El dia D ha llegado

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Estos cuatro meses han sido una puta locura.
Cuando les conté a mis padres lo del sorteo, no dudaron un segundo en quedarse con la niña y decirme que no me preocupara. Que tenía todo el derecho a desconectar y divertirme después de todo lo que he pasado.
Doy gracias al universo por tenerlos.
Había puesto una excedencia de un año en el trabajo hasta que decidiera qué iba a hacer con mi vida.
Mis jefes se habían portado muy bien conmigo y no quería tomar decisiones precipitadas, laboralmente hablando.
Además, gracias al dinero que me había dejado Paco, de momento no tenía prisa por buscar otro trabajo.
Por suerte, Rita trabaja en un banco y no tuvo problemas para pasarse el mes de julio entero de vacaciones.

El sorteo se había hecho en las cuatro revistas de viajes con más tirada a nivel nacional, y disfrutaremos del premio cuatro parejas en total.
Está patrocinado por las firmas Panama Jack, The North Face, Decathlon y Canon.
La redacción de la revista se ha portado de lujo con nosotras. Se han encargado de organizar todo el tema de vacunas, permisos, documentación...
El viaje empieza en Madrid el treinta de junio. 
El día D ha llegado.
No tenía ni idea de lo mucho que me iba a cambiar la vida este viaje...

Llegamos a Madrid a las diez de la mañana. Nos vino a recoger al aeropuerto una redactora de la revista y nos llevó al hotel. Teníamos el día libre hasta las siete y media de la tarde, hora de la reunión oficial con el resto de compañeros y organizadores del viaje.
Entramos en la habitación y flipamos en colores.
Era muy grande y con dos camas. Encima de cada una, había un despliegue de todo lo necesario para el safari. Ropa, calzado, complementos, accesorios ¡¡y hasta una cámara de fotos!!
Nos miramos las dos nada más quedarnos solas en la habitación y nos echamos a reír nerviosas como dos niñas la mañana de reyes.
—Madre mía Rita, esto es como un sueño. ¡¿¡Has visto todo lo que nos regalan!?!
—Joder Vera, no falta de nada... Mira que gafas de sol tan chulas. ¿Y qué me dices de la ropa? ¡¡¡Qué pasada!!!
Estábamos tan emocionadas con todo, que ni nos dimos cuenta de la hora.
—Rita, son las dos de la tarde y yo estoy muerta de hambre. Hasta las siete y media que hemos quedado en recepción, tenemos tiempo de descansar y organizarnos. ¿Y si bajamos al restaurante a comer algo?
—Vale, buena idea.
Después de comernos una ensalada cada una y un chuletón para compartir, volvimos a la habitación y nos tumbamos un rato, no sin antes poner el despertador a las seis de la tarde.
Por si acaso...

A las siete bajamos a recepción. No había nadie aún, pero nos podía la curiosidad y queríamos observar desde la distancia, quiénes iban a ser nuestros compañeros.
Así que nos sentamos en una de las mesas del salón principal desde donde veíamos perfectamente la recepción.
Estaba nerviosa pero feliz.
Este viaje no podía haber llegado en mejor momento.
A las siete y cuarto apareció una pareja. Ella se veía más mayor que él. Pasados un par de minutos llegaron dos chicas. No tendrían más de veinte años. Muy monas ellas. No pararon un segundo de hacerse selfies y grabarse con el móvil.
Y rozando las siete y media llegó la última pareja.
Dos chicos, muy guapos, muy altos y muy bien vestidos. Uno rubio y otro moreno.
Mentalmente les puse el mote de Zipi y Zape. 
Nos levantamos de nuestra mesa y nos acercamos a todos ellos.
En ese mismo momento se acercaron también un hombre y una mujer vestidos con ropa de safari. Sin duda eran los organizadores del viaje.
—Buenas tardes. Creo que ya estamos todos —dijo el hombre con una sonrisa.
Nos fuimos mirando los unos a los otros, sonriéndonos y saludándonos con la vista.
—Hola a todos —esta vez fue la mujer la que nos saludo —. Síganme por favor.
Entramos en una sala con una gran mesa ovalada en el centro. Había seis tarjetas con nuestros nombres junto a un dosier para cada uno.
—Pueden pasar y sentarse donde lean su nombre.
Me resultó divertido que lo hicieran como un juego. Me recordó a las convivencias que organizaban las monjas en el cole.
Yo me senté en la silla donde estaba la tarjeta con mi nombre escrito.
Rita se sentó frente a mí.
—Bienvenidos a todos. Antes de hacer las presentaciones oficiales para que podamos conocernos, mi compañero y yo queremos darles la enhorabuena por haber sido los agraciados del sorteo. Mi nombre es Raquel y voy a ser, junto a mi compañero, la encargada de que este viaje sea la mejor experiencia de sus vidas.
—Hola a todos. Yo soy Alberto y como bien ha dicho Raquel, yo también me encargaré de que este viaje sea inolvidable. Observarán que tienen ante ustedes un dosier. En él, van a encontrar una guía con todo lo referido al viaje: información de los dos países a los que vamos a viajar, Kenia y Tanzania, los lugares que vamos a visitar en cada país, las excursiones que haremos, los hoteles donde nos vamos a alojar... Y por supuesto, cualquier duda que les surja aquí estaremos a su disposición tanto Raquel como yo durante todo el viaje.
—Muy bien —dijo Raquel —ahora van a ir presentándose uno a uno para que nos vayamos conociendo todos. ¿Algún voluntario?
Nos miramos todos esperando que alguno dijera, "venga yo" Y como nadie se decidía, levanté la mano a la vez que decía:
—Yo misma. Me llamo Vera, tengo treinta y cinco años y soy de Sevilla. Es la primera vez en mi vida que me toca algo en un sorteo. Y que sea un viaje, es una suerte, pues me encanta viajar.  Personalmente estoy en una época de transición en mi vida. Hace menos de un año que soy viuda, tengo una hija de un año y medio que es lo mejor de mi vida, y tengo la esperanza de que este viaje me ayude a encontrar mi hueco en este mundo.
Miré a Rita ,como para darle la vez...
—Pues yo soy Rita, la mejor amiga de Vera. También tengo treinta y cinco años y vivo en Sevilla, pero soy de Cádiz. Trabajo en un banco desde hace diez años como directora de financiación empresarial. Soy un alma libre y también me encanta viajar. Y como apunte más personal diré que me chifla bailar, aunque sea sola, que no puedo vivir sin música, que me gustan las películas antiguas y que me vuelve loca la cerveza.
—Hola Vera. Hola Rita. Bienvenidas  —nos dijo Alberto con una sonrisa —¿Quién quiere ser él o la siguiente?
—¡Nosotras! —dijeron a la vez las benjaminas del grupo.
—Yo soy Martina, tengo veintitrés años y he acabado este año la carrera de periodismo. También me gusta mucho viajar... Creo que este punto lo vamos a tener todos en común —dijo mientras hacía un barrido, mirándonos a todos —. Soy creadora de contenido en redes sociales. Tengo quinientos mil seguidores en Instagram y un vlog en Youtube dedicado a mis viajes, con más de un millón de suscriptores. Con mis padres he viajado mucho y siempre me ha gustado contarlo. Así que este viajazo que me ha tocado, lo pienso documentar a tope para que sea el rey de mi vlog. ¡Ah! También me vuelve loca la cerveza — dijo mirando a Rita y guiñandole un ojo.
—Pues yo soy Miranda. Soy la pareja de Martina y las dos somos de aquí de Madrid. Tengo veinticuatro años y este año también ha sido mi último año como universitaria, pues he acabado la carrera de cinematografía y mi sueño es llegar a ganar un Oscar como mejor directora. En agosto me voy a Los Ángeles para estudiar un máster en dirección y producción y este viaje me va a servir para cargar pilas. Y...¡también me gusta mucho la cerveza! —dijo riéndose mientras nos miraba.
—Bienvenidas a las dos —dijo Alberto — os diré para vuestra información, que en África se bebe mucha cerveza. Sobre todo las locales, Impala y Raha. Aunque también encontraremos algunas marcas europeas.
—¡Que bien, muchas gracias por la información! —contestó Martina.
—Nos toca a nosotros —dijeron al unísono Zipi y Zape.
—Pues adelante —indicó Raquel.
—Me llamo David, tengo treinta años y nací en un pueblo de Cantabria que se llama Noja. Pero llevo muchos años aquí en Madrid. Soy funcionario de correos y en mis ratos libres soy modelo. Como a todos los que estamos aquí, me encanta viajar. A mí no me gusta la cerveza —dijo poniendo cara de "ya lo siento" y las manos a modo de rezo —pero me encanta el vino.
—No pasa nada... te admitimos en el grupo igual...—soltó Rita riéndose, cosa que provocó la carcajada general.
—Me toca a mí. Yo soy Duncan. Tengo treinta y tres años y soy modelo profesional. David me comentó lo del sorteo en el último desfile que hicimos para Hanníbal Laguna. Por mi trabajo, tengo que viajar mucho, pero no son viajes de placer. Este, seguro que si lo va a ser. Nací en París, y vivo a caballo entre Madrid y Nueva York. Depende un poco de las campañas. A mi favor diré que no bebo alcohol, pero cocino muy bien. O eso dicen mis amigos...
—Alguien se tiene que encargar de la barbacoa en las fiestas ¿no?, del vino y las cervezas ya nos encargamos nosotras... —dijo Miranda riéndose, volviendo a provocar la carcajada de todos.
—¡Qué peligro tenéis vosotras! —dijo Alberto riéndose.
—No te preocupes que somos inofensivas y buenas chicas...
—Eso espero... —contestó Raquel riendo —Y ya solo quedan por presentarse...
—¡Nosotros! —dijo el chico refiriéndose a él y a la señora — . Tu primera mamá.
—Hola a todos. Me llamo Mari Paz tengo cincuenta años y desde hace tres soy viuda — me miró dedicándome una sonrisa de comprensión que me encantó —. Pero lejos de quedarme en mi casa llorando y lamentándome, entendí que mi vida sigue. Tengo un hijo maravilloso, que no se merece sufrir. Mi dolor lo llevo por dentro y a mi marido, Javier, lo querré siempre. Pero yo necesito seguir adelante, por mí y por mi hijo. Así que cuando me contó que le había tocado este viaje, nos emocionamos mucho, pues era un viaje que teníamos pendiente de hacer los tres. Vamos, que este viaje lo pienso disfrutar a tope, y se lo voy a dedicar a mi marido.
Sus palabras provocaron el aplauso de todos nosotros. Yo tuve que pestañear varias veces para que no se me saltaran las lágrimas.
—¡Gracias mamá! —le dijo su hijo dándole un beso.
—¡Ahh!  Y otra cosa. Os informo que me nombro presidenta, por ser la más mayor, que no la más vieja, del Team Beer (Equipo cerveza)
La carcajada fue general acompañada de vítores, aplausos y algún silbido.
—Y solo quedo yo. Soy Carlos, hijo de Mari Paz. Tengo veintisiete años y soy arquitecto. Aunque ejercí como tal los primeros años, mi pasión son los cómics. Estoy a punto de publicar mi primer libro... Pero eso ya os lo contaré. Somos de una preciosa ciudad llamada Salamanca y estoy encantado de unirme al Team Beer, ¡¡pues amo la cerveza!!
Nos levantamos todos dando aplausos y riéndonos.
De entrada, este viaje pinta muy divertido.
Después de las presentaciones y de echar un vistazo al dosier, Raquel y Alberto nos condujeron a la sala contigua donde había preparado un catering estupendo. No faltaba nada. Cerveza, refrescos, vino, todo tipo de aperitivos...
¡Había hasta un cortador de jamón!

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