"Allí, donde el aire cambia el color de las cosas; donde se ventila la vida como si fuera un murmullo; como si fuera un puro murmullo de la vida", Mery leyó esa frase que la dejó pensativa, se encontraba en su cuarto recostada en la cama, tenía en sus manos la obra "Pedro Paramo", el calor estaba insoportable y para colmo su ventilador se había dañado, en un par de días le tocaba entregar un informe sobre el autor mexicano, por ese día ya había leído suficiente, puso el libro en el estante donde había otros libros desgastados con hojas amarillentas.Regresó a su zona de confort , esta vez tenía el teléfono en su mano con el auricular puesto, escuchó su música preferida, sin letras solo instrumental porque eso la relajaba y así podría dormir con tranquilidad, poco a poco se quedó dormida con las luces prendidas y las ventanas abiertas de par en par.
—¡Meeery! —Abrió los ojos atónita mirando hacia la dirección donde había resonado aquella voz, a simple vista no había nadie, solo un frío que recorrió su piel, se levantó a cerrar la ventana, apagó las luces, puso su teléfono en un estante y se recostó otra vez en su cama, después de dar varias vueltas en la cama al fin logró conciliar el sueño.
Al día siguiente se despertó un poco tarde, se bañó lo más rápido que pudo, en cuestión de unos minutos ya estaba vestida para ir a sus clases.
La joven estaba feliz por qué faltaba un par de meses para culminar el año escolar, al fin iría a la universidad y viviría en la ciudad siendo el sueño de toda chica pueblerina.
Entró a la cocina y vio a su madre que estaba preparando el desayuno, pero tenía unas ojeras que delataban su desvelo:
—¡Buenos días mamá!¿No dormiste bien? —La joven miró extrañada a su madre porque casi nunca pasaba mala noche.
—¡Buenos días cariño! No es eso, es que vengo llegando de la vigilia. Si ayer te lo dije.
—Se me olvidó...¿Y cómo estuvo?
—Todo bien, nada nuevo...Ah ...por cierto los vecinos se pelearon hace un par de días, Rosa viajó a la ciudad dejando solo a su esposo. El hombre se veía muy devastado en la clase dominical de ayer, hoy no fue a la vigilia.
—Pobre hombre. —La joven recordó lo enamorados que siempre se mostraban delante de todos, no lo imaginaba solo sin su esposa.
La chica terminó de desayunar y se fue a sus clases. Pasó un día común y corriente junto a sus amigas, les tocó competir en un juego de futbol en el cual su equipo ganó. Durante la tarde realizó unos trabajos en la casa de su amiga Estefani, allí le brindaron la cena. Luego se fue a su casa, conversó un rato con sus padres sobre lo que hicieron en el transcurso del día.
Mery estaba muy feliz porque su padre le había arreglado el ventilador, esa noche dormiría con las ventanas cerradas.Después de bañarse se quedó dormida al instante, estaba agotada.
—¡Meeery! —Una voz rasgada la despertó en la madrugada, ella miró hacia esa dirección y pudo reconocer la sombra de un hombre robusto mirandola, sus ojos brillaban con decepción. La joven quería gritar pero no le salía la voz. Tenía miedo, no era la primera vez que veía algo parecido pero siempre sentía que le apretaban el pecho. Cerró los ojos y los abrió otra vez, ya no había nadie cerca.
Desde que era pequeña ella era propensa a ver espíritus errantes pero nunca se había acostumbrado a esas visiones cuando se despertaba en medio de la noche, peor aun cuando lo soñaba. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que tuvo una de esas visiones.
La chica fue a la cocina a beber un poco de te valeriana, ella había creído que esa etapa de su vida no volvería a repetirse, se sentía nerviosa como acorralada, después regresó a su habitación, estuvo un buen rato dando vueltas hasta que por fin se quedó dormida.
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Voces del más allá
ParanormalColección de relatos breves sobre sueños, pesadillas, presagios y fantasmas que rondan a media noche despertando a los habitantes de los pueblos como también visiones en pleno día que no permitirá conciliar el sueño.