Veronica
—Veronica, espero participes en el buzón de las cartas— dice Madeline
—¿Cómo se supone que envíe una carta a alguien que no existe?— pregunté
—Tiene que haber alguien, Vero— dijo Madeline pintando sus labios con su labial color durazno. Mojó su cabello con un poco de agua para acomodarlo y peinarlo.
—Vamos— dije.
Caminar y hablar con Madeline hasta el salón de López es algo común, lo que no es común es tropezar con un profesor
—Perdón— dijo Demian, creo que así se llama el nuevo profesor
—No se preocupe— contesté con una sonrisa.
El se fue sin contestar nada.
Sin darle más importancia al asunto seguí caminado y hablando con Madeline.
—Pase usted— dijo abriéndome la puerta de el salón de clase y haciendo un gesto con su mano para que yo pasara
—Gracias apuesto caballero—
—De nada princesa— contestó Madeline riendo
—Señoritas, dejen el chiste y entren que no tenemos todo el día—
Caminamos a nuestros asientos y minutos más tarde comenzó la clase.
[........]
El pedazo de papel con líneas que estaba hecho bola en el basurero pasó de ser uno a ser ventitantos. No salía una palabra honesta para el maldito buzón. Total no le pondría para quien es y me la tendrán que devolver, con ese pensamiento comencé a pensar cosas y a dejarme llevar logrando crear una carta decente, no la más romántica pero decente.
Doble la carta y me dirijo al buzón color rojo con corazones rosas para echar la carta.
—Ya cumplí Madeline— pensé
Suspire, necesito un descanso de los inventos de Madeline
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Las cartas de Veronica
RomansaUna carta en manos equivocadas le dio un cambio a la vida de veronica. Una carta Un equivocación Nuevos sentimientos que descubrir