Mi Aroma Favorito [Omegaverse]

Parte 3

28/03/2023

―Ya viene la pizza, sólo tenemos que esperar. ―entonó para que SeokJin escuche desde su habitación y se retiró de la cocina.

Salió de ésta, avanzó hacia el sofá que descansaba en la sala y dejó sus libros que antiguamente estaban desparramados en la cocina sobre la pequeña mesa de vidrio al frente del cómodo sofá, soltando el dinero que el omega le había prestado para la pizza.

Organizó sus enciclopedias por cursos y los dividió en tres columnas, tomó el libro de Cultura General I y rebuscó la página veinticuatro, leyendo el tema resaltado en amarillo e indagó en su laptop sobre las supuestas fechas de origen del mundo de los alfas, betas y omegas. Pero había algo que necesitaba hacer sí o sí.

Abrió ligeramente una puerta del balcón y se lanzó al sofá para tratar de amortiguar el calor que asaba a toda Seúl. El calor a 36° continuaba matando a las personas y muchos sólo andaban en un pantalón corto y un simple polo o camiseta; obvio, Sunoo no era la excepción, incluso caminaba descalzo; sólo llevaba un short negro y un polo blanco largo que le robó a SeokJin.

No se distrajo cuando una sombra apareció con rumbo a la cocina, ni cuando ésta avanzó hacia el sofá y se acercó terroríficamente al lado de Sunoo.

― ¿Qué haces? ―soltó con una voz, supuestamente, tenebrosa con intenciones de que Sunoo salga corriendo y deje su tazón de ramen que había hurtado de la cocina.

Sin embargo, el menor, al sentir esa voz a escasos centímetros de su oreja, sintió sus vellos erizarse y su aroma se volvió más fuerte y amargo. Su cuerpo tembló y, en un acto de defensa, extendió su mano que se cerró en un puño y juntó fuerza en su brazo.

― ¡NO ME ASUSTES DE ESA FORMA! ―gritó y observó a SeokJin en el suelo con una mano en su mejilla y con una sábana celeste sobre su cuerpo.

―Ese ―señaló la comida sobre la mesa―, es ¡mi ramen!

―Oh no, ese yo lo traje de MI casa.

―Yo reconozco lo que es mío y la etiqueta que está sobre la tapa ¡es mía!

―Es la etiqueta de un código de barras.

― ¡Pero es mía! ―se levantó de mala gana y avanzó a su habitación, deteniéndose en medio de la sala y observó a Sunoo, quien retomó sus actividades―. Esta batalla aún no termina, ¿eh? ―lo señaló con dos dedos; empezó a caminar para ir a su recámara―. Si alguien toca mi puerta, dile que estoy masturbándome a falta de placer sexual. ―bostezó.

― ¡Argh! ¡Ya lo sé! ―tomó un cojín y le lanzó, cayendo en la cabeza de SeokJin―. ¡No soy estúpido porque también me pasa!

El mayor se giró lentamente y, con sus ojos celestes, lo observó con furia y su ojo izquierdo empezó a parpadear; Sunoo achinó la mirada y le declaró la guerra por usar un lenguaje que él no toleraba, a menos que el menor se encontrase en su celo y con autorización de él mismo para hablar de esos temas; el mayor tomó el cojín que le había lanzado y, al elevarlo en el aire...