°• Fuego •° / Omegaverse / UA

Flash Back (Final)

Ruka Rengoku, la reina del Reino Rengoku, estaba rezándole a los Dioses en la Sala del trono, rogando por la vida de su hijo mayor, había nacido como un monstruo por no controlar su ira, y convertirse en una bestia, un monstruo..

Su esposo estaba con el sacerdote, mientras decían una oración en otro idioma intentando sacar la bestia que tenía el joven de tan sólo 16 años.. Junto con Ruka, estaba Senjuro, el pequeño niño de nueve años, quien abrazaba a su madre mientras soltaba algunas lágrimas por los ruidos y estruendos que se escuchaban en el castillo

Hubo un error en el proceso y Kyojurou logró zafarse de las cadenas que lo mantenían y rápidamente, atacó al sacerdote asesinandolo justo allí, su padre tomó el tridente y le apuntó con este

—¡Deja ir a mi hijo, por favor!

El rubio tenía un ojo con una esclerótica negra y su iris dorada, brillando en la oscuridad, para después, saltar sobre el mayor de los Rengoku, y asesinarlo en ese justo momento, salió de la habitación, matando a todo aquel que se cruzara por su vista. Hasta que llegó a la sala del trono, su madre lo observó horrorizada, observandolo con terror

—¡por favor! ¡Hijo, regresa por favor!

Senjuro lo observó con miedo y con lágrimas rodando por su rostro, Kyojurou se acercó a ellos a toda velocidad, aplicando su técnica, desaparición en cenizas, el cual significaba que cualquiera que lo tocará, desaparecería en cenizas, tal cual lo decía el nombre

Pero se detuvo en medio camino cuando sintió un dolor de cabeza y cayó al suelo, llorando

—¿padre..? ¿Madre..? ¿D-Donde estoy..? ¿Mamá..? —Habló el rubio observando desesperado a su madre, al notar su técnica activa se alejó —¡no te acerques! ¡Si lo haces morirás al igual que Senjuro!

Ruka soltó a Senjuro por un momento, se acercó a Kyojurou y lo abrazó, el rubio quería apartarse pero era demasiado tarde, su madre comenzó a desaparecer lentamente

—yo.. Te perdonó.. Kyojurou.. —El menor comenzó a llorar aún más, rompiendo en llanto, aferrándose más a su madre, hasta no sentirla más y ver cómo desaparecían sus cenizas con la corriente, observó a Senjuro y sintió jaqueca

—Senjuro.. ¡Vete! ¡Vete y no vuelvas, muy lejos de aquí! Donde yo no te haga daño.. —El menor estaba apuntó de hablar pero Kyojurou lo interrumpió —¡Vete! ¡Vete de aquí y no vuelvas jamás!

Senjuro obedeció y se fue lo más lejos que pudo, hasta llegar al Reino Tomioka, donde terminaría volviéndose su hogar finalmente

Creció volviéndose un joven muy tranquilo y hermoso entre el pueblo, al ser adoptado por unos ancianos desde su llegada, no recordaba nada de su pasado, no recordaba a su hermano ni nada

Hasta que conoció aquella joven, la princesa Kie Tomioka, con la cual se casó y tuvo una familia con ella, volviéndose el rey de aquél lugar, para tiempo después, otorgarle el reinado a su hija, Sumeru Tomioka, creadora del tridente lunar.