Capitulo 1

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— ¡En el rock de la prisión, es imposible no bailar el rock! — canté mientras ponía la cuchara de madera en mi boca como micrófono e intentaba bailar tipo Elvis Presley.

Estaba terminando la cena para antes de que mis padres llegaran del trabajo, hoy era un día muy especial para mi y todo tenía que salir perfecto. Le moví a la sopa crema que tenía en la estufa y seguí condimentando un poco lo demás, no era comida tan difícil ni tan fina, pero a mis padres les gustaba mucho que yo cocinara.

— Buenas noches señorita — brinqué al escuchar a alguien en mi ventana, me volteé agarrando fuertemente la cuchara de madera para encontrarme con Wes asomado en la ventana de mi casa

— ¿Qué quieres Wes? ¿Sabes que hay una puerta del otro lado, verdad? — le pregunté cruzándome de brazos viendo como mi amigo intentaba meterse por la ventana alta, y que para su mala suerte, no podía entrar.

— Lo se, pero sabes que prefiero las entradas triunfales — dijo volviendo a brincar haciendo que lo mirara burlona — bueno, tú me entiendes, no soy lo que dicen, normal — dijo haciendo comillas en la palabra haciéndome reír — ay, huele rico — dijo aspirando el aroma que soltaba el pollo con papas caseros que ya estaban listos al igual que lo demás.

— ¿A qué viniste Wes? — le pregunté mientras apagaba la estufa con rapidez.

— Pues antes venía sólo para saludarte, pero ahora espero una invitación formal a cenar — contestó subiendo y bajando las cejas mientras sonreía.

— Ya quisieras Wes, lo siento pero hoy no — contesté haciendo que la sonrisa de Wes desapareciera — hoy tengo que convencer a mis padres de que me dejen ir a Nueva York y...

— ¿Y? ¡Yo te puedo ayudar Blake! — contestó entusiasmado — sólo piénsalo, a unos padres les cuesta trabajo decir que no cuando hay amigos presentes.

— Eso cuando te invitan a sus casas, no cuando quieres irte a vivir a Nueva York — contesté un poco molesta, Wes suele insistir mucho cuando quiere algo

— Bueno, pero tal vez yo pueda estar apoyándote y dando razones para que digan que si

— No, Wes ya dije, para la otra será, así que mejor ve a tu casa — le dije mientras tomaba platos del estante para ponerlos en la mesa.

— Escúchame bien Blake Sandman, tal vez no hoy, tal vez no mañana, pero vendré a comer pronto a tu casa — rimó Wes mientras me fulminaba y poco a poco dejaba de estar de puntillas perdiéndose abajo de la ventana

— ¡Tú lo dijiste! ¡No hoy! — grité sonriendo para que me escuchara

— ¡Te odio Blake! — reí al escuchar la voz lejana de mi amigo.

Una vez que toda la comida estaba lista, saqué los manteles y cubiertos para terminar de poner la mesa, quedándome mejor que otras veces, de verdad deseo que digan que si.

Se escuchó la alarma del auto de mi papá, así que rápidamente me puse a un lado de la mesa tomando el control del estéreo para que la música clásica empezara a sonar al instante que el seguro de la casa se abría.

— Hola hija, ¿qué es ese delicioso aroma? — me preguntó mi madre entrando con su portafolio y su saco colgando en el brazo.

— Decidí consentirlos hoy mami — contesté tomando el saco de mi mamá para ponerlo en el perchero y el portafolio a pie de este.

— Blake, mira a quien me encontré — dijo mi papá entrando a la casa — ¡A Wes! Lo acabo de invitar a cenar así que pediré po...llo, ¿cocinaste?

— Claro que si papá — dije con una sonrisa forzada al ver a Wes entrar con una sonrisa triunfante en el rostro, se puso atrás de mis padres y con sus labios pronunció un "te lo advertí" — bueno, entonces, pondré otro mantel, Wes, ¿me ayudas a servir los platos?

Durmiendo en Nueva York - ACTUALIZACIONES LENTAS -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora