»Daniela estaba en un lugar que ya había visto antes, un rio lleno de contaminación estaba delante de ella miro a su izquierda y vio árboles desperdigados, no sabía donde estaba pero le resultaba familiar...entones a una velocidad que no era normal un coche pasó por su derecha y al ver el baden se orientó enseguida, sin saber como, algo la empujó y cayó de rodillas al rio y al mirar al rio vió nitidamente un huevo casi del tamaño del de un avestruz, tuvo la necesidad de cogerlo ya tenía las manos en el agua a centímetros de aquel huevo violaceo..."
»BANG! BANG! BANG!, la temible musica a todo volumen de la alarma la devolvió a la realidad, se levantó en un segundo y la apagó con rabia. Aquel sueño le había encantado parecía tan real... Se diriguió al cuarto de baño a echarse agua fría, tenía que espabilarse o llegaría tarde al instituto. Se vistió lo más rápido que pudo, se echo medio litro de agua en su alborotada melena(o eso le pareció) y voló hacia la cocina a prepararse el desayuno.
Se tomó el par de tostadas en un minuto pero el recuerdo del aquel extraño sueño se le pasó por la cabeza, recordó lo real que le había parecido aquel huevo, era como si la estuviera llamando... y entonces se descubrió a si misma dandole vueltas al café y mirando al infinito, miró alarmada el reloj del microondas al ver que eran las ocho y diez, se le estaba acabando el tiempo. Se bebió el café de un trago, mandó a la porra la estricta norma de su madre a lo referido a cepillarse los dientes, se colgó la mochila y casi corrió hacia el instituto. Pasando por el parque que estaba muy cerca del instituto se hizo la misma pregunta que todas las mañanas »¿Qué tenía a primera? ¿Música? ¿Inglés?" subió a la primera planta para reunirse con los otros solo les dijo:
-Hola.Y Lara ya le medio gritó:
-Vamos Dani, que no llegamos a música.
Se zafó de ella con una sonrisa y le dio unos golpes en el hombro a Mario y le dijo:
-Vamos, muevete.
Y mientras Mario se despedía de Aniie que iba a otra clase. Daniela le gritó a Jose entre el barullo:
-¡Que llegamos tarde!
Al final fue arrastrada por Lara y la marea de gente que salía del pasillo hacia su primera clase de un raro Martes.
Dani odiaba como el profesor de música se iba tanto del tema mientras hablaba. Llebaba toda la clase charlando con Lara, que se sentaba a su lado, ahora miraba a todos lados y a ninguno, aburrida de aquel pelmazo de clase.
Miró lo que dibujaba Lara a su derecha, era una especie de chica dragón que le sonreía divertida. Al verla se acordó del sueño y pensó »Tengo que ir al badén, es una tontería pero como no lo haga voy a volverme loca. Volvieron a clase esperando, rogando que Marta ,la profesora de naturales, no hubiese ido (no les extrañaría esa mujer era impredecible) la estaban esperando en el banco de piedra que está más cerca de su clase y cuando la vio venir se rió mentalmente al recordar que la llamaban la barbie vieja pero a ese demonio con problemas psicologícos no lo podían echar. Se estremeció al verla con minifalda y por los gestos que le hacia Mario refirendose a Marta él pensaba igual.Se sentaron cada uno en sus sitios, Dani no paraba de pensar lo que odiaba a aquella profesora. Se pasó la clase pintando y riendo las tonterías que decían sus compañeros de vez en cuando.
El resto de clases fueron de los más normales, se aburrió en lengua, se divirtió con la pandilla en el recreo, luego le costó entender la explicación de matemáticas como siempre, se entretuvo en francés y no pudo concentrarse en tecnología.
Volvió a casa pensando en una excusa para excabullirse con al badén, tenía que comprobarlo y tenía que ir sin que nadie se enterase, nadie iba a comprender su empeño.
Una vez que hubo acabado sus deberes (seguro que estaban mal, no sabía ni lo que había escrito) metió las llaves y el móvil en una pequeña mochila de tela, se la colgó y les dijo a sus padres que iba a despejarse la cabeza con la bici. Bajó los escalones de mármol de dos en dos, rodeó la casa para entrar por la puerta falsa de la casa de sus abuelos, donde en un rincón del patio con un tejado de metal que servía de trastero estaban las bicicletas.Pedaleó con fuerza hacia el badén, quedaba algo lejos pero si se daba prisa nadie la vería y estaría de vuelta enseguida. Cuando llegó al lugar soltó la bici sin cuidado, corrió hacia el lugar del sueño se agachó y por poco le da un infarto al ver un huevo casi del tamaño de uno de avestruz violaceo con motas doradas, parecía hecho en piedra.
Daniela metió las manos en las sucias aguas del rio, al sujetarlo con ambas sintió como si de sus manos se esparciera una honda de calor sobre el huevo. Lo observó durante un rato, aquello la fascinaba de manera sobrenatural, casi podía percibir que tenía una vida entre sus manos, algo que la ligaba a esa alma... Pero nadie debía verlo jamás.
Lo guardó con cuidado en la mochila y volvió más rápido que antes al pueblo, se metió por las callejas con el fin de esquivar a la gente. Guardó la bicicleta con prisas y apretando la mochila contra su pecho en un intento de tener el huevo protegido de miradas indiscretas en una acerelada hacia su cuarto incluso le pareció sentir aquel huevo latir, como si tuviera un pequeño corazón, inluso le parecía que le daba calor.
Se metió rápidamente en su habitación cerró la puerta detrás de ella y observó detenidamente la habitación como si fuera la primera vez que la veia, el escritorio y las estantería de color caoba, descartado a la primera, pensó en meterlo en el colchón que había debajo de su cama pero al pensar que no le iba a resultar fácil abrirlo y cerrarlo rápidamente optó por el armario, era muy grande con una balda arriba, una colunma con huecos para meter ropa doblada y el resto lo atravesaba una barra de hierro para colgar abrigos y blusas. Daniela abrió el armario de par en par, descolgó un plumas que usaba en invierno lo acomodó en la escina más escondida del armario entre la pared del armario y la guitarra que solo sacaba ella cuando iba a clases los miércoles, sacó el huevo de la mochila y lo acarició suavemente como si se despidiera de él antes de dejarlo sobre el mullido plumas. Escuchó a su padre llamarla, así que no tuvo más opción que cerrar el armario con cuidado y diriguirse al salón como si nada. Tenía que intentar quitarse el huevo de la cabeza si no quería que nadie lo descubriera, tenía el instinto de protegerlo y no iba a permitir que nadie lo tocase.
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La era de los dragones
FantasyLa culpa es del sueño que la obsesionó...no, todo fue su culpa. Si Daniela hubiera decidido quedarse en casa nada de eso estaría pasando. No habrían muerto, no la perseguirían los jefes de los demonios, no pondría en peligro a su seres queridos...to...