El hombre sin pierna.

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Inspirado en La patasola.
Leyenda colombiana.


SE HABÍAN oído rumores que hablaban del joven príncipe. Se habían oído rumores que decían que al príncipe le gustaban los hombres y que estaba enamorado de uno.

El tercer príncipe de la nación era la comidilla de toda la capital. Aún no traspasaba fronteras, pero era un hecho tan claro, como que el sol sale cada mañana, que, tarde o temprano, todo el país estaría hablando de ello.

— ¿Y sabe usted quién es el enamorado del príncipe?

— ¡Shhh! No se atreva a pronunciar eso en público — le dijo aquel hombre a su acompañante, mientras comían en una taberna —, si no quiere perder la cabeza.

— Usted coma tranquilo y duerma tranquilo, hombre... Mientras no se trate del príncipe heredero, nadie perderá la cabeza.

— ¿Pero no es el tercer príncipe el hijo de la mujer que más amó el rey? Se dice que el rey ama a todos sus hijos, pero el tercer príncipe... es al que más aprecio le tiene, incluso por encima del heredero.

— ¡Patrañas! — negó su acompañante — Se sabe que el príncipe heredero siempre será el favorito. Si ni siquiera se lo puede tocar o mirar, ¿cómo cree usted que el hijo de una concubina sería más importante? ¡Por favor!

Aun así, su amigo tuvo sus dudas. Le miró comer como un condenado y sintió el miedo que ese sujeto no se atrevía a contemplar; ir diciendo por ahí que el primogénito del rey tirano era ese tipo de hombre, era demasiado peligroso.

— Yo tengo mis sospechas — continuó con la boca llena de comida —; algunos apuestan por su eunuco o su guardia real, pero yo creo que el hombre que ama es el hijo del Ministro de Guerra.

— ¡Que los dioses se apiaden de su alma, señor! — exclamó con sorpresa, los comensales que estaban a su alrededor no pudieron evitar mirarlo — ¿Cómo puede decir semejante cosa? El amo Jeon es el segundo hombre más importante del país y el hombre al que acusa, su único hijo y heredero.

Se rio descontroladamente cuando su amigo decidió dejarlo por miedo de lo que pudieran pensar los demás. Le dejó solo, en medio de los cuchicheos de los eruditos y la gente común. Aunque el señor Cho, un hombre de unos cuarenta y tanto años que vivía solo y desgraciado, siempre aparentaba no tenerle miedo ni al mismísimo demonio; en realidad temblaba por dentro... Pues cuando arribó al puerto, oyó el rumor sobre el romance entre Jeon Jungkook y el tercero en la línea de sucesión al trono, y eso le inquietó; quizás lo había mencionado borracho en algún bar antes de embarcarse a la mar, y esperaba que eso no llegase a los oídos de Su Majestad... Porque sí, era cierto que el príncipe Taehyung de la casa Kim era el hijo de una concubina, pero aquella persona había sido la mujer que el rey amó incondicionalmente y eso hacía de Taehyung su hijo favorito.

A parte de los rumores sobre el príncipe y los hombres que lo rodeaban, también corría el rumor de que el rey decapitaba a quienes difamaran a sus hijos.

Cuando el señor Cho salió de la taberna completamente borracho, el sol aún estaba en lo alto y las calles vacías. La gente solía concentrarse en los mercados del centro de la ciudad durante aquellas horas, por lo que el pescador caminó sin rumbo y sin percatarse de que la soledad estaba por comerle vivo.

No le preocupó tampoco, pues vivía cerca.

No obstante, cuando se había alejado unos cuatrocientos metros de la taberna, oyó el sonido del galope de un caballo. Volteó desorientado y tuvo la visión de un guardia real que venía hacia él con una espada en la mano derecha.

Goosebumps (kth+jjk) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora