los llego a encontrar cara a cara a mis ex compañeros soy capaz de lo incapaz, por ende, no puedo ir, aunque quiera ayudar a mi mama no puedo ir en este horario.

- Perdón, no puedo

- ¿No podes? ¿Cómo que no podes?

- Ya casi es la un - Respondí apenada, me daba vergüenza mi situación.

Mi mama suspiro antes de comenzar a hablar.

- ¿Tus pensamientos son mas fuertes que ayudar a tu mama? ¿EN SERIO? ¿En serio vas a dejar que tus pensamientos te carcoman la cabeza? ¿No entendes que no te podes esconder por siempre? - Me dijo enojada, antes de irse al correo cerrando la puerta de un portazo.

Ella no me entiende, pero no la culpo, soy una verdadera decepción a ojos de cualquiera.

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