«Señal 8» Gustos y actitudes.

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Después de lo acontecido con todo el tema de Eddie y Will, los chicos tuvieron que hacerse pasar por locos y pretender que no sabían nada de la razón por la que ambos habían estado tan distanciados los últimos días.

Will en su lugar no fue tan discreto en demostrar lo deprimido que se sentía.

Además de pasarse clases enteras sin prestar atención, tuvo un efecto contrario a lo que Mike creyó que pasaría pues, en vez de acercarse más a ellos ahora que se habían deshecho de su obstáculo, Byers sólo se alejó más y no quería estar con nadie.

Los únicos espacios en dónde realmente podían estar con él era en el almuerzo escolar, aunque algunas veces no parecía estar presente en sus conversaciones porqué se perdía en su propia cabeza esperando a que terminara su descanso con tal de ir a clases, ignorarlas, y volver a casa sin darse una vuelta por el club como estaba acostumbrado.

Los tres que habían sido mandados al carajo por sus novias más de una vez podían comparar sus situaciones a un rompimiento dónde claramente Will era el que se estaba llevando la peor parte. Eddie por su parte, se quería seguir evitando problemas con los Byers y, aunque no lo estaba ignorando completamente, sólo le hablaba de vez en cuando como sí fuese cualquier otro miembro del club y no un chico con el que literalmente se había escapado una semana completa a quién sabe dónde. Mike todavía quería preguntarle a pesar de que Lucas y Dustin le dijeron que no se entrometiera más y lo dejara pasar porque su apuesta había terminado.

De todas maneras, Mike se seguía sintiendo culpable por su pelea de la última vez por la que todavía no se había disculpado, y trató de mantenerse junto a su amigo a diferencia de los otros dos que, para colmo, empezaron a juntarse más con Eddie ahora que también lo tenían de vuelta.

Ninguno de esos tres imbéciles tenía la intención de hacer sentir mal a Will, al menos no a propósito. Pero era evidente para Mike que lo conocía mejor que nadie, que Byers estaba completamente destrozado al respecto. Incluso se atrevería a decir que se veía un poco celoso de Dustin quién anteriormente había sido el favorito de Munson y volvió a reclamar su lugar ahora que Eddie ya no se juntaba tanto con Will.

Estaba seguro que la actitud de Celos estaba en algún punto de esa lista, pero él no podía simplemente sacarla frente a Will por más distraído que éste estuviese mirando a su desayuno como esperando que hiciera algo sorprendente.

Los últimos días parecía un muerto viviente. Por eso y más, Wheeler decidió no hacer sentir peor a su amigo y no reclamarle lo que anteriormente le hirvió la sangre del coraje y quería hacerle relucir ahora que estaban solo ellos dos en la mesa de la cafetería sin decirse nada. Su plan era no mencionar a Eddie y quizás así podría sacarse a ese bastardo de la cabeza.

Mike fingió una tos para llamar su atención y quiso comenzar una conversación con lo primero que se le ocurrió mientras lo observaba con detenimiento.

—Hey—Dijo señalando hacía la chaqueta que traía puesta—, no sabía que te gustaba Metallica.

Will miró hacía su propia ropa y recordó que desde hace mucho tiempo llevaba puesto un broche que portaba el logo de la banda.

—No tanto en realidad—Contestó mostrando una sonrisa débil.

Mike también sonrió también cuando creyó que había hecho un gran proceso en animarlo, pero no duró mucho cuando Will volvió a evitarlo y agregó después de una larga pausa:

—Eddie me lo dio.

—Oh—Pronunció Mike apretando los puños.

Will nunca antes había demostrado tener interés en las cosas que le gustaban a Eddie y no fue hasta después de que se conocieran, que comenzó a revelar que realmente tenía un gusto por la música "ruidosa y vulgar" como otros la llamaban. Sinceramente, Mike pensaba que siempre tuvo ese gusto pero nunca le dijo a nadie porque estaba muy mal vista y Will era todo el "¿que dirán? " cuando se trataba de exponer lo que lo hacía feliz. Sí tenía que darle crédito a Eddie por algo era por hacer que saliera de su burbuja y se diera la oportunidad de conocerse mejor probando cosas nuevas, aunque algunas simplemente fueron inducidas a su vida por Munson que no le dejó mucha opción luego de que éste le pidiera recomendaciones y obtuviera a cambio una conversación de todo lo que le gustaba a él. A Will realmente no le molestaba para nada sí eso significaba que lo escucharía parlotear por horas de algo que no entendía, pero le alegraba escuchar. Especialmente sabiendo como se emocionaba Eddie con los temás que le apasionaban y que otras personas siempre lo terminaban callando porque no lo comprendían y no les interesaba tanto.

Will mejor que nadie sabía lo que era sentirse rechazado con algo que le gustaba.

Mike notó que durante su silencio, dejó el tenedor en paz y comenzó a juguetear con un anillo de calavera que portaba en su dedo anular. Eddie se lo había regalado un día cualquiera porque dijo que era un diseño muy sencillo para su gusto y le gustaba más para Will, que lo atesoro como un regalo de Dios mismo y no se despegaba jamás de él. Ni siquiera ahora que a juzgar por su mirada le estaba causando mucha tristeza.

—Supuse que había visto antes esa chaqueta que traes puesta también—Comentó Mike mientras se distraía picoteando su comida con mucha agresividad y se la llevaba a la boca—. Es suya, ¿no?

Will se pudo dar cuenta del cambio de humor de Mike pero no comprendía que todo tenía que ver en que se le acababa de joder su plan de mantenerlo feliz cuando éste tenía que sacar sí o sí a Eddie en la conversación. No iba a estallar en rabia, pero tampoco estaba precisamente feliz.

—Sí—Contestó de igual manera sin interés en discutirlo con él—. No se la devolví el último día que nos vimos.

—Ah, cierto. Se fueron juntos una semana.

Byers no esperaba que supiera con quién estuvo durante su ausencia, y Mike tampoco iba a decirle que sabía más de lo que él creía. Nadie se creyó ese cuento de mierda que les dio de vuelta diciendo que se había enfermado porque casualmente Munson lo contagió y faltaron los mismos días.

—¿Él te lo contó?

—Lo supuse—Refutó y trato de introducir una mentira pequeña para ver que podía sacarle—. Supongo que después de que se fueran a hacer quién sabe qué, se terminaron peleando por algo y no se la pudiste devolver.

—¿Por qué siempre piensas que hacemos cosas... malas?

—No me dan razones para creer que no, Will.

El mencionado se quedó en silencio, y justo cuando Mike pensó que tendría una confesión directa, éste sólo negó con la cabeza y fue salvado, literalmente, por la campana de que su descanso había terminado. Sin embargo, Will no se marchó. No quería que Mike se hiciera una idea extraña de que pasaba algo entre él y Eddie o algo así.

Ya quisiera él.

—Fuimos a ver a mi papá—Confesó en voz baja.

Mike creyó escuchar mal y puso su típico gesto con el ceño fruncido que delataba que no entendía un carajo.

—¿Cómo?

—Fuimos a ver al papá de Eddie, en realidad—Corrigió y prosiguió—. Y luego, de alguna manera me convenció de ir a ver a mi papá.

—Tú odias a tu papá—Exclamó Mike—. ¿Por qué?

Un par de mujeres de la cocina que comenzaban a recoger el desastre de los estudiantes llegaron para asegurarse de que todos salieran de la cafetería, y precisamente echaron a Will y Mike en el momento que su amigo iba a contarle de su extraña semana.

—Vamos a tu casa más tarde, te lo contaré, Mike. Lo prometo.

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⏰ Última actualización: Oct 17, 2022 ⏰

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