capitulo uno

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Narra escritor.

"Estás muy gorda."

Una pequeña niña agacha su cabeza ante esas palabras.

"¿Quieres quedar como esas personas en la tele? ¡Un día ni siquiera podrás moverte!"

Los brazos de la niña temblaron mientras negaba.

"¡¿No puedes dejar de comer?! ¡Nos dejaras sin provisiones por tu glotoneria!"

Con nerviosismo y un picor en los ojos que indicaba que estaba a punto de llorar, se inclinó y pidió disculpas repetidas veces.

"Nunca conseguirás marido con ese cuerpo."

"Eres una mujer, debes cuidar tu imagen y no parecer un cerdo."

"¡Nunca llegarás a ser una mujer si sigues así!"

"No quiero... Seguir escuchando."

La niña era rellenita, igual a la mayoría de su familia excepción de sus primos y hermanos, siendo la única de esa generación con sobrepeso. Siendo la burla de sus hermanos y ganando regaños por parte de los adultos.

Ella estaba conciente de su situación, incluso era la última en las actividades acleticas de su escuela, pero en su mente no había alguna motivación para cambiar.

¿Por mi familia?

Porque hacer un cambio para aquellos que le hacían sentir mal.

¿Para que dejen de burlarse de mí?

En su mente siempre se repetía las constantes burlas, era conciente que su personalidad no la dejaría en paz y aunque cambiará siempre estaría siendo perseguida.

Una y otra vez recaía en pensamientos negativos que le impedían hacer algo para parar la situación. En conclusión, su espíritu había sido dañado tanto que no podía avanzar.

Pero un día, después de un día de escuela, la pequeña y su padre estaban sentado frente al televisor pasando canal por canal, hasta detenerse en uno específicamente de deportes.

La pantalla mostraba a dos hombres en esquinas contrarias de un ring mientras un árbitro hablaba en el centro.

La niña no le vió la gracia de ver a dos hombres semidesnudos, pero aún así no aparto la mirada del televisor. fue en el momento que se movieron que llamó su atención, se lanzaron a golpear a su oponente con tal brutalidad que tapo su rostro con las manos dejando un espacio entre sus dedos ya que le era imposible apartar la mirada de la acción.

Con el corazón acelerado y con un ligero temblor en su cuerpo, experimento una nueva emoción que no sabría explicarlo con palabras.

Ese fue el primer vistazo que le dió al boxeo profesional, y fue amor a primera vista.

El boxeo encendió una llama en su interior, se obsesiono tanto por el deporte que sonreía más amenudo, escondía el dinero que le daban para comprar revistas engañando al dependiente de la tienda diciendo que su padre le había mandado a comprar las revistas. Leía a escondidas, veía la televisión con su padre fingiendo que no tenía otra opción a los ojos de su familia y todo para ocultarles su amor por el boxeo.

Vivió su rutina hasta la edad de nueve años, una vez que leía las revistas, se fijó bien su mano regordeta y la comparo con la del hombre musculoso de la revista. Se paró frente a un espejo, mirando su cuerpo regordete junto a su cabello castaño y ojos de igual color.

Agarró su panza con sus dos manos, pensando en todas la palabras que recibió de ella.

Pero...

Mi Espíritu De Lucha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora