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La noche cayo lentamente, mientras Betty se arreglaba para dormir su mente no dejaba la duda.

Luego de preguntar por los muertos a su padre, que literalmente la calló diciendo que no era tema para una señorita aumento su curiosidad, aunque luego al sugerir que si seguía con esas dudas podía ir con las hermanas al convento. Y no, en definitiva dejaría el tema morir ahí.

Aunque se dijo a sí misma que no volvería a cruzar palabras con aquel muertito, ni siquiera dejarlo entrar por que ni lo conocía. Y no era aceptable comenzar así.

B: Suficiente -se resignó- ya nos mas preguntas, no más muertos.

A: ¿Segura? -dijo saliendo de la oscuridad- quería visitar...

Una almohada aterrizó en su cara. Mientras miraba a Betty correr hacia una puerta.

A: Señorita Betty por favor. -sosteniendo la almohada- vea, no quise asustarla no era mi intención. -explicó mientras caminaba hacia ella-.

B: Se puede ir por favor. -sugirió llevándolo hacia la ventana- no quiero más esto. No deseó morir ¿sabe? Y tampoco quiero que un extraño entre a mi cuarto como si fuésemos amantes.

A: Pero, si nos conocemos. -Betty alzo una ceja- Bueno yo si... tiene razón -Una idea surgió- y si me conoce. Y por entrar a su cuarto lo siento. Tocare antes de entrar, no quiero que esto sea un acoso.

B: Pues... no tenía pensando siquiera conocerlo y en definitiva lo del acoso va fuera del límite. Solo.... ganase mi confianza sin hacer esto. Aparecer de la nada, mirarme a escondidas que sea normal... -dijo mirándolo- Bueno, no normal, es un muerto.

A: No soy un muerto... -explicó- soy un semimuerto y bien... ¿gusta que me vaya?

B: Por favor -suplico- necesito dormir, y no quiero sustos.

A: Esta bien, me iré entonces -se acercó acariciando su rostro- dulces sueños mi bella dama.

Y así se fue, sin más. Los siguientes días Betty no supo de el. Aunque lo negara esperaba verlo o al menos una señal pero no, no se sintió observada y en las noches siguientes tampoco apareció.

Una parte de ella anhelaba esa mirada... mientras la curiosidad brotaba de ella, ¿quien era?

Armando:

Tiempo necesitaba tiempo. Luego de irse estuvo tentado a quedarse pero cumpliendo su palabra se fue, regresando al bosque donde al entrar fue arrastrado por un golpe y llevado a jalones por Claudia para luego ser amarrado por unas ramas mientras ella caminaba de un lado al otro.

C: Me estoy cansando de ti. -siseó- no oyes, no me obedeces y no haces nada.

A: ¿Que, -jadeó- que se puede hacer aquí?

C: Vivir, eso puedes hacer. -grito- y no estar encaprichado con esa mocosa. Por que ni siquiera es especial.

A: ella es la indicada. Es ella.

C: ¡No! Ella se va a casar con un buen hombre. -Lo golpeó- y no puedes interferir, nos expones a todo. Expones lo que con mucho esfuerzo estoy logrando.

A: ¿Tenernos como esclavos? Eso estoy arriesgando -rio- por favor, no eres más que alguien cruel que solo nos utiliza.

Un golpe en su abdomen fue suficiente para que él se callara, mientras que Claudia se acercaba peligrosamente.

C: Esa chica tiene mucho valor, pero recuerda que yo la puedo matar, así que puede ser un arma de doble filo.

A: Ni siquiera lo intentes... cada vez llegan más almas atormentadas. No las dejas vivir pero tampoco morir.

𝐋𝐨𝐬 𝐬𝐮𝐞ñ𝐨𝐬 𝐦𝐨𝐫𝐢𝐫á𝐧 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora