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El día de la fiesta, Taehyung se alista con rapidez, toma el traje que terminó escogiendo luego de pensarlo tanto que se quedó sin ideas, sale de la casa despidiéndose de su madre para subir al auto espacial, indica el destino y se acomoda el cabello aprovechando el tiempo que demora en arribar a la mansión futurista en la que vive Jungkook.

Desde el beso, las cosas entre ellos parecen más tensas o eso ha notado Kim que suspira mirando las dos lunas reinar en el cielo donde las estrellas fugaces y los cometas compiten con las naves espaciales; quizás, piensa tocándose los labios, no debió arrastrarlo a esa situación.

La construcción está hecha totalmente de una aleación de metales y cristal polarizado por fuera, con una gran cúpula luminosa que refleja la luz de los dos satélites, el estacionamiento subterráneo se abre al escanear y reconocer el vehículo flotante.

─Bienvenido, joven Taehyung ─saluda el asistente virtual de la casa Jeon.

─Buenas noches, Adley ─contesta ingresando al ascensor tubular.

Pasa del primer piso preguntándole si es que los señores Jeon están ausentes.

─Efectivamente, ayer tuvieron que partir al planeta A-30180 por negocios.

─Ya veo ─asiente.

El ascensor lo deja en el tercer piso que es territorio exclusivo de Jungkook, hay varias habitaciones dedicadas al ocio, para ejercitar su figura y otros asuntos acorde a sus gustos y aficiones. La alfombra negra evita que sus pasos resuenen, la alcoba principal está al final del corredor con una puerta metálica que tiene complejos grabados en relieve. El peligris deja que Adley anuncie su llegada, no pasa ni un minuto completo para que se le brinde el acceso y puede vislumbrar los marcados abdominales de su prometido antes de que la remera negra los cubra en su totalidad.

─Ya estoy aquí ─dice torpemente como saludo, con la mirada supuestamente concentrada en la gran ventana de piso a techo donde las luces lejanas de la ciudad resplandecen. Todo el rostro le arde.

─Adley me indicó que viniste en tu auto, ¿me llevarás a dar un paseo? ─pronuncia con el tono grave, bastante sugerente.

─No lo pensé mucho... podemos ir en el tuyo si quieres. ─El almibarado parece no captar la indirecta en absoluto.

─No tengo problema con el auto que usemos. ─Da un paso adelante observando con detalle al contrario, su mirada es un peso que Kim parece no poder cargar así que un incómodo silencio se instala entre los dos hasta que Taehyung recuerda el tema de los disfraces.

─ ¿Tienes listo mi traje? ─pregunta entusiasmado.

─S-Sí ─Jungkook lo recorre con la mirada antes de rascarse la cabeza evitando la suya ocasionando que el de sonrisa cuadrada se pregunte si está imaginando cosas al notar un rastro de duda y culpa.

─ ¿De qué monstruo es? ─Deja a un lado sus propias dudas sin salir del tema, pone las bolsas en el sillón cercano para acercarse con curiosidad al de hebras brunas.

─Ya lo verás.

─Éste es el tuyo ─pronuncia Kim sentándose en la suave cama flotante.

El pelinegro asiente tomando las cajas que su prometido llevó consigo desde su casa, las abre encontrando las prendas y accesorios necesarios para vestirse como uno de los seres más clásicos de la fecha: un vampiro. Hay una amplia capa color rojo sangre con cuello elevado, una camisa oscura, un chaleco de bordado antiguo con botones plateados, guantes de cuero, un lazo del mismo color de la capa, un pantalón negro y una cajita con un líquido neón.

Desordena su cabello.

─Taehyung... ─farfulla suspirando hondo.

─ ¿No te gusta? Fui a varias tiendas y visité varios modistas para encontrar esas prendas después de descartar otros monstruos. El vampiro que venden en las casas de disfraces no le hace justicia a los tradicionales ─explica con rapidez.

CUSTOM - KOOKTAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora