Sage nunca fue como sus hermanos...
La melliza de Ron Weasley no podía ser más diferente a toda su familia.
No porque no fuera amable o gentil, no porque no fuera pelirroja o no tuviera ojos azules o café, no porque no fuera divertida y amorosa...
S...
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❝La encontraste❞
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Draco aún tomaba la mano de Sage al entrar en la sala de la casa Black, la guió hasta un sillón y amablemente le ayudó a quitarse su capa.
-¿Qué?- Preguntó ella cuando él se el quedó viendo- ¿Qué te pasa rubio teñido?-
-Es que...- El Malfoy se acercó y la abrazó de nuevo-Eres mi prima y eso me hace muy feliz-
-Ay, a veces me olvido de que tienes corazón de pollo-
Él solo sonrió y rodó los ojos para luego tomar asiento junto a ella en uno de los sofás.
-Mi madre me contó la historia de lo que te pasó- Siguió el rubio viendo directamente el fuego-Me sentí un estúpido al no darme cuenta antes, tú actitud es muy parecida a la mía a veces-
-Yo no te he insultado ¿Por qué inicias?- Bromeó la pelirroja haciendo reír al rubio.
-Puedes hacer todas las burlas que quieras querida prima, pero tú y yo sabemos que somos iguales-
-Pero yo soy la bonita-
Narcissa estaba estática en la entrada, viendo la escena que protagonizaba su hijo con su ahijada, una lágrima se deslizó por su mejilla hasta que Severus la atajó con su dedo.
La señora Malfoy vio al Snape y se apresuró a abrazarlo, escondiendo su rostro en el hueco entre su cuello y su hombro.
-La encontraste-Murmuró la rubia en oído-Lo hiciste, cumpliste tú promesa-
-Yo nunca te voy a decepcionar ¿Recuerdas Cissy?-
-Gracias, gracias Severus-
El azabache solo sonrió y la abrazó aún más fuerte hasta que ella se separó y secó sus lágrimas, acomodó su vestido y su cabello frente al espejo y finalmente lo vio de nuevo.
-¿Cómo me veo?- Preguntó la mujer con nervios y sin dejar de pasar sus manos por su ropa una y otra vez.
-Luces perfecta, Narcissa- Contestó el profesor de pociones tomando sus manos para que se quede quieta- Ella te va a amar, es hija de ellos después de todo-
La mayor solo asintió y se preparó para entrar, buscó las palabras que había preparado todos esos años, pero ya no recordaba ni su nombre, solo a su pequeño primo sonriendo frente a ella.
