rueda de la fortuna¡

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- ¡Speed! ¡Spreend! - grito el hechicero varias veces - ¿Como era que se llamaba el puto oso? - murmuró, pensando seriamente

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- ¡Speed! ¡Spreend! - grito el hechicero varias veces - ¿Como era que se llamaba el puto oso? - murmuró, pensando seriamente. Si no lograba encontrar al híbrido, tendría un castigo de parte de Auron y Pol, ahora que lo consideraba, podría aceptar sin problemas el castigo, no le importaba tanto, el podría dejar la búsqueda de una hora e irse a su casa a dormir.

Pero, el remordimiento lo ansiaba a disculparse, jamás en su vida había tenido esa reacción violenta, posiblemente tuvo algún que otro desequilibrio con gente idiota que se atrevía a insultarle y apesar de toda la mierda que pasó, no imagino soltar toda esa furia a un completo desconocido que casualmente mantenía un parecido increíblemente igual que Ruby.

Aunque, analizando el parecido entre los dos osos, lo similar que llevaban era la nariz en punta señalando un diminuto círculo negro, las orejas, la colita esponjosa que por si decir, Juan no lo miró cuando el híbrido se fue del lugar, pff, obviamente que no.

Elimino sus ideas raras al darse cuenta que estaba oscureciendo y aún no encontraba al extraviado híbrido.

La última opción que tenía era la gran rueda de la fortuna que favorablemente se hallaba frente a él.

Ahora que su posibilidad de que el oso se encontraba lo hizo pensar en el carácter de este, serio y sumiso, las dos palabras juntas, no obstante, la vestimenta sacada de la guerra, eso le daba miedo.

Su pregunta era, ¿porque no lo atacó?
Evidentemente el tipo parecía sacado de Rocky IV, daba aires de Iván Drago en furro, aunque también el oso jodidamente indefenso con la carita de chupavergas hijo de perra no daba ni miedo, para nada.

- ¿Que hacés vos acá? - salió una voz de arriba.

Juan elevó su cabeza hacía el cielo, reconociendo la camiseta celeste y lentes negro, de seguro era fumador, río Juan.

El híbrido al verlo reír dijo - De qué te reís pedazo de pelotudo, respondeme la pregunta.

Mantuvo su postura en defensa al ver que el estúpido de lentes subía a la noria ( rueda de la fortuna).

- S-Se que no quieres verme... - el oso emitió un gruñido - Tienes todo el derecho de estar molesto, lo entiendo, el tipo que te dio tremenda paliza esta yendo hacia ti, probablemente pienses que te dará otro puñetazo, pero... Estas en lo equivocado, amigo - suspiro - El tipo quiere pedirte disculpas, por ser idiota, estúpido, bobo...

- Boludo.

- Si, boludo... - una vez arriba, se sujetó de la barandilla de metal - Así que... ¿Me perdonas? - sonrió torcido.

Como si tuviera todo el tiempo del mundo, el hibrido lo pensó, olvidándose del pobre mago que las manos se le resbalaban y sin duda provocaría una caida muy desagradable y dolorosa.

- H-Hey - dijo tembloroso - Sólo dime una p-puta respuesta.

Spreen lo miro fijamente.

- Dale, estas perdonado.

Con toda la humillación soportada, dijo - ¡Ya era hora! - se volteó para subir - Media vida, ¿tanto te cost-... ¡Mierda! - sus manos dejaron de funcionar, haciendo que se soltara de las barandas.

Entrecerro sus ojos y meditó, bien Juan, se dijo así mismo, es hora de demostrar lo que tienes, te salvas a ti mismo y de paso le enseñas al hijo de puta con quien no se debe meter... No funcionó, hijos de su madr-

- ¿Seguro de que sos un hechicero? - dijo burlón. Tomándolo de la mano lo subió donde el se encontraba.

Juan lo miró asombrado.

- Tu... Me salvaste, ¿porque? - pregunto confuso.

- No tenía otra opción - respondió aburrido.

- No, enserio, ¿porque?

Sin explicación, el oso tomó asiento pensando en una respuesta ingeniosa.

- Oh no, no esperaré diez horas por tu respuesta - lo siguió hasta tomar asiento - Dime lo que sea.

- Mhm, bueno - contesto - Sos amigo del propietario de Tortillaland, hay cámaras y como vos sos una persona tan... ¿Habladora? Le dirías a todos que no te ayude y que rompí una regla importante de este pueblo, me botan del pueblo, no tengo otro lugar donde vivir ya que los demás me juzgan sin conocerme, me quedo solo, ( muy favorable para el, aunque eso no es lo que desea). Y... Por suerte no pasó, así que todo piola - suspiro aliviado, observando las pequeñas estrellas del paisaje.

Juan se quedó con la boca media abierta, cerrandola así para guardarse sus comentarios absurdos.

- Eres... Como yo - brillaron sus ojos al decir eso.

El híbrido lo miró - ¿Pelotudo? No creo -rió.

- Vale, arruinaste el momento - cruzo de brazos.

- ¿Que momento? - pregunto aún riendo.

- Momento del... - pensó - ¿Nacimiento de una nueva amistad?

...

- Nacimiento mis huevos - bajó del juego en función - ¡Adiós, mago de circo! - se despidio de espaldas.

- ¡Vete a la mierda, cabron! - gritó Juan - Que manera de socializar - murmuró exhausto.

Y así fue como la no reciente amistad del oso y mago de circo apenas comenzaba.

El futuro los esperaba con ansias.

𝗽𝗮𝗿𝗲𝗰𝗶𝗱𝗼𝘀 ¡ spruanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora