Capítulo 10: Acciones, no palabras.

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Mi corazón latía con gran rapidez en mi pecho. Mi respiración era agitada y la sangre recorría con fuerza mi torrente sanguíneo. Mis pies se movían al compás de la música y mis ojos se cerraban dejando que cada palabra, melodía y ritmo llenará mi cuerpo. Disfrutaba la canción y me deleitaba con la magnífica letra.

Cuando finalizó, abrí mis ojos. Mis oídos se ajustaron al espacio en el que me encontraba y mis ojos apreciaron su alrededor. El salón estaba completamente vacío, desde hacía meses había venido fuera de los horarios de clase para bailar con libertad absoluta, la canción que yo quisiera, al ritmo que yo quisiera, con los movimientos que yo quería.

Mi teléfono estaba conectado al equipo de música del salón de baile, por lo cuál la música se reproducía sin parar. Era gracioso que mi playlist era un caos de distintos tipos de ritmos y géneros pero aún así quedaban tan bien mezclados. Venía de una familia de músicos y artistas, siendo sincera de niña creí que la música también era lo mío, pero apenas ví algo referido a la danza y ya no pude olvidarlo jamás.

Estaba decidida a bailar, a dedicarme a la danza y todo lo que conlleva ser una bailarina. Mi papá y su banda tuvieron mucho éxito cuando era pequeña, aún recuerdo sus shows y sus giras musicales, pero luego de unos años decidieron que no querían estar muy expuestos públicamente y que llevarían una vida privada, tranquila. Claramente el mundo del periodismo no se lo tomó para nada bien. Los criticaron mucho, pero junto con el apoyo de sus fans lograron obtener la privacidad y tranquilidad que querían. Siguieron sacando música hasta un cierto punto que decidieron tomar un descansó.

La banda no se separó ni mucho menos, pero debido al tiempo y esfuerzo que requería escribir un nuevo álbum cada tanto, las giras, los shows y demás cosas decidieron parar todo y tomar un breve descanso. Crecí en este mundo, el mundo del arte, la música, las melodías.

No podría estar más agradecida porque ¿Dónde estaría hoy en día? Demasiado perdida eso es seguro. Son esas las pequeñas cosas, los pequeños momentos que pueden ser lo más estúpido que te haya pasado, pero que te cambia por completo la vida. No sé preguntan con frecuencia ¿Que habría pasado si no hubiera sucedido eso? ¿Qué sería de mí sin eso que pasó? ¿Dónde estaría si hubiera tomado otra decisión?.

Preguntas que jamás podremos responder porque las cosas pasan y listo. Suceden y luego son atrapadas por una fuerte brisa de viento que se lo lleva con demasiada rapidez, tanta que a veces te deja la sensación que no lo disfrutaste del todo, que no lo viviste de la manera que lo querías vivir. Son los pequeños detalles de la vida los que hacen un cambio tan rotundo que te dejan en un caos emocional y sentimental.

La puerta del salón es abierta con brusquedad, logrando que pegue un salto en mi lugar. Collete entra a toda prisa, seguida de Jess. Frunzo el ceño, notando que ambas tienen un bolso colgado en sus brazos, dos bolsos bastantes llenos.

El Ritmo de un Corazón Roto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora