Capítulo V

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-Mierda- dije recuperando el aliento, mientras me dejaba caer en su pecho exhausta

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-Mierda- dije recuperando el aliento, mientras me dejaba caer en su pecho exhausta.

Tomo mi cabello para acomodarlo y besarme la frente.

-¿Sigues enojada o necesitas otro round?- pregunto mientras nos cubría con una sábana.

-No era enojo Walter, era frustración- respondi dando un suspiro mientras hacía círculos imaginarios en uno de sus brazos.

-¿Te gusta?- cuestiono.

-Si, me gusta estar asi- respondi inocente.

-Sabes que a quien me refiero-

-No, no lo se- trate de levantarme cosa que no dejo, tomándome del brazo para aferrarme a su cuerpo.

-Te gusta el soldado- afirmó.

-Claro que no- dije rápidamente-¿Cómo me va a gustar ese arrogante e irrespetuoso hombre- iba a decir algo más cuando su teléfono sonó.

-¿Quién carajos nos molesta tan temprano?- maldijo por lo bajo mientras alcanzaba el aparato y llevarlo a su oído.

-Hola.... si con él..... ¿esta segura?.... si vamos para allá.... deme con ella...- lo mire con duda para saber de quien se trataba, el solo hizo una seña con su mano para que esperara. -Si bebé.... vamos por ti ¿ok?.... si esta conmigo... esperanos ahí... también te amo- termino la llamada y soltó un suspiro.

-¿Qué sucedió?- pregunte.

-Grace no pudo explicarme bien, pero al parecer tuvo problemas-

-La princesa nos necesita oficial Marshall- Bese sus labios y salí de la cama envuelta en la sábana.

-¿Nos bañamos juntos?- propuso siguiéndote al baño y observandome con una mirada perversa.

-Ya conozco tus trucos y si lo hacemos no saldremos nunca- dije cerrando la puerta en su cara.

-Te odio- escuché quejarse a lo que solté una pequeña risa.

........
En el camino pasamos a la cafetería de siempre he hice mi pedido habitual cada vez que íbamos por ella.

Una vez llegando al lugar, Walter estacionó la camioneta y ambos bajamos de esta, guardo su arma en su cinturón y tomo mi mano entrelazandola con la suya para entrar de una vez.

Una sensación no agradable me invadío y mi acompañante lo noto, apretó fuerte mi mano en señal de calma.

Mientras más nos acercamos se escuchaban unos gritos, mire a Walter con confusión y ambos apresurados el paso al pasillo de donde provenían los gritos.

Cuando giramos el pasillo vi a la rubia la cual gritaba como loca acompañada de alguien a quien no me esperaba, Carter y Bucky estaba ahí, mi mirada se centro en el pequeño cuerpesito de 7 años sentado en una de las sillas con su cara escondida entre sus rodillas asustada.

PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora