Estaba yendo camino a mi nueva casa, mi padre se había casado con una hermosa mujer unos años mayor que él, cuando la conocí me pareció una mujer perfecta en todo sentido para mi padre, era viuda, al igual que papá, era cirujana desde hacía 10 años más o menos y mi papá era el dueño de un consecionario, hace unos años necesitó un trasplante de riñón y adivinen quién lo operó, así se conocieron, gracias al trabajo de ambos estábamos muy bien posicionados económicamente. La hermosa mujer de la que hablo se llama Esmeralda, yo le digo Esme desde que ella me dijo que así podía hacerlo, la hermosa Esme también tenía dos hijas de su último y trágicamente concluido matrimonio, esas dos hijas al igual que Esme eran hermosas, sus nombres eran Marie de 18 años y Aitana de 13, yo tengo 14, Aitana y Marie eran de lo más amigables y cariñosas conmigo, si bien no se llevan tan bien entre ellas, conmigo eran dos ángeles, a ambas les gustaba mucho tener una nueva hermana al parecer, ambas eran tan amorosas conmigo, la mayoría de las veces que dormí en el cuarto de Aitana siempre me daba besos, por todos lados, al principio creí que solo era cariñosa y luego caí en cuenta de que no somos hermanas de sangre, asique ella podría tener otras intenciones, de todos modos con el tiempo dejé atrás esa teoría ya que me acostumbré a su comportamiento, en cuanto a Marie, ella era muy "caballerosa" por así decirlo, siempre me trataba como una princesa, me decía lo mucho que me quería y demás cosas bonitas.
En fin, nos estábamos mudando a su casa, ya que nuestros padres luego de 3 años de relación decidieron casarse y vivir juntos, a pesar de haberse tardado lo decidieron, viviríamos en su casa, una gigante casa o más bien mansión minimalista en un vecindario de ricos muy tranquilo.
Cuando llegamos Esme nos abrió la puerta y mientras papá bajaba las maletas, yo corrí a abrazarla, en cuanto me vió en su hermoso rostro se dibujó una perfecta sonrisa y abrió sus brazos para recibirme, me abrazó muy cálidamente, sus brazos rodearon mi cuello y mi cara quedó atrapada entre sus pechos, recuerdo que traía un escotado vestido color azul que resaltaba hermosamente sus pronunciadas curvas, luego del abrazo dejó un pequeño beso en mi mejilla derecha para luego saludar a mi padre, verlos dándose ese apasionado beso solo me hizo recordar lo perfecta que ella me parecía.
Luego entramos a la casa, era demasiado grande como para tres personas, incluso ahora que seríamos cinco, era demasiado grande, tenía muchísimos cuartos innumerables, tenía escaleras y un enorme patio con piscina.
- cariño- me habló Esme- si te sientes frustrada puedes dormir con alguna de tus hermanas, y ya mañana eliges tu cuarto y desempacas ¿Te parece?- me preguntó con una radiante sonrisa.
- claro, me gustaría mas-
- perfecto, tus hermanas están en sus cuartos, ve a saludarlas y ya después escoges con quién duermes hoy ¿Si?-
- si Esme, gracias por todo- le respondí para luego subir las escaleras con rumbo al cuarto de Aitana. Cuando llegué toqué la puerta dos veces y la abrí luego de oír su voz diciéndome que pasara.
- ¡No puede ser, llegaste Billie!- dijo lanzándome a su cama y tirándose encima mío- te extrañé tanto- dijo y empezó a besar todo mi rostro incluyendo mis labios- ¿Hoy dormirás conmigo?- preguntó sentándose estando aún arriba mío.
- no nena, lo siento, dormí contigo la última vez, hoy dormiré con Marie ¿Si?-
- oh, está bien Billie- dijo para luego besar cortamente mis labios.
Luego de esa cálida bienvenida fuí al cuarto de Marie, mientras caminaba en su dirección noté que ya toda la casa estaba oscura, ya se habían ido a dormir papá y Esme. Cuando llegué toqué dos veces la puerta y ella abrió casi de inmediato, cuando me vió me tomó de la cintura cargándome para luego cerrar la puerta con cuidado de no hacer ruido y abrazarme.
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Mi Madrastra Y Hermanastras +18
RomanceBillie tiene una familia ensamblada compuesta por su padre, su madrastra, y hermanastras. Tenía encuentros casuales con una de sus hermanastras y deseaba mucho a su madrastra y a su hermanastra menor también, pero ¿que pasará cuando todas esas fanta...