Capitulo 10: Tíbet

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Uno nuevo día, un nuevo capítulo, tarde pero seguro ☺️

Aclaración: este capítulo es la continuación del anterior, y el próximo que publique será la conclusión. Las tres palabras, están relacionadas y quería aprovechar para escribir sobre algunas ideas que tenía escritas en un archivo de ideas sueltas para futuros fanfics.

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Hacía poco más de una semana desde que se había reencontrado con Mu y las cosas no andaban para nada bien. Era una continúa lucha entre mantener la calma, dejar de pensar en ese tipo de banalidades o pasar su horas meditando o más bien, pensando en entender cuál había sido el peor de sus errores.

¿Haber aparecido así?, después de tanto tiempo sintió que era hora enfrentarlo, Mu siempre se había caracterizado por hacer lo correcto, de los caballeros dorados era de los más leales y responsables, que lo llamarán traidor era absurdo.

¿Haber esperado tanto tiempo para ir a buscarlo?, después de que pasaban los días y que el caballero de Aries no regresara al Santuario, supo que no se trataba de ninguna misión, Mu había ido a aquella región perdida en las cordillas del Himalaya, en el Tíbet. Su lugar de origen y al que fue de niño junto al Ariano.

¿La manera como lo había tratado?, era difícil, Mu era el único que lograba despertar su lado humano. Sentía tanta frustración y molestia, esa persona de la que una vez llegó a pensar que podía confiarle hasta su vida, no era más que un mentiroso y falso.

-No diré nada, como te lo prometí...-bebe un poco de té, aunque la expresión de su rostro fue de desagrado. Ya ni tomar el té, significa a algo bueno -.Olvidemos todo... - permaneciendo en posición de flor de loto con los ojos cerrados, junta sus manos y se eleva un poco. Su misión era ser un caballero dorado, el más cercano a Dios, por eso estaba allí, así que era el momento de recobrar su serenidad.

Teniendo presente esa premisa, logró continuar así por un par de años, aunque por momentos la imagen de Mu llevaba a su mente imperturbable, para recordarle que en esta vida había un ser humano que sin importar el tiempo, ni el lugar, siempre hacia latir su corazón y le hacía sentir esas sensaciones inexplicables.

Sin encontrar otra solución, Shaka comenzó a viajar a Jamir, solo para saber cómo era la vida que hacía elegido Mu. Esos viajes los hacia esporádicamente, pues no encontraba muchas novedad, más que la de ver cómo Mu empezaba a entrenar a ese pequeño niño en lo relacionado al cosmos y un poco de telequinesis, y porque no debía despertar ninguna sospecha en el Santuario, ni en Jamir.

Aunque siempre lo observaba de lejos aprovechando que el lugar era montañoso y era mas fácil pasar desaparecido, pudo notar como a diferencia suya, el Ariano se veía tan tranquilo y feliz.

-¿Y qué te parece si me acompañas hoy al mercado?, hace mucho no preparo los momos que tanto te gustan -debía ir a conseguir los alimentos que generalmente consumían, pero quería alegrar a su pequeño aprendiz.

-¡Siii! Vamos señor Mu -se le acerca y lo toma de la mano.

Shaka no se había apartado del lugar. Una sensación completamente desconocía comenzaba a surgir en su pecho. Debía seguirlos, el camino no era nada desconocido. Él había estado allí con Mu, cuando el Tibetano quiso mostrarle el lugar. Que recuerdos, parecían tan lejanos.

El lemuriano caminaba de la mano de ese niño que ya debería tener como 5 años y que a su modo de ver tenía tanto de Mu cuando era niño. Sin que lo notara su inexpresivo rostro estaba cambiando.

Kiki miraba todo con emoción-¿Ese es un monasterio Señor Mu? -señala la fachada.

-Asi es -responde mientras asiente con la cabeza -. Ven vamos a que lo conozcas - lo lleva a dar una vuelta, haciéndolo en el sentido de las manecillas del reloj como era la tradición tibetana.

Después de llevarlo a recorrer varios lugares que eran llamativo de la aldea, van al mercado por los alimentos de su dieta vegana, algo de cereales, verduras y hierbas naturales -¡Señor Mu! no se le olvide lo de los momos - dice casualmente llevándose uno a la boca -, estos están ricos, pero no como lo que usted prepara -comenta riendo y come otro.

Mu le corresponde la sonrisa a pesar de que le costaba, era inevitable estar allí y no pensar en esas dos personas que significaron tanto. Con su maestro solía ir al mercado temprano, antes de comenzar su entrenamiento, al oscurecer Shion iba a preparar una deliciosa comida. Si Mu mejoraba o dominaba una técnica, le preparaba sus momos favoritos.

A pesar de ser lemuriano y aspirante a caballero, Mu no dejaba de ser un humano, así que siendo un niño también se enfermó, y quien se encargó de cuidarlo, ya fuera estando a su lado por noches o días enteros hasta que estuviera bien o preparando alguna infusión de hierbas medicinales siempre fue Shion. Quién lo crío y cuidó como si fuera su hijo

-¿Señor Mu? - extiende su mano -tome, este Momo es para usted.

Mira el alimento y suspira con frustración.

......

No había dejado de verlo mientras bebía un poco de té - oye, ¿estas seguro de que no tienes hambre?

El pequeño rubio que permanecía sentado enfrente suyo se limita a asentir con la cabeza, pues tenía la boca llena de comida.

Una fuerte carcajada se escucha por el primer piso de la Torre -¡Ay Shaka eres muy gracioso!

El hindú termina de comer y hace un gesto de molestia -¿Te parece?

-¡Si!-vuelve a reír -, te ves muy gracioso con la boca llena.

-¿Mmmm?

-Además dices que no tienes hambre, pero has sido tú quien se ha comido todos los momos que preparé, para darte la bienvenida.

Mu había invitado a su amigo a la torre de Jamir aprovechando que Shion había tenido que salir del Santuario y que Saga y Aioros debían vigilar que Shura, Afrodita y Deathmask no terminaran por destruir el Santuario, hacía poco habían recibido su armadura y querían probar quién era el más fuerte. Así que se había esmerado en todo, pues quería que a Shaka le gustará su hogar.

-Bueno no importa, los hice para ti - comenta sonrojándose.

El pequeño rubio se detiene al escucharlo - gracias y... es que esto me gusta mucho.

......

-No te preocupes Kiki, además son tuyos - sonríe -. Vamos a casa, ya conseguimos lo que necesitábamos.

-Esta bien - el pelirrojo lo toma de la mano.

Ambos lemurianos regresaron a Jamir ante la presencia del caballero de Virgo que no pudo ocultar más su sentir. Era esa añoranza de haber estado al lado de Mu, de haber compartido incontables situaciones y de ser feliz con cosas tan sencillas. Al lado de Mu pudo ser más que el raro y asocial aspirante a caballero de Virgo.

No podía continuar así, esto iba en contra de todo lo que era como caballero de Virgo, quien desde niño a estado recibiendo las enseñanzas de Buda. Que irritante era no poder controlar ninguna de esas sensaciones, era increíble lo que podía causarle una persona que ya ni de su vida hacia parte.

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Nos vemos mañana o más tarde

Momentos  (ShakaxMu) ShaMutober2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora