CHAPTER I: The Heirs of the Dragon

7.3K 451 13
                                    

Rhaegar volaba majestuosamente por los cielos de Desembarco del Rey, montado en su dragón Draxes, acompañado por su sobrina, la princesa Rhaenyra Targaryen, quien cabalgaba a lomos de Syrax

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Rhaegar volaba majestuosamente por los cielos de Desembarco del Rey, montado en su dragón Draxes, acompañado por su sobrina, la princesa Rhaenyra Targaryen, quien cabalgaba a lomos de Syrax.

Mientras ambos tío y sobrina surcaban los cielos sobre la ciudad, Rhaegar controlaba con maestría a Draxes para reducir la velocidad al acercarse al foso de los dragones, donde aguardaban sus cuidadores.

— ¡Bienvenidos de nuevo, príncipe Rhaegar y princesa Rhaenyra! Espero que su viaje haya sido placentero, —saludó Ser Harrold con cortesía.

— Intenté no mostrar demasiado alivió, Ser.— bromeó Rhaenyra con una sonrisa.

— Estoy verdaderamente aliviado, princesa. Cada vez que ese dragon dorados la devuelven intacta, me salva la cabeza de una pica. — Sonrío Ser Harrold.

— No se preocupe por eso, Ser Harrold. Siempre me aseguro de que mi sobrina esté a salvo durante nuestros vuelos. — añadió Rhaegar con complicidad, antes de acompañar a Rhaenyra hacia el carruaje donde les esperaba Lady Alicent Hightower.

— Draxes y Syrax han crecido considerablemente. Pronto serán tan grandes como Caraxes. — comentó Alicent.

— Casi lo suficiente como para llevar a dos personas. — señaló Rhaegar con una sonrisa juguetona hacia Alicent.

— Por ahora, me contento con observar, mi príncipe. — respondió Alicent con una sonrisa antes de entrar al carruaje seguida por Rhaenyra y Rhaegar.

El carruaje se puso en marcha rumbo a la capital, mientras Rhaegar y Alicent compartían miradas cómplices y conversaban con Rhaenyra.

Una vez llegaron a su destino, Alicent y Rhaenyra se enlazaron del brazo y avanzaron por el patio, con Rhaegar siguiéndolas hacia los aposentos de la Reina Aemma, quien estaba a pocos días de dar a luz. Las especulaciones sobre el género del bebé estaban en pleno auge, con muchas voces apostando por un varón como futuro heredero del Trono de Hierro, mientras que la princesa Rhaenyra mantenía la creencia de que sería una niña hermosa.

— Rhaenyra, sabes que no me gusta que vueles mientras estoy en este estado. — reprendió la reina a su hija.

— No te gusta que vuele en ninguna condición. — corrigió la princesa con una sonrisa ligera.

La reina suspiró y dirigió una mirada de confianza a Rhaegar, a quien prácticamente había criado como a un hijo.

— Rhaegar, querido, confío en ti para que la cuides cada vez que vayan a volar. — dijo la reina con una sonrisa afectuosa.

—Siempre velaré por ella, mi reina. No lo dude en absoluto. — aseguró el príncipe con sinceridad, correspondiendo a la sonrisa de la reina.

La conversación entre madre e hija continuó, tocando temas sobre el valor de las mujeres al dar vida, un tema que incomodó ligeramente al joven príncipe. Y pidió educadamente permiso para retirarse a sus aposentos.

El joven príncipe paseaba despreocupadamente por el pasillo cuando se topó con su hermano Daemon Targaryen

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El joven príncipe paseaba despreocupadamente por el pasillo cuando se topó con su hermano Daemon Targaryen.

— Entonces, los rumores sobre tu presencia aquí eran ciertos. — comentó Rhaegar con una mirada curiosa.

– Parece que mi llegada no es del todo bienvenida para ti, hermanito. — respondió Daemon mientras se acercaba a Rhaegar.

— Por supuesto que me agrada tenerte aquí, hermano. Pero debo admitir que me sorprendió un poco. — señaló Rhaegar con leve sonrisa.

— He escuchado que nuestro hermano organizará un torneo en mi honor. Además, quería visitar a mi querido valonqar. — mencionó Daemon, provocando a Rhaegar al revolver su cabello, lo que provocó una reacción de fastidio de parte de este último.

— Odio cuando haces eso, Daemon. No soy un niño. — se quejó Rhaegar, apartando la mano de su hermano de su cabeza. — El torneo es para el heredero, y ambos sabemos que mientras Otto Hightower sea la mano de nuestro hermano mayor, nuestras posibilidades son escasas.

Era un hecho conocido que los hermanos menores del Rey no eran del agrado del Lord Mano, Otto Hightower.

— Lo sé, pero hasta que la reina dé a luz a un varón, tú y yo somos los siguientes en la línea de sucesión al trono. Y el hijo de puta de Otto Hightower tendrá que lidiar con eso, le guste o no. — exclamó Daemon con una sonrisa burlona. — Por cierto, te he traído algo.

Daemon le entregó una espada a Rhaegar, quien quedó asombrado al notar el material del que estaba hecha.

— Acero Valyrio. — murmuró Rhaegar mientras examinaba la espada con fascinación. — Como el de Dark Sister.

Daemon asintió con satisfacción. — Ahora ambos tenemos un pedazo de nuestro legado, valonqar.

— Gracias. — dijo Rhaegar, aún absorto en la espada. —¿Cómo está Caraxes?

— Está creciendo bastante. Y Draxes también ha crecido desde la última vez que visite el castillo. – respondió Daemon.

— Lo suficiente como para llevar a dos personas. — comentó Rhaegar.

— Quizás ahora puedas llevar a tu adorada Alicent a volar contigo. — sugirió Daemon, sorprendiendo a Rhaegar.

— ¿Tú lo sabes? —preguntó Rhaegar con incredulidad.

— Eres demasiado obvio, hermanito. Deberías tener más cuidado, porque si Hightower se entera, no será nada agradable para ti. —  advirtió Daemon antes de despedirse para asistir al torneo. — Ah, y date un baño, apestas a dragón. — agregó antes de partir.

Rhaegar asintió con resignación ante las palabras de su hermano y se dirigió a sus aposentos para darse un baño y deshacerse de cualquier olor indeseado.

PURE AND BLOOD¹| House Of The Dragon ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora