Capítulo 9: Lemuria

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Bueno ando corta de tiempo así que aquí dejo el capítulo de hoy, nos leemos después ☺️

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Una amplia sonrisa aparece al ver a ese pequeño ser dormir tan tranquilo entre esas mantas. Si bien era muy difícil para alguien con tan solo 12 años hacerse cargo de un bebe, él hacía todo lo que podía, ese pequeño le había dado un nuevo motivo por el que continuar .Los primeros años de exilio habían sino los más duros. El haberse tenido que ir del Santuario, todo aquello que rodeaba la extraña muerte de su maestro y la escasa por no decir nula información que recibía de la única persona con la que aún tenía contacto, el Viejo Maestro Dohko de Libra, solo lo llenaban de frustración.

-Ya... solo voy a prepararte algo de comer y ya vuelvo...- susurra y se da media vuelta con mucho cuidado de ni hacer ruido.

Mu siempre quiso conocer la verdad. Esa versión en la que se decía que su maestro había muerto de manera natural y que quien lo había sucedido era su hermano, no tenía razón de ser. Aunque para el mismo Shion era un misterio sus orígenes, si compartió con su discípulo la información que manejaba al respecto.

Según su maestro, su raza era muy antigua y había habitado en un continente que había desaparecido en tiempos mitológico. Sus habitantes poseían el don crear y reparar las Armaduras, además de desarrollar poderes mentales. Shion siempre hizo referencia a que aquel importante legado recaía en ellos dos, ya que no parecen haber más sobrevivientes, o al menos en los más de doscientos años que estuvo ejerciendo su papel como Patriarca no supo de la existencia o paradero de alguien más de su raza.

Por lo mismo Mu incontables veces le pidió a Dohko que le diera todo la información que tenía, así sería más fácil volver al Santuario y descubrir la verdad. Pero siempre recibió una respuesta negativa acompañada de la petición de que permanecía en Jamir.

Mu nunca se atrevió a contradecir a Dohko, después de todo era lo único que le quedaba en relación a su maestro. Sentía que fallarle a Dohko era lo mismo que fallarle a Shion. Además que gracias al Chino es que había dado con el paradero de Kiki y lo había salvado de una muerte segura.

-Y con esto ya queda listo -desde hacía un rato había sentido algo extraño pero no le dio importancia, después de todo el bebé demandaba tiempo -¡Eh! -se alarma al sentir una presencia cerca, sin detenerse a pensar, va en dirección a donde dejó al pequeño. Al verlo dormido toma un poco de aire calmándose momentáneamente; el peligro no había pasado, esa presencia seguía allí en la Torre, debía buscarla.

Por la mente de Mu, nunca se la pasó que algo así pudiera ocurrir. Al bajar al primer piso queda completamente paralizado, sus ojos se agradan por la sorpresa y se empiezan a llenar de lágrimas, mientras que su corazón se acelera.

El rubio caballero que estaba dándole la espalda, se gira en dirección a donde él está. A diferencia de Mu, este parece no inmutarse ante su presencia.

Toma un poco de aire -¿Shaka? Pero...¿Qué haces aquí?

-¿Qué ya no saludas? -el tono de su voz suena bastante frío -. Hola Shaka, ¿Cómo estás? Pero que agradable sorpresa verte por aquí -da unos pasos hacia él -, ese era el tipo de recibimiento que esperaba de ti... No cabe duda de que has cambiado y todo indica que para mal

¿Pero qué manera era esa de hablarle? Habían pasado algunos años desde la última vez que se habían visto y hasta donde recordaba, siempre se habían llevado bien. No esperaba que corriera a recibirlo, mientras gritaba su nombre, o que le diera un abrazo como a veces sucedía cuando eran niños, pero enserio, Shaka no era el mismo y no solo por su edad.

-¿A qué has venido?- pregunta con toda la seriedad que podía.

-Hace tiempo no venía a Jamir y si mal no recuerdo, me dijiste que siempre que quisiera podía venir. Así que pensé que este era un buen momento para visitar a un amigo, si es que aún puedo referirme de esa manera de un traidor como tú.

Esto ya no podía soportarlo, siente como un vacío se forma en su corazón y al parece las fuerzas abandonan su cuerpo. El viejo maestro se lo había comentado, el Santuario tal y como lo conocía había cambiado por completo. Eso incluía a sus habitantes.

-Entiendo... -debía ser fuerte -y supongo que si estás aquí es para deshacerte de mi ,¿Alguien te envío?

El caballero de Virgo no menciona nada, es como si no lo hubiera escuchado si quiera. Un silencio incómodo se forma. Ese tiempo juntos, todo lo vivido, los recuerdos de esa hermosa amistad, todo parecía haber acabado, pues ni el trato, ni las palabras eran las de dos personas que se habían querido tanto, y que se habían prometido estar juntos para siempre.

-¡Buuuaa! -el llanto del pequeño bebe hace que ambos regresen a la realidad.

Mu se asusta mientras que Shaka escucha atento y abre sus ojos.

-Parece que no estás solo -¿Qué significaba esto? No era de hacer conjeturas, pero eran años de no entender, de dudas, de molestia, ¿No eran amigos acaso? ¿No se suponía que no habían secretos entre ellos?

Sin saber que decir, se dirige a la habitación y toma al bebé. Shaka lo sigue y mira atento cada unos de sus movimientos.

-Ya debes tener hambre -le habla al pequeño mientras lo arrulla -. Ven, seguro te gustará - pasa por un lado del hindú y ni lo mira. Ya había tenido bastante, además su prioridad en este momento era ese pequeño.

No sabía cómo sentirse, había venido por decisión propia, para entender mejor el porque Mu le había dado la espalda al Santuario y porque parecía que ya ni le interesaba cumplir con sus labores como caballero. Había escuchado que Libra y Aries eran unos traidores, y muy a su pesar parecía estarlo comprobando, al menos con Mu.

Le sonríe al bebé mientras le da de comer. No estaba seguro de lo que Shaka haría, no quería pensar, ya tenía suficiente con permaneciera ahí. Su actitud hostil era peor que cualquier ataque que pudiera lanzarle -Kiki... - acaricia sus mejillas.

-Mu...

-¡Basta Shaka! ya entendí. Solo te pido que me dejes terminar de darle de comer, lo dejaré en la habitación y podremos acabar de una vez con todo esto -le dirige una mira llena de molestia.

Le corresponde la mirada y se recarga en una pared. Durante el tiempo que lo debe esperar, no vuelve a hablarle, ni siquiera lo mira.

Cumpliendo con su palabra deja al pequeño lemuriano dormido en la cama. Esto era demasiado doloroso, los primeros días al regresar a Jamir, siempre trataba de pensar que todo no estaba perdido. En el Santuario todavía se encontraba esa persona especial, sólo debía ser paciente. Ya encontraría el momento en el que se reencontrarian y podría hablarle sobre su desconfianza por el actual Patriarca, las dudas que tenía sobre la muerte de su maestro y lo mucho que lo necesitaba.

Ya no tenía caso, Shaka le había dejado en claro lo que significa para él. Mira por última vez a pequeño Kiki y se dirige a la planta baja - aquí estoy Shaka -dice buscándolo con la mirada -¿Shaka? -se acerca a la puerta.

-Nadie me envió --le menciona y camina alejándose del lugar.

-Pero... -trata de alcanzarlo.

-Nadie sabrá de ti, si es lo que te preocupa, tampoco sabrán de ese bebé...-se detiene y lo voltea a mirar -. Que sea parte de... Nuestros secretos... -dice y desaparece.

Esa vacío en su corazón se hace más grande, por sus mejillas resbalan lágrimas, mientras que al quedarse sin fuerzas cae de rodillas al suelo soltando un sollozo -por favor regresa... Shaka...

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Momentos  (ShakaxMu) ShaMutober2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora