¡ O2 ⚝ imagina, jeonginnie !

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— Entonces... ¿cuando estaban en pleno toqueteo Minho-hyung casi te mete un dedo?

— ¡Ese hyung quería que fuera el pasivo! —Jeongin le miró abriendo los ojos de más y alzando ambos brazos hacia su cuerpo— ¡Este cuerpo no es pasivo!

Hyunjin aplanó los labios parpadeando un par de veces antes de empujar sus hombros y hacerle girar un poco sobre el sofá, mirando su trasero sin ningún tipo de pudor. Jeongin frunció el ceño estando a punto de hablar, si no fuera
porque Hyunjin tomó presa una de sus nalgas entre sus grandes manos sacándole un quejido vergonzoso.

— ¡No toques! —le dio un manotazo escuchándole carcajear con fuerza.

— Lo siento, Jeonginnie —agitó la mano intentando detener las risas, pero el rostro enrojecido del!pelinegro sólo logró aumentarlas—. ¡Es que no pude evitarlo! Tienes un culo deseable, hasta yo quiero follarte.

— ¡Eres hetero!

— ¡Seré hetero, pero no estoy ciego! Hasta me atrevo a decir que tienes mejor culo que cualquier chica con la que he estado —le dió un par de palmaditas que lograron hacerle soltar un pequeño respingo y que él volviera a reír.

Jeongin rodó los ojos soltando un bufido dándole un manotazo para que dejara de tocarlo, acomodándose en el sofá del pequeño departamento que compartía con el protagonista de su conversación; Lee Minho.

Desde que Hyunjin había ido a visitarlos habían estado hablando sobre lo sucedido la noche anterior, siendo Hyunjin el que escuchase atento cada queja del pelinegro. En todo el rato que habían estado hablando, Minho no se había aparecido por ningún lado, no hasta ese momento donde abrió la puerta de su habitación para salir con ojos cerrados.

Ambos se giraron asomándose por el sofá para mirarle quedarse quieto en la puerta unos segundos antes de despeinar sus cabellos anaranjados, abrir los ojos y soltar un largo bostezo. Rascó su brazo empezando a caminar somnoliento bajo las miradas atentas del par escondido tras el sofá. No llevaba más que una enorme camiseta holgada que dejaba al descubierto sus niveas piernas y parte de sus bóxers negros.

— Par de raritos —saludó con voz monótona pasando de ellos para entrar a la cocina, saliendo después con el cartón de leche entre sus manos caminando de nuevo para encerrarse en su habitación.

Hyunjin le miró desaparecer para después volverse hacia el pelinegro, quien mordía su labio inferior mirando la puerta fijamente como si pudiera ver a través de ella.

— Yang Jeongin, bastardo asqueroso —el aludido parpadeó un par de veces antes de mirarle—. ¿Le estabas viendo las piernas?

— Tiene bonitas piernas —encogió los hombros—. ¿Ya te había dicho que quiero marcarlas con chupetones y venirme en ellas?

— ¡Ew! —se alejó considerablemente levantando las manos como escudos— ¡Eres un asqueroso, Yang Jeongin!

¡ ☁︎ !

Jeongin dejó salir un gemido cuando las grandes manos de Minho apresaron sus glúteos sin pudor alguno, deslizando sus propias manos por el pecho ajeno llegando a la hebilla de su cinturón para desabrocharlo, metiéndolas bajo sus bóxers oscuros para tomar su despierto miembro entre sus dedos y comenzar a acariciarlo con vehemencia, escuchando sus roncos jadeos en su oído.

Minho tomó sus labios entre los suyos comenzando a devorarlos, mientras tanteaba su entrada con su índice antes de detenerse de golpe, girándole para bajar sus jeans pegándole en la mesa de la cocina.

Estaba a punto, a casi nada, de bajar sus bóxers cuando Jeongin le dio un codazo provocando que se alejara soltando un quejido adolorido. Miró al pelinaranja con el ceño fruncido sobando sus costillas, donde había recibido el golpe.

── you'll be mine !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora