Capítulo 15: Tikas

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Hola! Dejó el capítulo rápido

El clima a estado terrible, la lluvía parece que afectó la señal de internet, así que estoy con los datos del celular, pero no sé hasta cuando esté así. Así que no puedo demorarme.

Disfrútenlo

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Deja de cocinar y se queda viendo a su aprendiz entrar. Este ni siquiera lo saluda, solo sigue derecho a la habitación mientras mira el suelo.

—¿Kiki? — Mu sin entender lo que sucede, va habitación — ¿Kiki? ¿Estás bien? — pregunta al verlo  de espalda acostado.

—No es nada Señor Mu — cierra sus ojos.

—Vamos Kiki, tú no eres así — se sienta a su lado.

—Estoy algo cansado, es todo— aprieta sus ojos y se acurruca.

—¿Mmm? —aunque le preocupaba, prefiere no presionarlo—esta bien, si necesitas algo estaré afuera — lo mira por última vez y va a terminar de preparar de comer.

Nunca antes había sucedido esto, Kiki siempre se había mostrado muy alegre y enérgico, además de que generalmente busca hablarle y preguntarle sobre todo.

Después de que Athena les devolvió la vida. Mu lo estaba tratando más como a un hijo, después de todo él se encargado de cuidarlo y criarlo desde que lo rescató en Jamir.

Esa actitud no era para nada normal, no podía ignorarlo. Con la frustración a flor de piel suspira aprieta sus puños y quijada.

—¿Mu? ¿ Estás bien? — se le acerca y pone un mano en su hombro.

—Shaka…— suspira con pesadez —, lo siento ni siquiera me di cuenta cuando llegaste.

—¿Qué sucede? — coloca su mano en el mentón del Ariano para mirarlo.

—¡Ay! es que... ¡Shaka! es que Kiki se está comportando de manera extraña... pensé que era algo de momento, pero cada día esta peor — lo mira y se recarga en su hombro —.No se qué hacer,no entiendo.

—¿Has intentado hablar con él? Ese niño tiene mucho de ti, seguro que te dirá lo que pasa, solo debes saber preguntarle — lo abraza.

—Me dijo que estaba cansado.

—Ya veo —besa su mejilla —. Tengo una idea

—Te escucho — lo mira fijamente.

—Me dijiste que viniera a cenar con ustedes y que aprovechara la oportunidad para conocerlo y acercarme.

—Eso era lo que me hubiera gustado que sucediera, pero… ¿en qué piensas? — levanta su tika.

—Llévale algo de comer y dile que te cuente cómo está, que a estado haciendo y quizás así te diga lo que pasa.

—Eso era lo que hacía mi maestro, Shaka — sonríe ligeramente al recordar.

—Lo hacía creo que con todos, su ilustrísima siempre a tenido presente ese lado paternal, aunque contigo se a notado más — corre algunos mechones de su rostro y le da un corto beso.

—Supongo que tienes razón, intentaré hacerlo — le devuelve el beso —, después de que tú y yo cenemos.

******

El pequeño lemuriano finalmente se había quedado dormido abrazando su almohada en forma de oveja.

—¿Kiki?— entra Mu a la habitación.

—¿Señor Mu?— habla apenas frotando sus ojos.

—Te traje tu comida favorita — le muestra lo que trae en el plato—. Come un poco.

El pequeño se sienta y le sonríe — que rico ¡Gracias!

—Que bueno que te guste — se sienta a su lado —, si quieres más, solo dime.

—Esta bien.

El Ariano lo mira sin decir nada.

Se detiene al sentirse observado—¿Sucede algo Señor Mu?

—A mi no, pero parece que a ti si — era inútil, quería saber lo que le pasaba, no podía esperar.

—Ah… si — se limpia la boca con su brazo —, pero es que no se cómo decirlo y más porque usted también es alguien como yo — baja la mirada.

—¿Cómo? ¿A qué te refieres? —no solo Mu no a entendido, detrás de la pared Shaka deja de estar recargado en la pared y hace un gesto de confusión.

—Si, es que… ¿recuerda que hace unas semanas estuve  con Seiya y los demás caballeros de Bronce?

—Si, porque mi maestro me pidió salir del Santuario y no quería dejarte solo. Pero, ¿qué con eso?

Deja la comida a un lado—fui junto con Seiya a la Fundación y otra vez, algunos de los niños del orfanato empezaron cuestionarme y a decirme que ya les dijera de que planeta era, pues no ven normal mis tikas, ni la telequinesis.

—¿Qué? Pero…— hace un gesto, una mezcla entre lo molesto y confuso.

—No es la primera vez que pasa, pero Señor Mu a veces cuando camino por Rodorio algunas personas me miran raro y he escuchado que se burlan y es muy incomodo — comenta abrazando sus piernas.

El pelilila niega con su cabeza —Kiki, tú no eres ningún extraterrestre ni nada parecido — lo agarra de los brazos y trata de hacer que lo mire —, sabes nuestro origen, somos lemurianos, somos de Jamir y además de nosotros, mi maestro, el Gran Patriarca de Santuario ¡también lo es! — levanta un poco su voz —¡Somos humanos!

El pequeño cierra sus ojos—Señor Mu…perdón, yo no…

—Eso es ridículo — habla Shaka entrando a la habitación.

—¿Señor Shaka? — se asusta al verlo al frente suyo.

—Mu, ¿Puedo hablar con Kiki? — pregunta mirando Aries, quien parece estar un poco en shock.

—Si… está bien— toma aire y se soba la sien.

El santo de Virgo se sienta al lado del menor de los lemuriano y lo mira tratando de darle confianza.

—Señor Shaka, yo no sabía que estaba aquí, ni siquiera lo saludé y…

—No te preocupes por eso — empieza a hablar —. Es más importante que escuches lo que te voy a decir y no le prestes atención a los comentarios de otras personas.

—¿Shaka? —Mu frunce sus Tikas.

—Sabes, no sé si Mu te comentó algo al respecto de cómo era el Santuario cuando él y yo éramos niños.

—Me dijo que ustedes dos eran amigos desde niños y que él fue el primero que se acercó a usted — habla mirando a ambos caballeros.

—Cuando llegué al Santuario fue muy difícil adaptarme, el lugar de donde soy originario era totalmente diferente y además, no estaba muy seguro de lo que esperaban de mi —suspira —. No encajaba en este lugar y aprovechándose de eso, era normal que pasaran por la casa de Virgo y hablarán de mí, me decían que era el niño raro, el asocial. Muchos creían que me mantenía confinado en mi templo porque era mudo, porque estaba ciego, porque no entendía griego. Se burlaban de mí.

—¿Eh? Pero usted no es nada de eso — indica el pelirrojo.

—Si, pero los demás no lo sabían, sólo querían hacerme sentir mal — mira al pequeño con tranquilidad, pues si en ese momento poco le interesaba, ahora que había crecido y después de todo lo sucedido, de haber conocido y convivido con los demás, eso no tenía relevancia, habían actitudes que no le agradaban de sus compañeros, pero ese ya era problema de cada uno—. Pero nunca lo consiguieron. Yo sabía quién era y cuál mi objetivo.

El pequeño lemuriano mira al Ariano, quien asiente con la cabeza.

—A veces las personas hablar de lo que no tienen conocimiento, juzgan y son crueles, pero no debes darle importancia.

—Puede que tenga razón — habla con duda.

—La primera persona que se me acercó en el Santuario fue un lemuriano, y ese niño en lugar de burlarse, se encargó de mostrarme que no era malo estar aquí, su amabilidad y humildad, me ayudaron a que fuera más fácil adaptarme a la vida que debía vivir como caballero de Athena.

Al escucharlo las mejillas de Mu se tornan rojas y una pequeña sonrisa aparece en su labios.

—Entiendo, pero tal vez si es extraño que un niño como yo tenga poderes y las tikas y...

—Eres aprendiz de caballero, tu raza se caracteriza por tener las cejas así, además de desarrollar poderes psíquicos, ¿Dónde está lo extraño? — niega con la cabeza —. No debes de menospreciarte. Mu a sido muy buen maestro contigo, es un caballero dorado fuerte y valiente, tú tienes mucho de él a su edad.

—¿Enserio? — pregunta con emoción.

—Los lemurianos, una interesante raza, ¿Sabes que el actual patriarca no a sido el único lemuriano que a ocupado ese cargo?  Los lemurianos han sido caballeros dorados y de plata, además de ser los únicos con el don de reparar las Armaduras.

—Si, el Señor Mu me comentó algo al respecto, lo mismo que el Patriarca— menciona más animado.

—Deja de darle importancia a tonterías como lo que dice la gente sobre tu aspecto. Entrena y sé fuerte. Quieres que Mu se sienta orgullo de ti ¿no? — lo mira serio.

—¡Así es! — se levanta de la cama—.Señor Mu, le prometo ser el mejor — dice y aprieta sus puños.

—Sé que así será — le sonríe al pelirrojo.

—Gracias por sus palabras Señor Shaka, usted es una persona muy buena y agradable —ríe y se acerca por la comida.

—Si quieres, voy y la caliento — dice Mu.

—No, yo puedo hacerlo, tengo hambre desde que llegué, pero se me habían quitado el apetito — comenta antes de salir de la habitación corriendo.

—Gracias Shaka — toma la mano del hindú —, lo que dijiste… seguro que ya no se sentirá mal — suspira y baja la mirada.

—¿Mu? —  acaricia su mejilla.

—Nunca antes había pensado en lo que otras personas puedan pensar de nuestro aspecto, no recuerdo haber escuchado nada parecido ni siquiera de los otros caballeros dorados, supongo que eso se debe a que el Patriarca tiene el mismo aspecto. En Jamir nadie se acercaba a ese lugar.

Niega con la cabeza —, eso no interesa… me gusta como eres, tus pelo, tus ojos, tus tikas, tu nariz, tu boca…— se aproxima y lo besa.

—¡Señor Mu! — exclama al entrar a la habitación, aunque enseguida cubre sus ojos con su mano libre —¡yo no vi nada! — se regresa dejando que la pareja se termine de besar con tranquilidad.

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Nos leemos luego ☺️


Momentos  (ShakaxMu) ShaMutober2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora