Capitulo II

77 18 7
                                    











En el pueblo corrían muchos rumores sobre la sombra, historias terribles, aun entre los pájaros y las bestias de la noche. Los pueblerinos hablaban del terror que había despertado nuevamente, un fantasma que bebía sangre, que se subía a los árboles en busca de nidos, que se arrastraba por las cuevas, deslizándose por las ventanas en busca de cunas o alguna persona de sangre caliente para alimentarse y hacerse fuerte. 

Yoongi escuchaba ese tipo de palabrerías cada vez que iba al pueblo con su madre, preguntándose si tenía relación con el potente olor a carbón que olía siempre y que cada vez lo sentía más cerca de él, al igual que el intenso sentimiento de ser observado. 

Debería tener cuidado con su hijo. Es muy vulnerable y tentador para la criatura que en un Santiamén lo devoraría. 

Esa clase de cosas también eran siempre dichas. Dejando a la señora Min un poco preocupada y con la angustia de creer o no creer sobre lo que se decía. Mirando a su hijo en el asiento copiloto, llamando su atención, distrayendo de voltear a la ventana al sentir el tacto cariñoso en su mano. Tenía miedo de en vez de haberle un hecho bien a su hijo alejándolo de los riesgos de la ciudad, el pueblo lo pudiera empeorar. 

No fue hasta dos semanas después, donde Yoongi siempre solía frecuentar ir a sentarse debajo del sauce solo a tomar aire que llego nuevamente a su olfato aquel olor. Esta vez, cansado de que la curiosidad pudiera más que él, su voz suena en coro al aire que siempre anda revoloteando los árboles y meciendo el agua del lago. 

- ¿Quién eres? - No esperando respuesta, cualquiera que lo viera pensaría estáhablando solo. - Sé que estás ahí por tu olor, siempre es el mismo y también puedo sentirte. -Sonriendo al escuchar el crujido de una rama seca, comprobando su teoría de que si existe ese alguien que lo espía. - No voy hacerte daño. 

No es como si pudieras. 

Las orejas de Yoongi se movieron curiosamente intensificando su sentido auditivo, escuchando los leves pasos que sentía caminar saliendo de, por el sonido que se escuchaba, los arbustos de la entrada a la arboleda del bosque. Los pasos siguieron, pero se detuvieron en un espacio considerable de ambos. 

- ¿Por qué hueles a carbón? -El olor era más fuerte ahora al tenerlo más junto. Se tapó la nariz logrando que su voz saliera gangosa. Ahora suponía que a lo mejor el susodicho trabajara en una mina cercana y ese fuera el camino a tomar para volver a su hogar. - ¿Sigues ahí? -Un paso dado hizo que apareciera una sonrisa en su rostro, aliviando de la vergüenza de haber sido ignorado y abandonado. Sus dientes atraparon la carnosidad de su labio inferior por la nueva duda presentada, a lo mejor no podía hablar, así como él no podía ver. -Seríamos buen equipo, ya sabes, tú no puedes hablar y yo no veo, así que túserás mis ojos y yo tu voz ¿Qué dices? ¡Ay perdón! olvide que no hablas. -Casi golpea su cabeza con el árbol por semejante tontería.

 Aquellos grandes orbes amarillas centelleantes miraban anonado al chico de hebras de sol. Pues desde la primera vez que lo vio las entrelazo con que el sol le había regalado sus rayos dorados al chico para que los portara bellamente en su cabello y la luna le dio la belleza pálida de su luz para su piel. 

- Mi mamá trajo emparedado con mantequilla de maní y jalea de fresa, puedes tomar uno si gustas. -Yoongi a tientas agarro un emparedado cortado en triángulo ofreciéndolo. Tragó con temor que su brazo quedara estirado, sin embargo, sintió al aire muy caliente cuando la mano del otro agarró el pedazo dado dándole intriga el sentir uñas tan largas. - Me llamo Yoongi ¿Y tú?

 - Jeongguk

Yoongi olvidó que no hablaba y por eso había preguntado su nombre, percatándose de la pregunta hecha hasta escuchar la voz del muchacho frente a él. Una voz no muy ronca, pero que se le notaba la edad. Ahora suponía no era viejo, por la voz a lo mejor y tenían la misma edad.

•○ Blind Angel [Kookgi] ○•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora