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— Estoy cansada, Nay.

La coreana se quedó quieta en su lugar, se estaba colocando los pendientes para la fiesta de Jihyo y Sana.

— No quiero ir, en serio no tengo energía para nada.

Nayeon se levantó de su asiento, se acercó a su novia y la abrazó.

— Bien, no iremos.

— ¿No te molesta?

Nayeon suspiró. — No, amor, está bien.

Mina le devolvió el abrazo. Nayeon notó que ahora el cuerpo de su novia quedaba chico en sus brazos.

— ¿Qué quieres de cenar?

Mina apretó el agarre.

— No voy a cenar.

Nayeon se separó de ella bruscamente. Confundida, Mina la siguió hasta que llegaron a la cocina.

Nayeon abrió la alacena y comenzó a quitar todos los paquetes y productos. Los dejó sobre la mesa bajo la atenta mirada.

— ¿Qué haces? — preguntó Mina.

Nayeon no contestó, en su lugar comenzó a tirar todo a la basura. Galletas, refrescos, latas, todo lo que había sacado del mueble.

— ¡Nayeon, para! — se acercó hasta tomar su muñeca, Nayeon no la miraba. — ¿Qué demonios estás haciendo?

— Dijiste que no querías cenar. — respondió. — Yo tampoco lo haré. Es más, ni siquiera voy a desayunar mañana, tampoco habrá almuerzo. Ya verás lo mucho que vamos a ahorrar, podremos matarnos de hambre demasiado rápido.

Mina abrió los ojos todavía más, asombrada de la actitud de la coreana.

— Tú debes comer, Nayeon.

— ¿Yo? No, Mina, no voy a comer hasta que tú lo hagas.

— ¿Qué tienes en la cabeza?

Nayeon soltó su agarre y la enfrentó. — Eso me pregunto al verte. Hace unos meses eras la más hermosa mujer que había conocido.

— ¿Y ya no lo soy?

— No. — contestó. — Ahora eres sólo hueso y piel, ni siquiera puedo verte sin sentirme mal.

Mina dió un paso atrás.

— No sé qué más hacer, Mina. Te amo, ¿sí? Te amo con locura pero ni siquiera te reconozco ahora, no eres la misma persona.

— Entonces déjame. — dijo simplemente. — Déjame morir aquí, no te culparé. Ni siquiera yo me amo ahora mismo.

beautiful • minayeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora