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Fleur dela Cour no comprendía porque todas las casas a las que estaban pasando com un grupo de niños estaba decorada y los niños estaban disfrazados

Hermione había tenido la grandiosa idea de aceptar un trabajo de niñera por un día para cuidar a los niños el 31 de Octubre en la noche de Halloween.

—Vayan— les sonrio Hermione y los pequeños corrieron hacia la primer casa.

—¿Por qué se disfrazan para pedir dulces?— pregunto Draco cruzándose de brazos.

Hermione se giro a verlo

—Es una tradición muggle

—Eso es algo pordiosero— exclamó Victor sin poder contenerlo, Fleur lo miro— Granger, ¿no es más fácil que compren dulces?

—No, eso le quita la diversión junto sus disfraces.

Draco rodó los ojos pensando una vez más en las tonterías que tenía el mundo muggle, apartó la mirada y sus ojos se colocaron en una gran casa decorada con tumbas en el frente y neblina, miro como los tres discutían sobre la tradición y el se alejo hasta llegar a la entrada del lugar.

—Yo no entraría ahi—hablo una pequeña voz.

Draco se giro mirando a una niña vestida de princesa.

—¿Por qué no?

—Es una de las casas más temibles de la calle en la noche de Halloween — explicó la niña— Para lograr todos los dulces debes pasar muchas pruebas dentro de la casa para poder salir.

Draco sonrió de lado, ¿Que tenebrosa podría ser? La niña se alejo del rubio junto su grupo de amigos, Draco se recargo en el portón de la entrada y luego lo empujó, la puerta rechino hast quedar totalmente abierta y se adentro a la casa, la neblina cubría parte de sus pies y se adentro a la casa. Había música y muchas telarañas pegadas en el techo, detuvo su andar ante un mesa que contenía una nota, la tomó.

"BIENVENIDO A ESTA AVENTURA COMPAÑERO, TE DEJO EL MAPA PARA ENCONTRAR EL TESORO, SOLO RECUERDA QUE ES FACIL ENTRAR PERO SALIR
SUERTE"

Draco arrojó la nota y tomó el pequeño mapa que estaba sobre la mesa, se giro hacia calle y luego sonrio, lograría ese reto solo. Se guía gracias por el mapa subiendo las escaleras de la casa, prendió la linterna iluminando la parte alta de la casa, paso al lado de unas mantas blancas e iluminó un tazón que estaba en el piso lleno de dulces

—¿Asi de simple?— se preguntó a si mismo con una sonrisa, luego río un poco— Estos muggle, no saben que es el miedo de verdad.

Las mantas blancas cayeron revelando a varias mujeres vestidas de blanco, estas portaban un cuchillo falso y su vestido estaba manchado de pintura roja. Draco abrió sus ojos y dio una paso hacia atrás, se giro de un lado a otro buscando alguna salida pero estaba rodeado, las mujeres alzaron el arma y se acercaron a él, luego se escucho un grito y la mujeres se detuvieron, Draco se giro por el pasillo de donde provino el sonido.

La mujeres corrieron abandonandolo pues en el final del pasillo un hombre vestido de payaso observaba a Draco.

Draco dio un paso hacia atrás y el payaso se movió, dio otro y el payaso lo volvió a imitar, luego corrió y las risas del payaso hizo que el gritara corriendo hacia las escaleras, el hombre salto frente a él y se coloco en la puerta impidiendo que saliera, el hombre río y Draco grito, arrojó el tazón de dulces que había conseguido y se encondio en la cocina.

Agazapado en el piso, Draco esperaba la llegada del payaso, escucho sus pasos acercarse y comenzó  a arrastrarse, por medio de un espejo logro verlo a unos metros lejos de el.

—Sal de escondite, solo quiero jugar—hablo el hombre.

Draco movió la cabeza de un lado a otro. El no quería jugar. El payaso grito subiéndose a la mesa del comedor y Draco grito mientras se escodia debajo de la mesa, el cuchillo falso se clavo sobre la mesa y Draco soltó un grito más arrastrándose hacia la salida.

El hombre soltó una risa y agitó su mano en forma de despedida al verlo salir.

—¿Donde demonios estabas, lo niños querían...?

Draco empujó de Victor al salir del casa y el pelinegro lo insulto, el rubio corrió por la calle.

—¿Y ahora a ese que le pasa?— pregunto Fleur llegando con dos niños.

Victor sonrió poco a poco y se giro hacia la casa, el hombre vestido de payaso salió y le entrego la bolsa de dulces y alzó el pulgar, el chico le agradecio con una sonrisa y el hombre regreso a la casa.

—Les dije que funcionaria— sonrió mirando que Hermione y Fleur.

Proyecto MuggleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora