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Al día siguiente desperté porque sentía algo en el pecho, al abrir los ojos me dí cuenta que Aitana no estaba y sobre mi pecho se encontraba Esme, tocándome, tenía una mano en mis bragas y la otra en una de mis tetas chupándola.

- ¡carajo Esme!, ¿Que, mi padre no te atiende?- ella soltó mi pezón para hacerme un gesto con su dedo índice para que me callara- ¿Dónde está Aitana?- susurré- nos puede escuchar-

- tranquila linda- me dió un beso algo intenso- está en el baño- se levantó de la cama y salió del cuarto como si nada. Aitana salió del baño al mismo tiempo que ella salió de la habitación, a mí se me estaba por salir el corazón.

- buenos días, Billie- habló Aitana saliendo del baño con una toalla envolviendo su cuerpo- ¿Qué te pasa?, Parece que viste un fantasma,- se detuvo a verme- ¿Te estuviste tocando?- preguntó señalando la tela húmeda de mi pantalón y mi camisa abierta.

- sí... y llamaron a la puerta, entonces no pude terminar- su cara expresaba muy claramente que no le parecía del todo cierto.

- está bien... vamos abajo, mamá vino hace rato y dijo que debíamos bajar a desayunar-

Bajamos las dos y nos encontramos con el resto de la familia desayunando en la barra de la cocina, yo me senté al lado de Marie y la saludé en voz alta y ella me respondió con una sonrisa. Después de un rato, sin importarle nada y con toda la familia cerca, Marie empezó a acariciar mi muslo, y de a poco comenzó a acercarse a mi entrepierna, al principio la acariciaba de arriba a abajo pero luego sin meter la mano empezó a masajear mi clítoris, el placer que sentía era cada vez más, me sentía caliente y tenía muchas ganas de que me meta ya los dedos, sentía un cosquilleo en mi estómago y mis tetas se estaban empezando a marcar en mi camisa, no podía escuchar lo que hablaban, hasta que me dí cuenta que no estaba disimulando nada bien.

- ¿cariño?... ¡cariño!- era papá enfrente mío.- ¿que te pasa?- preguntó mientras se reía.

- nada, solo tengo sueño, ¿Qué decías?- saqué rápido la mano de Marie.

- que ya nos vamos amor, me voy a trabajar y Esme también- dije mientras rodeaba la barra para dejar un beso en mi frente y luego irse junto a Esme.

- bueno... yo voy a mi cuarto- dijo Aitana y se fué. Cuando desapareció de nuestra vista Marie habló.

- ¿Creés que soy idiota?-

- ¿Qué?- dije desconcertada y algo asustada.

- ¿Crees que soy idiota?, sé que te cojes a mi madre y a mi hermana- mi cara se puso pálida de un momento a otro- gracias por la información- dijo con sarcasmo.
- ¿Tan obvio fué?-

- bastante... para tu buena suerte Aitana si es idiota-

- por favor no le digas a mi padre-

- tranquila, no diré nada, solo...- se acercó un poco- quiero estar segura de que seguiremos haciendo esto-

- sí, claro... solo no digas nada-

- entonces... podemos seguir con lo que dejamos ¿Cierto?- volvió a tocarme por encima de la ropa, luego me tomó en brazos y me subió a la barra de la cocina para besarme intensamente, fue quitándome la ropa hasta llegar a mi brasier el cuál quitó con mucha fuerza para empezar a chupar mis pechos y apretarlos con las manos, tirar y retorcer mis pezones mientras los lamía y mordía, después bajó a mi entrepierna, separó mis piernas y empezó a lamerme la vagina, me pasaba su lengua muy suave y lento mientras me metía los dedos rápidamente y los movía dentro mío haciéndome gemir todo el tiempo, no dure mucho tiempo así, luego de un rato ya le había mojado toda la mano y la cara, ella con mucho gusto se tragó todos mis fluidos.
- muy bien...- dijo mientras se levantaba y se limpiaba la boca- tienes mi confianza, no diré nada- y me dió un beso de pico rápido para luego irse y dejarme desnuda sobre la barra de la cocina.

Luego de eso fuí a tomar una ducha y cuando salí me fuí a acostar, me desperté cuando escuché el ruido de que alguien llamaba a mi puerta.
- pasa...- dije adormilada.

- cariño, ¿Te desperté?- era papá.

- si, pero no te preocupes, ¿Qué pasa?-

- amor... -se sentó al costado de mi cama para seguir hablando- últimamente te he notado un poco distraída o desanimada... yo sé que esto puede ser un cambio bastante grande y al cual quizá no te estés adaptando muy bien, ¿Entiendes a lo que voy?-

- estoy bien pa, solo algo abrumada, no voy a decirte que fué repentino, porque no lo fue, pero sí pasó muy rápido-

- entiendo cariño, pero si hay algo que yo pueda hacer solo dilo, ¿Sí?-

- está bien- se inclinó y me abrazó.

- te amo cielo-

- y yo a tí- se levantó y se fue.

La verdad era que me sentía un poco extorsionada y un poco agobiada, al principio parecía divertido cojerse a todas las mujeres de esta casa pero no pensé lo que podía llegar a pasar, primero Esme tocándome sin mi permiso y ahora la estúpida de Marie queriéndome chantajear para que sigamos haciendo cosas. No había pensado lo malo que es esto para mi padre, literalmente Esme le fue infiel conmigo, él se merece algo mejor pero no puedo decirle, esto es una mierda. Mientras me sumergía cada vez más en mi propia miseria escuché devuelta la puerta, era Aitana.

- hola...- dijo en voz baja y con una expresión un tanto triste- ¿Estás bien?-

- sí, ¿Por qué?-

- porque parece que estás distraída todo el tiempo, ¿No te pasa nada?-

- ven aquí- le dije para que se acostara conmigo, lo cual hizo, se acostó junto a mí y me abrazó, yo la bese con mucha intensidad y ella me siguió el juego- no me pasa nada- le di otro beso- solo que a veces creo que tú eres la única persona que me entiende- ella volvió a abrazarme y así nos quedamos dormidas.

A la mañana siguiente me desperté y estaba viendo hacia el ventanal, estaba por voltearme a verla hasta que sentí que acariciaba mi espalda, solté un suspiro de lo placentero que se sentía, me voltee y allí estaba ella, con su hermoso rostro sonriendo, la tomé de las mejillas y le dí un pequeño beso en los labios, ella profundizó el beso y se subió encima mío, continuó besándome y empezó a masajear mis tetas mientras movía su trasero encima mío y yo jugaba con él, sacó mis tetas de mi camiseta y empezó a apretarlas más fuerte mientras me besaba, luego fue bajando sus besos hasta ellas, las besaba y mordía tan rico como siempre, no me controlé y la dí vuelta quedando yo arriba, le quité su camisa y succione uno de sus pezones, estaban tan parados y duritos que se le marcaban en la camisa que traía, me encantaba la sensación de tener esos pezoncitos rosados en la boca y poder lamerlos, sus tetas eran tan suaves, dejé de lamerlas para besarla a ella, aunque no dejé de tocarlas, tiraba de sus pezones y los estiraba mientras la besaba, no podía dejar de tocar esas hermosas tetas, mientras más tiraba mas duros se ponían sus pezones.

Mientras todo esto pasaba, yo me frotaba estando arriba de ella, pude sentir como sus bragas estaban húmedas, mi entrepierna se sentía muy caliente y mientras más me frotaba con ella más se mojaba, asique decidí quitarle las bragas a ella quitarme las mías, poner una pierna por debajo de la suya y empezar a frotar nuestras vaginas directamente, su clítoris y el mío estaban pegados, tocándose y poniéndose cada vez más parados, cada vez se sentía muy delicioso, frotar nuestras vaginas mientras nos besábamos y tocábamos nuestras tetas era lo más rico que habíamos hecho y se sentía como la mayor cantidad de placer que podíamos sentir, empezamos a movernos más y más rápido, ella empezó a chuparme los pezones con más fuerza, yo tiraba de los de ella más rápido, nuestros clítoris seguían chocando y poniéndose más y más calientes y después de un ratito finalmente terminamos ambas, mojamos toda la cama y yo caí encima de ella de lo cansada que estaba, ella tomó mi rostro y me besó.

- te amo- susurró sobre mis labios para después abrazarme.

- también te amo- dije sin soltarla. Luego de eso ya era el mediodía asique tomamos una ducha ambas, luego nos vestimos, hacíamos todo juntas mientras nos besábamos y abrazábamos. Bajamos a almorzar después de todo eso.

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Mi Madrastra Y Hermanastras +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora